-¿Me dejara quedarme en tu casa?

-Pues no protesto

-Vaya, tu mamá dio un cambio total.

Nos reímos, después de estar un rato bromeando nos subimos a mi habitación a vernos una película, estábamos en medio de risas, nos tirábamos crispetas y de tregua unos besos. Cuando sonó mi celular.

Jeremy.

-Contesta- Dijo Emanuel notando mi preocupación

-No, quiero estar contigo

-Él también te ama, puede que más que yo, háblale.

Entonces conteste

-Dime Jeremy, pero rápido que estoy ocupada.

-¿Estas con él?- por el tono de su voz note que había estado llorando y me sentía mal por él.

-Si ¿Qué pasa Jeremy?

-¿Es verdad que te vas a casar con él? – dijo con la voz temblorosa

-Sí, estoy comprometida- note que Emanuel le salió una sonrisa de triunfo

-Me alegro que estés feliz con él, ¿sabes que yo te amo?

-Si Jeremy, y yo te quise demasiado, pero jamás creí que Emanuel volvería y pondría mis sentimientos a dudar.

-No es tu culpa Kathy- dijo el respirando profundo- Es culpa de ese, si tan solo no hubiera vuelto sería yo el que está ahí en tu cama, dichoso porque sería tu esposo próximamente- su voz estaba recargada de odio- ¡LO ODIO! El daño nuestra relación, pero escúchame Kat con mucho cuidado para que le pases el mensaje, lo estoy observando día y noche, y tarde o temprano haré que pague con sangre el haber dañado nuestra relación- tosió y colgó.

Emanuel noto y mis lágrimas y se alerto

-¿Qué paso?

-Dijo que te haría pagar con sangre el haber dañado la relación- dije llorando

Sus músculos se tensaron pero trato de calmarse.

-Tranquila preciosa, más tarde iremos a demandar.

-¿Seguro?- dije secándome las lágrimas

-Seguro, ahora ven, dame unos besitos- dijo inclinándose hacia mí.

Me monte encima de él y lo empecé a besar.

-Grr, tengo una fiera- dijo el sonriendo

Cogí sus manos e hice que me tocara, luego me abrazo y volvió a besarme, sus labios se amoldaban a los míos, su lengua entraba y salía jugueteando, hasta que mi mamá toco la puerta.

Tomamos compostura y abrimos la puerta.

-Doña Eleanor

-Emanuel ¿Qué tal la están pasando?

-Muy bien, su hija es bastante sentimental- dijo el riéndose mientras yo le pegue un puño en su abdomen

-Sí, se parece mucho a su padre- dijo mamá con una sonrisa triste.

-Acuérdame de preguntarte algo ahora- susurro Emanuel.

-¿Al fin que han pensado del paseo?- dijo mi mama

-Pues me suena la idea pero necesito saber cuánto tiempo se van a quedar, ya que tengo que hacer unos asuntos en Jerez y pues no sé si alcance.

-¿Cuándo te tienes que devolver a Jerez?-Dijo mi mamá.

-La otra semana, a mitad- La expresión de mi madre fue de tristeza.

-Es una pena, pensamos quedarnos tres semanas- contesto mi madre- ¿Kathy, entonces que harás?

-Pues yo también me quedo. Espero que Emanuel llegue de Jerez y demás que saldremos- dije mirándolo mientras él me sonreía.

-Kathy, tengo una idea- dijo mi madre y yo ya estaba imaginando como haría para convencerme de no dejarme sola con Emanuel- ¿Por qué no te vas con Emanuel para Jerez? De paso saludas a Steven, y a todos tus amigos

Mis ojos se abrieron y mi boca se descolgó, ¿volver a Valencia? ¿A mi anterior ciudad? Esto si que era una dicha.

-¿Mamá me estás hablando enserio?- dije sonriendo.

-Si- suspiro- pues mira, nos fuimos sin despedirnos de nadie, creo que lo mejor es que vayas y te reencuentres con ellos.

Esto si es felicidad. Ahora si voy a ver de nuevo a Aleza, Steven, Andrea, Lulú, Víctor, Jeremías, Harry... entre otros, pero lo mejor estaré con Emanuel!

-Pues Doña Eleanor, me parece una excelente idea- Dijo Emanuel que también estaba feliz.

-Bueno, iré a empacar, pórtense bien y mucho cuidado- dijo agitando el dedo pero estaba feliz.

Mire a Emanuel con cara de niña muy pero muy feliz, y le grite

-¡SIIIIIIII! ¡YA ERA HORA! – Y lo besé con efusividad.

-Me alegro mucho amor, creo que es hora de que veas a tus antiguos amigos.

-Obvio, voy a saber si al fin Steven tuvo el bebé... después de casi 3 años voy a saber de ellos y eso me alegra.

A las 11 en punto llego Adamar nos saludó ambos de beso y luego subió a la pieza de mamá donde ambas bajaron las maletas pequeñas y Emanuel les ayudo con las grandes, a eso de las 11:30pm se fueron

-En la nevera deje el número de la cabaña por si deseáis algo- dijo dándonos besos a ambos- cuídense mucho y cuidado con el viaje a Valencia- dijo mientras ponía en marcha el carro- Ah, casi lo olvido. En la alacena deje efectivo por si necesitan refuerzos- dijo riéndose.

Cuando mamá se marchó, Emanuel y yo nos entramos.

-Ahora si estamos solos- dije coquetamente.

-¿Qué propones? –dijo Emanuel tratando de adivinar mis intenciones

-Hace calor- dije mientras me quitaba la blusa y quedaba en brasier.

-¿A si?- dijo mientras me tiraba al sofá y me llenaba de besos.

Me reía a carcajadas pero lo pare-

-A esto no me refería- dije haciendo pucheros- yo solo quiero ir a la piscina.

Emanuel sonrió, se quitó el Jean quedando en vaqueros y me cargo hasta la piscina.

-Sus deseos son órdenes para mí, princesa- y entonces me tiro de sus brazos directo a la piscina.

Luego de eso, empecé a gritar que si no se tiraba no me iba a casar, entonces se tiro inmediatamente y nadamos un rato.

Luego me acerque al borde y el quedo mirándome y susurro.

-Te amo- y sus ojos brillaban, eso indica seguridad y sinceridad. El hombre de mi vida estaba a mi lado, y ahora nada ni nadie nos iban a separar.

Mi Psicologo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora