(perceptiva de narrador 3° persona)
El sol entraba por la ventana de la habitación, chocando justo en el pequeño rostro del infante en el sofá
Un pequeño bostezo se escuchó por parte del pequeño de cabellos rubios, quien empezaba a abrir los ojos con lentitud.
"Mami..." Llamo el pequeño de manera débil y somnolienta mientras se sentaba en el sofá
El pequeño miro a su alrededor, sus ojos verde marino escaneando el nuevo lugar en el que estaba e intentando entender que había sucedido.
Lo último que recordaba era estar pidiéndole a su mamá que bajarán del auto ya que tenía ganas de comer helado y su mamá negándose porque estaba lloviendo
¿Luego de eso? Todo parecía un borrón en la mente del niño de 4 años, pero se pudo dar cuenta que la lluvia aún no había parado.
Con lentitud y cuidado, el pequeño semidiós se bajó del sofá, la cálida piel de sus pequeños pies descalzos chocaron con la frialdad del suelo de madera que tenía la casa en la que estaba.
Sus ojos se fijaron en la lluvia que se deslumbraba por la ventana unos cuantos momentos, antes de empezar a buscar a su madre alrededor de la casa.
Era una casa bonita, a Percy le recordaban las casas de las abuelas en las películas que veía con su mamá.
"Mamá..." Llamo el pequeño una vez más, intentando encontrarla en la casa
Antes de darse cuenta, ya había buscado casi toda la casa, excepto el sótano
No, era un niño pero no tonto, en el sótano siempre hay cosas que dan miedo.
O decoración de navidad, pero mayormente son cosas tenebrosas lo que hay en el sótano según las películas.
El semidiós miro a su alrededor una vez más, volviendo a hacer todo el recorrido y siempre saltándose la misma puerta de una habitación.
"¡Mami! ¿Donde estás?" Llamo Percy una vez más.
Una vez más, nadie respondió.
Luego de un rato, el pequeño logro escuchar la puerta abrirse y su corazón empezó a llenarse de felicidad al creer que era su madre quien estaba por entrar.
Su pequeño corazón se llenó de desilusión al ver a la misma mujer de ayer.
"¡Señora!" Llamo el pequeño.
"Oh, no hace falta que me llames señora, me hace sentir vieja, mejor dime Medusa." Respondió Medusa.
Percy asintió ante la petición de la monstruosa mujer e intentó mirar detrás de la mujer, dándose cuenta de que su mamá no estaba por ningún lado.
"Medusa... ¿Donde está mí mamá?" Pregunto Percy
La mujer se tenso un poco ante la pregunta, se notaba que ella sabía la respuesta pero no como darla
¿Cómo le dices a un niño que su madre ahora mismo está muerta?
No puedes decir solamente: mami se fue.
"Oh, tu mamá..." Repitió Medusa, insegura de que responder
Medusa tomo aire, no era fácil decir esto
"¿Medusa? ¿Cuánto viene mami a buscarme?" Llamo el semidiós.
La monstruosa mujer se sentó en la silla del comedor, haciéndole un gesto a Percy de que se siente a su lado, que fue lo que hizo el niño.
La mujer con serpientes en el cabello tomo un vaso y le coloco jugo de naranja ahí para luego ofrecérselo al niño, que la veía con ojos curiosos y algo asustados.
