|||||6|||||

203 19 2
                                    

La veo dormir a mi lado. Con su espalda desnuda descubierta de la sábana y me siento pleno. Sonrío a sabiendas de que no soy observado y beso con deseo su hombro. Ya son las doce del día y aún no despierta.

Geni...cariño, despierta. —Susurro besando ahora su cuello que al momento en que mis labios tocan su piel, esta se eriza.

Geneviev se remueve en la cama soltando sus ya usuales quejidos. Como un dulce ronroneo de una gatita. Geneviev ahora queda frente a mi rostro. Con una marca de almohada surcando su frente y una sonrisa perezosa.

Verla así en la mañana es lo más maravilloso que he visto. Nada comparado con sus ojos resplandecientes y su sonrisa dulce.

—Tú y tu cuerpo madrugador. —Se queja empujando levemente mi pecho. Sonrío y beso su mejilla, descendiendo por su mentón hacia más abajo. Ella reacciona y me empuja aún más fuerte. —Ya debes estar en la oficina. Tienes junta a las dos.

—Lo sé. Pero mi secretaria me ha tenido muy ocupado hasta tarde. —Río al verla enrojecer. Sale de la cama y se envuelve en la sábana, entrando con rapidez al baño.

Esos momentos tan comunes, pero increíbles son los que adoro. ¡Tan acostumbrado estoy ya!

¿Qué haré cuando ella se entere de mis demonios?

¿Qué hará cuando sepa de mi maldición?


La maldición de Barba Azul © [Historia corta]Where stories live. Discover now