🌠Eclipse🌌

entrenamiento

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, iluminando con tonos dorados el gimnasio donde el grupo había decidido practicar juntos. Liv Morgan, AJ Lee, Rhea Ripley, Tiffany Stratton, Dominik Mysterio, Jey y Jimmy Uso estaban dentro del ring, bromeando y calentando antes de empezar los entrenamientos.

—¿Listos para otro día de acción? —preguntó Rhea, estirándose con confianza mientras observaba a los demás.

—Por supuesto —respondió Dominik con una sonrisa, ajustando los guantes en sus manos—. Pero no me hagan quedar mal frente a mi chica.

Liv, quien estaba apoyada en una de las esquinas, le lanzó una sonrisa burlona.
—¿Quién dice que no te vamos a humillar un poquito?

Mientras los demás se reían, AJ decidió practicar algunos movimientos con Rhea. Ambas comenzaron a entrenar con intensidad, esquivando, atacando y defendiendo con destreza. Pero en un momento, AJ perdió el equilibrio al intentar saltar desde las cuerdas superiores.

—¡AJ! —gritó Rhea al verla tambalearse peligrosamente hacia afuera del ring.

Antes de que alguien más pudiera reaccionar, Dominik corrió hacia el borde del ring y logró atraparla justo antes de que su cabeza golpeara el suelo. AJ quedó en sus brazos, mirándolo con ojos agradecidos mientras recuperaba el aliento.

—Gracias, Dominik —dijo en un susurro, aún algo aturdida.

Los dos se quedaron mirándose por unos segundos, como si el tiempo se hubiera detenido. Pero ese momento fue interrumpido por Jimmy, quien se acercó con el ceño fruncido.
—Oye, Dom, ¿qué fue eso? ¿Por qué tanta prisa en atraparla?

Dominik parpadeó, aún sosteniendo a AJ antes de dejarla con cuidado en el suelo.
—¿Qué? Estaba a punto de golpearse la cabeza. Solo intentaba ayudar.

—Claro, "solo ayudar" —respondió Jimmy con una pizca de sarcasmo, cruzando los brazos mientras AJ apartaba la mirada, incómoda por la situación.

Liv también miró a Dominik con curiosidad, aunque decidió no decir nada en ese momento.

La incomodidad del momento fue rota por Rhea, quien, intentando desviar la atención, levantó las manos y dijo:
—¡Vamos, chicos, no exageren! Mejor juguemos algo divertido para relajarnos.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó Tiffany, interesada.

Rhea sonrió con un brillo travieso en los ojos.
—Un juego. Cada uno debe besar a la persona que le parezca más guapa aquí.

Todos se quedaron en silencio por un segundo antes de que Jey soltara una carcajada.
—¿En serio, Rhea? ¿Qué clase de juego es ese?

—¿Qué pasa, Jey? ¿Te da miedo perder? —respondió Rhea, desafiándolo con una sonrisa.

Antes de que alguien pudiera objetar más, Rhea decidió comenzar. Caminó lentamente hacia el centro del ring, mientras todos la observaban expectantes. Su mente le decía que debía besar a Jey, pero por un extraño impulso, giró hacia Dominik, se acercó y lo besó.

El silencio fue absoluto. Los ojos de todos estaban clavados en ellos. Liv se puso de pie de inmediato, su expresión pasando de sorpresa a molestia. Jey y Jimmy intercambiaron miradas antes de dirigirse hacia Dominik.

—¿Qué demonios fue eso, Rhea? —exclamó Liv, cruzándose de brazos.

—¡Y tú, Dominik! ¿Por qué lo permitiste? —agregó Jey, claramente molesto.

Dominik levantó las manos en señal de defensa.
—¡Yo no hice nada! ¡Fue ella!

Rhea, tratando de mantener la calma, cruzó los brazos y respondió con tono firme.
—Fue un juego, nada más. ¿Por qué tanto drama?

—¡Porque no fue un simple juego! —replicó Liv, con la voz cargada de enojo.

Jimmy se unió a la discusión, señalando a Dominik.
—¿Y qué pasa contigo? Primero con AJ, y ahora esto. ¿Qué estás intentando, hermano?

—¡No estoy intentando nada! —dijo Dominik, claramente frustrado—. Fue un accidente con AJ y ahora esto... ¡ni siquiera sé qué está pasando!

La tensión en el ring era palpable. AJ y Tiffany se quedaron a un lado, incómodas, mientras Liv y Rhea se miraban con enojo, y Jey y Jimmy seguían reprochando a Dominik.

Finalmente, Tiffany intervino, levantando la voz.
—¡Ya basta! Esto se está saliendo de control. Fue un juego, sí, algo extraño, pero no tiene sentido que se peleen por eso.

Todos guardaron silencio por un momento, pero las miradas incómodas persistieron. Rhea finalmente suspiró y salió del ring, dejando atrás el caos que había desatado.

—Voy a tomar aire. Hagan lo que quieran —dijo antes de marcharse.

Liv miró a Dominik una última vez antes de seguir a Rhea, mientras los demás se quedaron en el ring, tratando de entender lo que acababa de pasar.