Se esforzaba al máximo por hacerlos sentir como en un hogar: queridos, protegidos y bien cuidados. Sin embargo, los niños son niños, y no siempre podía evitar que desarrollaran malas actitudes, pese a sus intentos por inculcarles buenos modales y valores.
Tal era el caso de los gemelos Beukes y Reid, dos niños problemáticos que, cuando nadie los veía, se dedicaban a molestar y atormentar a los demás niños. Los gemelos eran un reto para Viktor, quien siempre intentaba manejarlos con paciencia. Pero a pesar de la rebeldía, los gemelos sentían un profundo respeto por su cuidador, lo suficiente como para obedecerlo... aunque solo fuera por un rato.
Ese día, la víctima de los gemelos fue la inocente Alanis, quién se hallaba jugando con su conejito de peluche en el centro del patio. Beukes se situó frente a ella y se agachó a su altura, mirándola con una sonrisa traviesa, haciendo que Alanis levanté su confundida mirada hacia él. Antes de que ella pudiera reaccionar, con un movimiento brusco, le arrancó de las manos el peluche y se lo pasó a Reid, quién sostuvo el peluche en alto, lejos del alcance de la pequeña.
—¡Oye, es mío! —se quejó Alanis, su vocecita salía temblorosa mientras comenzaba a pararse del suelo de cemento rasgado.
Beukes y Reid, con su característico aire de superioridad, se reían entre ellos ante la desesperación de Alanis, pues la pequeña comenzó a estirar sus bracitos para recuperarlo.
—¿Esto? —dijo Reid con una sonrisa burlona, balanceando al conejo por una de sus orejas desgastadas—. Ahora es nuestro.
—No lo necesitas, es para bebés —añadió Beukes con un tono sarcástico, ladeando su cabeza—. ¿Eres una bebé?
Los ojos de Alanis comenzaron a llenarse de lágrimas. Para ella, ese conejo no era solo un juguete; era el último vínculo con su hermana, un pequeño refugio en un mundo que ya le había quitado demasiado.
—¡Por favor, devuélvanmelo! —imploró, con sus pequeñas manos extendidas.
Pero los gemelos no hicieron caso. En su lugar, comenzaron a lanzarse el peluche de un lado a otro, como si fuera un simple balón. Alanis giraba desesperada entre ambos, tratando de atraparlo, pero cada vez que lo hacía, se le escapaba por unos centímetros. Entonces, los gemelos comenzaron a tironear, haciendo que la costura crujiera. Alanis se quedó estática por un momento, contemplando el peluche con cara de horror.
Los flashbacks se agruparon en su mente como parásitos al tiempo que veía a los gemelos, recordando las crudas imágenes de su madre y su hermana siendo asesinadas por el vándalo que se había metido a su hogar. El calor del closet. La sangre. La desesperación. El miedo. La muerte.
Crujido.
El conejo se partió por la mitad y los gemelos se descotillaron de risa. Alanis se rompió también, como si se lo hubieran hecho a ella. La pequeña se llenó de ira y se abalanzó hacia Beukes, golpeándolo con sus puños en el estómago.
—¡Hey! —exclamó Beukes con el ceño fruncido, agarrándola de las muñecas para empujarla.
Alanis cayó al suelo de espaldas y el impacto hizo que se raspara los codos. El ardor la hizo gritar y llorar más fuerte, volviéndose imposible de ignorar. Desde la distancia, Viktor, que estaba ocupado jugando con un grupo de niños, levantó la mirada inmediatamente al escuchar el grito y sus ojos ámbar buscaron el origen. Cuando se percató de la escena, dejó los juguetes en el suelo, tomó su bastón y caminó hacia ellos tan rápido como pudo.
Al llegar, se situó frente a los niños, haciendo que la sonrisa malévola de los gemelos se borrara. Automáticamente, ocultaron las mitades del peluche detrás de sus espaldas. La presencia de Viktor, aunque era tranquila, era lo suficientemente imponente como para que los gemelos se estabilicen.
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HEARTKILLER ⭑ vi (arcane)
Fanfiction𝗛𝗘𝗔𝗥𝗧𝗞𝗜𝗟𝗟𝗘𝗥. (🌆) deberías saber mejor que, si vas y la buscas, terminarás en llamas. 𝐤𝐚𝐭 𝐠𝐫𝐚𝐡𝐚𝐦 ❪ 🌆💜 ❫ 𝗲𝗻 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 ━━━━━ Alanis conoce a Vi en el puente de Piltover y, luego de una intensa amistad que se vuelve algo más...
🌆 ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ 𝐩𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐮𝐞. ͏
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