Capítulo 13

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Intenté sonreír, aún que fue muy forzadamente.

-¿Te ocurre algo, muñeca?- pasó su brazo derecho por detrás de mi cintura y me pegó a él con fuerza.

-No.- mentí. -¿A dónde vamos?- hice un intento por cambiar de tema.

-Ya lo verás. -sonrió y besó mi mejilla.

Me incomodé. Comenzamos a caminar hacia el piso de abajo y Rubén bajó su mano a mi trasero, acariciándolo levemente. Agarré su brazo y lo alejé de mi con la cabeza gacha.

-Oh, lo siento. - ¿se disculpó? -No quería que te sintieras incómoda, es que eres tan irresistible...- mordió su labio inferior de nuevo.

Subimos en el yet. No tenía pensado abrir la boca en todo el camino. A poder ser, en todo la noche. Rubén tampoco decía palabra. Simplemente me miraba fijamente, como si algo en mí estuviese contándole algo. Me sorprendí al darme cuenta de que estábamos aterrizando a escasa media hora de la partida.

Bajamos de él y un coche nos estaba esperando fuera. Rubén me abrió la puerta galantemente y me hizo pasar, entrando él a continuación.

El coche paró a los escasos minutos, dejándonos frente a lo que parecía un restaurante. Pero dentro no había nadie. Estaba completamente vacío. Supuse que él lo había querido así.

Me ofreció una silla para que me sentara y así lo hice. Él repitió mi acción en el otro asiento que se encontraba frente a mí.

-Supongo que te preguntarás por qué te traje aquí.- dijo mirándome a los ojos.

-No me importa.- mi respuesta pareció sorprenderle.

-¿Q-que es lo que has dicho?- tartamudeó algo mosqueado.

-¿No me has oído?- reafirmé. -No me importa en absoluto.

-¿Acaso no te importa que me esté jugando la vida por ti? ¡Podrían encontrarme y arrestarme!- gritó.

-No me importaría que lo hicieran. Por lo menos yo estaría libre. -escupí.

-¡¿Pero quién te crees que eres para decirme eso?! ¡Me tienes harto!- se levantó de la silla, acercándose rápidamente a mí y me cargó en su hombro sin ningún tipo de dificultad.

-¡Bájame!- grité desesperada.

Avanzó a paso rápido por el local y abrió una puerta. Pero no era la puerta por la que habíamos entrado. Era la puerta de una habitación. Me tiró con brusquedad en la cama que había en esta.

-Estoy cansado de que me trates así...- se puso encima de mí.

-N-no...no lo hagas...- supliqué.

-Mira preciosa.- agarró mi barbilla. -Pretendía tratarte bien, como nunca nadie te a tratado...- rozó mis labios. -Pero tú; ¡tú me odias! Ya no sé que más hacer para que quieras estar conmigo... A mí también me duele retenerte, pero no me dejas otra opción... - se calló durante unos segundos. -Y hoy serás mía de nuevo.- sonrió cínicamente.

Lágrimas resbalaron por mis mejillas. No, otra vez no... No podía... ¿o quizá sí?

-No llores.- acarició mi rostro. -Sabes que no me gusta verte llorar...

-Lo siento...- susurré.

-¿Qué sientes?

-Haberte tratado así. Pero por favor...no lo hagas de nuevo...- me llevé las manos a la cara.

-¿De verdad quieres que me muera?- levantó mis manos y se acercó a mi rostro.

-No me refería a eso, pero...

-¿Pero qué?

-Tú me secuestraste.- le dije. -entiende que yo no voy a amarte por ello. Echo de menos a mi familia y tú... Tú me hiciste daño...

-Lo siento mucho, de veras.- se levantó y se dió la vuelta evitando que pudiese ver su rostro. -Soy una mierda. - se agachó colocándose en posición fetal. - Cuando quiras puedes irte. - se levantó y se dirigió a la puerta. -el coche te esperará fuera, yo me quedaré aquí. - se apoyó en el marco.

-Y oye.- dijo antes de marcharse. -Sólo te traía aquí para decirte que te quiero.

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Secuestrada. (HOT-ElRubius y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora