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Estoy tan feliz. Ya vamos cuatro meses saliendo y hace una semana le pedí formalmente que fuese mi novia. Aceptó feliz. ¡Qué feliz soy en este momento!

El miedo lo alejé de mí. La quiero. Tanto. Siento mi corazón latir fuerte en mi pecho que solo me dejo llevar por el momento. La veo radiante.

Le digo cada vez lo hermosa que está y juro que parece brillar ante mí. Besarla es como besar los pétalos de rosa. Suave. Delicado.

Como ella lo es.

Una mujer perfecta.

La maldición de Barba Azul © [Historia corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora