Tenía varias preguntas en ese momento, por ejemplo: ¿Cómo habían llegado al bosque, si según los humanos no había bosques en esta ciudad?
No había manera en el infierno de que alguna criatura utilizará un coche así, así que estaba segura que eran humanos
Tampoco es como si pudiera llamar a una ambulancia ya que: uno, no tenía mí teléfono, dos, no se a donde mandarían la ambulancia ya que para los humanos no existe este bosque en primer lugar.
Pero no era momento para pensar en toda la situación, rápidamente me acerque incluso si no hubiera mucho que hacer.
"¡Oye, oye!" Grité mientras me acercaba, dejando ver mi paraguas al suelo
Me acomode los lentes de sol y rápidamente golpeo la ventana, notando como en el interior del coche habían una mujer
La mujer, quien estaba gravemente herida, me miro por un microsegundo
"Percy..." La escuché susurrar
¿Quién era Percy?
No tuve que esperar mucho la respuesta, ya que al ver en la parte trasera del coche mí respiración se cortó al instante.
Había un niño, un pequeño niño de cabellos rubios y rizados, piel pálida y ojos del mismo tono de azul verdoso que tenía mí abusador, un niño que no paraba de llorar
Fui rápida al darme cuenta de el niño era un semidiós, un hijo prohibido de Poseidón...
"¿Mamá...? ¿Mamá?" Preguntaba el pequeño, escuchar su voz aterrada y temblorosa me partía el alma.
"Percy... Lo siento..." Murmuró la mujer mientras caía en la inconsciencia y, seguramente, en la muerte
No podía moverme y cuando lo logré, el pequeño seguía llorando con fuerza llamando a su madre, quien supongo que es la mujer en el coche
En un momento de lucidez me acerque a la puerta del coche en donde estaba el niño, rápidamente intenté abrir la puerta y, para mí sorpresa, logré abrir la puerta.
Seguramente ese fue el botón que la mujer había presionado, bastante lista.
"¿Mamá? ¡¿Mamá..?! ¡¿MAMÁ?!" Gritaba el pequeño desesperado intentando llegar a la mujer fallecida, pero lo tome en brazos.
"¡Sueltenme, sueltenme! ¡Es mí mamá!" El pequeño gritaba mientras lo sacaba del coche, sus ojitos brillantes de lágrimas del dolor.
Pobre cosita...
•••
Lo logré llevar a mí casa, incluso si el pequeño gritaba y lloraba intentando volver a dónde estaba la fallecida mujer, pero la lluvia no le permitía
El pequeño se sentó en el sofá mientras que yo estaba pensando en que hacer para calmar al semidiós en mí sala.
Es que... ¿De que hablas con un niño que acaba de perder a su madre? O mejor aún ¿Que HACES con un niño que acaba de perder a su madre?
Pero...
Verlo ahí, tan pequeño, tan indefenso me recordaba demasiado a mí misma cuando tenía su edad o tal vez a los hijos que tuve en algún momento
Tal vez estaba proyectando lo que me sucedió a mí, pero definitivamente el niño necesitaba ayuda, ya que no somos nuestros padres al menos que queramos serlo
Y que los dioses me destruyan si permitiera que está inocente criatura se volviera como su padre.
Tomé aire antes de acercarme al niño con una taza de chocolate y unas galletas que había comprado
"Oye..." Lo llame en mí tono de voz más suave, pequeño no reaccionó a mí llamado en un primer momento, claramente aún afligido por la muerte de su madre
Luego de un rato, el pequeño semidiós se animó a verme
"Mí mamá... ¿Mí mamá estará bien...?" Me pregunto
Dioses, me dolió.
Me senté a su lado mientras un suspiro escapaba de mis labios, sosteniendo la taza con chocolate y el plato con galletas en mis manos
"No lo sé..." Le mentí
En el fondo sabía que esa mujer estaba en un lugar mejor, o solo puedo desear eso.
Dejé la taza con chocolate y las galletas en la mesita de café de mi sala.
El hijo de Poseidón me miro, sus ojitos brillantes de lágrimas aún no derramadas
"¿Cuál es tu nombre?" Le pregunté luego de un rato de silencio
Un pequeño silencio le siguió antes de que el pequeño hablara una vez más:
"Me... Me llamo Perseo... Aunque todos me llaman Percy." Respondió el pequeño Percy
"¿Perseo, eh?." Interrogue
Agarre la taza una vez más y se la mostré al niño
"¿Te gusta el chocolate caliente, Percy?." Le pregunto
Las pequeñas manitos del semidiós agarraron la taza como si fuera lo único que tenía en este mundo.
Y, tristemente, parecía que esa era su nueva realidad.
Un silencio se instaló en toda la habitación, solo interrumpido por el sonido de la televisión que nadie estaba viendo y por el sonido que hacía el pequeño semidiós al tomar su chocolate.
"Gracias." Susurró el pequeño mientras alejaba su boca de la taza para hablarme correctamente.
"No es nada." Respondí
El pequeño me miro, de sus rizos caían pequeñas gotas de lo mojado que continuaba estando luego de haberlo dejado tan expuesto de la lluvia.
Al darme cuenta de eso, me levanté de mí lugar y fui a buscar una toalla para secarlo.
No sabía que haría con el coche y la mujer muerta afuera de mí casa, pero una cosa a la vez.
Envolví al pequeño semidiós en la toalla, quien no me miraba, sus ojos ahora rojos como consecuencia de sus lágrimas recientemente derramadas por la muerte de su madre.
Cuando Percy se durmió, me encargué de enterrar correctamente a su madre y le hice una pequeña tumba simbólica en mí jardín trasero para que, de alguna manera, ella siguiera con él.
Me acerque al pequeño semidiós dormido en mí sofá y decidí que me quedaría con él, esa cosita no merecía sufrir.
Ya su vida sería difícil con el hecho de ser un semidiós Y un hijo prohibido.
Y así fue cómo Percy quedó bajo mí protección.
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Fin del primer capítulo.
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