El Experimentó

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Recuerdo cuándo me despedí de Natasha le dije que todo iría bien, que por fin podría terminar sus clases de ballet, que todo esto nos había echo mas fuertes, y que ya nadie nos haría daño.

Se la llevaron en un coche, prometiendo que para ella esto ya había acabado, tenía miedo de aquél experimentó, no sabía muy bien si sería un éxito, me contaron que para Steve Rogers fue todo un éxito, que se convirtió en un gran soldado, que luchó contra agentes nazis, ¿pero fue feliz? Nadie me pudo contestar a éso, según ellos Capitán América se estrelló con su nave y no logró sobrevivir, la verdad yo no quería acabar cómo Capitán América, empecé a desilusionarme, ya no estaba con Natasha, ya no me quedaba nada, sólo me tenía a mi misma.

Pero todo cambió cuándo conocí a Christopher, el era el médico encargado de que si algo pasaba durante el experimento no me pasará nada o por lo menos no terminará muerta, volví a sentir esas mariposas en el estómago de hace años.

Faltaban dos días para cambiar, para ser invencible, todo estaba listo para que llegara ese dia, salí y volví a observar las estrellas pero está vez con lágrimas en los ojos, todo había cambiado, nunca pude despedirme de Iván, ni siquiera sabía si aun seguía vivo o no, la vida en aquellos momentos me parecía horrible un auténtico horror, quería cambiarle mi vida a cualquiera que pasará por hay en esos momentos, aunque de que servía lamentarse, jamás volvería a ser la misma Irina, o mejor dicho Irina la don nadie, si todo salía bien, por malo que fuese para mí, por fin sería alguien, una auténtica arma, invencible, en aquellos momentos estaba tan confundida, no sabía bien lo que deseaba.

-siento que estas bastante nerviosa- dijo una voz

Me giré y vi que era Christopher, me puse nerviosa, a demas no quería que me viera así, me limpié las lágrimas y me decidí a hablar pero el se adelanto.

-Se que tienes miedo, pero Irina no te pasara nada, confía en nosotros-dijo Christopher sonriendo.

-No es que sienta miedo a que me pase algo, siento miedo de ser diferente, de como esto puede afectar a mi vida.- dije yo

-bueno, no debes de temer a nada de eso, todo saldra bien te lo prometo Irina-dijo Christopher

Se marchó y yo me quede embobada, mirándolo la verdad es que me sentía un poco estúpida, que tonta, me estaba enamorando de alguien al que conocía hace muy poco tiempo, pero no podía evitarlo.

El día llegó, era la hora me preguntaron que si estaba lista, yo dije que sí, me acosté en una camilla, me llevaron a una sala y a partir de allí recuerdo muy poco, no me pusieron ningún suero, fue otra cosa, algo que aún no sé, sólo recuerdo despertarme en una niebla blanca y bastante fría, desnuda totalmente.

Sentía mucho miedo, estaba aterrorizada, no sabía que había pasado y verme así no ayudaba para nada.

Quise ponerme en pié pero no podía el frío, era muy fuerte, cuando mire hacía la puerta entró Christopher, sólo recuerdo que me pidió perdón y me inyectó algo en el cuello.

Al despertarme otra vez me encontraba en ua habitación mucho mas acogedora, Christopher estaba sentado, me miró con cara de arrepentimiento, yo no quise decir nada, sólo guarde silencio, me dolía bastante el cuerpo, sentía como si algo estuviera muriendo dentro de mi, ya no era la misma Irina y jamás lo sería, pensé en natasha y todo esto lo había echo por ella, y no me arrepiento, pero en si tampoco valió para nada la KGB me mintió no dejaron a Natasha fuera de esto al contrario, la siguieron entrenando.

Los días pasaban y sentía algo poderoso en mi interior, algo que me asustaba aún me dolía el cuerpo, pero sentía que pronto descubriría a mi nuevo yo.

Un hombre que jamás había visto entró en la sala, me dio una carta de Iván, en la que nos explicaba a natasha y a mi que la KGB lo estaban buscando para acabar con el.

El hombre me miró y empezo a reirse, sentía tanta rabia y dolor, ellos habían acabado con Iván, el era como mi padre, aquel hombre me dio la espalda, yo no podía parar de llorar, nos habían engañado, solo nos habían utilizado, y yo ni siquiera sabía en lo que me iba a convertir, pero la KGB, pagaría todo el daño que nos habían echo, vengaria a Iván acabaría con todos los que tratarán de impedirlo, nadie nunca más, volvería a hacerme daño, la KGB me dio un poder que yo utilizaría para acabar con ellos, Irina ya no sería la misma nunca mas, a partir de ese momento quise que me llamarán 'Selene'

Irina Romanoff Y Natasha Romanoff: Widow's sistersWhere stories live. Discover now