"Les caerás bien a todos, estoy segura... Solo necesitas guardar tus rarezas, aparte de que puedes contarme y dibujar lo que ves en mi casa." Le respondió Medusa con una cálida sonrisa.

Percy asintió, incluso si sus rarezas eran parte del mundo del que era parte y es solo un niño de 5 años, Percy podía decir que todos los demás pensaban que él estaba loco cuando dibujaba o decía algo sobre ese mundo.

"¿Siempre tendré que hacer esto?" Le pregunto Percy.

"No, no siempre, en algún momento serás aceptado con todo y tus rarezas, y cuando eso suceda, yo estaré aquí para verte." Respondió Medusa en un tono suave y calmado, queriendo dejarle claro a Percy que sus rarezas no son malas.

Porque esas cosas no son solo rarezas, son parte de él.

Percy asintió en respuesta, antes de abrazar a Medusa, quien respondió al abrazo luego de soltar una pequeña risa, acariciando el cabello de Percy.

Percy y Medusa podían acostumbrarse a esto de abrazarse entre si.

•••

Al día siguiente, luego de que Percy se preparara para ir al preescolar y se despidiera de la fuente de Sally, Medusa lo llevo al jardín.

Al llegar a la puerta del jardín, Medusa rompió el silenció.

"Muy bien pececito, ¿Estás listo?." Pregunto Medusa mientras se arrodillaba para estar a la altura de Percy.

Percy miro a Medusa, un dejo de pánico en los ojos era claro.

"No." Respondió Percy honestamente.

"Está bien, recuerda, eres mucho más fuerte de lo que tu pequeño cuerpito te deja ver." Dijo Medusa, haciéndole cosquillas a Percy.

"¡Tía Medy, ya!" Exclamó Percy riendo mientras intentaba detener a su 'tía' Medusa de hacerle cosquillas.

Medusa se ríe y se detiene, acomodó el sombrero de Percy junto a la mochila.

"Estarás bien, se que lo estarás." Le aseguro Medusa y Percy asintió.

"Voy a estar bien... Soy más fuerte de lo que creo ser." Repitió Percy en voz baja mientras tomaba aire.

Medusa asiente mientras le acomodaba el guardapolvo a Percy, asegurándose de que el pequeño estuviera decente.

"Nos vemos pececito." Se despidió Medusa con una sonrisa.

"Nos vemos tía Medy..." Respondió Percy en un tono más tranquilo.

Al momento en el que Medusa dejo a Percy en el jardín de niños, Percy estaba un poco ansioso, agarrando con fuerza su mochila entre sus manos.

Las actividades serían normales, los profesores no le harían nada malo, los niños no tendrían razones para hacerle algo, nada del otro mundo, entonces ¿Por qué estaba tan ansioso?.

Tal vez solo era el hecho de que era el primer día, tal vez es el hecho de que cualquier monstruo puede intentar ir detrás de él ahora que medusa no estaba para cuidarlo.

O tal vez es porque, en los minutos que lleva en el jardín, ya vio unas tres rarezas en las afueras del colegio.

"Muy bien niños, hora de sentarse, tenemos un nuevo compañerito." Dijo la maestra mientras veía hacia Percy.

La maestra le hizo un gesto a Percy de que se acerque, Percy la miro y un poco intimidado se acercó a ella.

Percy se paró al lado de la maestra, sus ojos fijos en el suelo por miedo a sentir las miradas de los demás niños encima de él.

"Él es Perseo Jackson, saluden a Perseo niños." Dijo la maestra mientras hacía que Percy levante su cabeza para que vean su carita.

Todos los niños saludaron al unísono con un "Hola Perseo" que sonaba normal, solo múltiples voces de niños de 5 años, no había nada fuera de lugar.

Entonces... ¿Por qué se sentía tan tenso?.

Una vez más, tal vez solo eran los nervios del primer día en un nuevo preescolar, lo que significa nueva gente y una oportunidad de fingir ser normal.

Percy miro hacia la ventana, notando un pequeño potro con alas de color negro afuera del colegio, lo cual lo hizo sentirse confundido.

Lo peor es que, como se mencionó antes, ya había visto tres cosas raras antes.

En ese momento Percy logro recordar las palabras de Medusa.

"Solo necesitas guardar tus rarezas, aparte de que puedes contarme y dibujar lo que ves en mi casa"

Definitivamente él va a tener mucho que dibujar y contarle a Medusa cuando llegue a casa.

"Perseo ¿Que tal si nos cuentas sobre ti?." Le pregunto la maestra.

Percy miro hacia la maestra y luego hacia sus compañeros de clase para decir

"Me gusta jugar con mis juguetes y  dibujar." Respondió Percy tímidamente.

Los alumnos sueltan un 'oooh' al unísono.

Gracias al cielo, fue un día tranquilo.

Y, por primera vez, Percy había jugado con niños de su edad sin que la profesora los obligué a jugar con él.

Medusa tenía razón... Solo había que ocultar sus rarezas hasta que alguien lo acepte por completó, con sus rarezas y todo.

•••

En casa, Percy estaba dibujando las rarezas que había visto en ese día.

"Vaya, son varias." Comento Medusa mientras se sentaba al lado de Percy,  quien seguía dibujando.

"¡Vi muchas!" Respondió Percy mientras seguía dibujando .

Medusa le alborotó el cabello la ventana mientras le daba jugo a Percy, antes de escuchar al timbre de la puerta sonar.

"Ya vuelvo." Le aviso Medusa a Percy, quien asintió en respuesta

Medusa se acercó a la puerta y al no ver a nadie por la rejilla, se confundió y abrió la puerta.

En el otro lado de la puerta había un cíclope... Pero no uno gigante y malévolo como los demás cíclopes que Medusa había visto anteriormente...

Era uno pequeño...



Fin del capítulo 4

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