-¡Pero si estás en el agua la mayor parte del tiempo! -soltó Sabo desde su izquierda, su curiosidad pudo más que él, incluso aunque sabía que su pregunta no sería respondida.
-Sí -Luffy inclinó la cabeza y desvió la mirada para observar el mar agitado- Mamá es mucho mayor y dice que todavía soy demasiado pequeño. Por eso le gusta tenerme cerca hasta que vuelva a ser yo mismo.-
Ace decidió descargar su frustración con Sabo dándole una palmada en la espalda y mirándolo con ojos acusadores-¡Mira, ahora estoy aún más perdido!-
La risa de Luffy ahogó la abatida disculpa de Sabo y pronto, Ace se encontró olvidándose de la conversación.
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Marco dio un paso atrás en silencio, con el ceño fruncido por la conversación que acababa de escuchar. Su mente estaba acelerada, las posibles respuestas se iban acomodando en su lugar, pero parecían demasiado ridículas para parecer factibles. Sus pies lo llevaban de regreso a la parte delantera del barco mientras intentaba organizar sus pensamientos. Ace llamó al océano la madre de Luffy, Marco quería creer que era solo un apodo, posiblemente una forma de identificarla si ella fuera tan buscada como lo parecía ser Luffy. La teoría no le sentaba bien, algo que le molestaba en el fondo de su mente le gritaba que estaba mal. Las frutas del diablo eran odiadas por el océano y aún no había visto una que pudiera controlar algo tan vasto y eterno. Cuando la silla de papá apareció a la vista, no dudó en saltar al apoyabrazos, su papá se movió fácilmente y lo ayudó a subirse para posarse en su hombro. Sus hermanos y hermanas se burlaban de él por inclinarse hacia sus instintos de pájaro y posarse sobre su padre, pero esa no era la razón. Aunque le dio una buena excusa, siguió el juego, sin querer admitir que la seguridad que sentía sobre su hombro se debía a todo excepto a su fruta del diablo.
-Pareces preocupado -dijo Barbablanca en voz baja y Marco sintió que la vibración le recorría el pecho hasta las piernas. No le sorprendía que lo leyeran con tanta facilidad; su padre lo había criado desde que era pequeño y en realidad no estaba tratando de esconderse. No había nada que pudiera ocultarle al hombre que lo había salvado de una vida de ira y desesperación.
-Escuché a los chicos hablando -se inclinó hacia delante y le susurró al oído, mirando de reojo a la parte trasera del barco para ver si lo habían seguido. Nadie vino. Pops no dijo nada, solo lo miró larga y escrutadoramente antes de asentir lentamente, como si se estuviera preparando para la noticia. Una parte de Marco se preguntaba cuánto sabía su padre a veces, porque incluso ahora parecía que entendía que lo que Marco iba a decir cambiaría irrevocablemente las cosas en sus vidas. El conocimiento pesaba más sobre sus hombros y frunció los labios, asegurándose de citarlos directamente en caso de que se hubiera perdido algo en su propia interpretación.
-Luffy... Si tu madre es el océano, ¿por qué no tienes forma de controlar el agua? -Marco abrió los ojos cuando terminó de hablar y pudo ver que su padre comprendía lo que había dicho. Los músculos de los hombros de su padre se tensaron y se sintió extrañamente quieto bajo el cuerpo de Marco.
-¿Qué más? - La voz de Barbablanca era calmada y neutral, pero Marco podía sentir que algo terriblemente malo se estaba gestando en el fondo de su mente. Sus instintos se estremecían ante alguna señal oculta que no había logrado percibir. Tragó saliva, sus ojos azules, cansados, observaban cautelosamente el rostro imperturbable de su padre mientras continuaba.
-Luffy no lo negó, pero él solo... Se rió y dijo que pertenecía al cielo. -Marco no estaba seguro de cómo se suponía que debía decir eso en un tono serio, pero lo logró. Su padre permaneció tenso debajo de él por un momento más antes de relajarse y echar la cabeza hacia atrás para reír. Marco se sobresaltó, luchando por agarrarse a su hombro gigante para no ser arrojado mientras rebotaban en su alegría. La risa de su padre era fuerte y otros se detuvieron para sonreírles, contentos con la alegría que podían escuchar en la voz del hombre mayor. Marco esperó pacientemente a que pasara, todavía perdido en cuanto a por qué lo hacía reír tanto. Cuando su risa se calmó varios minutos después, Barbablanca tomó un trago de su bebida, haciendo girar la botella un poco antes de beber el resto.
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Smiling Seas
Fanfiction"¡Shishishi, tonto Ace! ¡El trabajo de mamá es controlar el mar! Luffy extendió los brazos, el sol brillaba sobre él e iluminaba su figura con un brillo dorado. "¡Además, pertenezco al cielo!" O Shanks adoptó accidentalmente a un dios. †Traducción a...
Preguntas respondidas, preguntas forjadas [14]
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