Antes de que termine de hablar nos golpea un fuerte viento lleno de arena.
Nos ciega totalmente y antes de que podamos limpiarnos los ojos sentimos un gran temblor.
—Mierda, mierda— Se queja preocupado Carno.
Logro abrir los ojos y veo total oscuridad. Lentamente se me acostumbran los ojos y veo lo que paso, estábamos encerrados en una gran bola de piedra.
—Elegimos mal... esto es lo peor que podía pasar— Me informa Carno.
Intentamos romper un poco alguna pared pero era algo imposible con nuestras piñas.
—Vamos a perder muchísimo tiempo, si es que siquiera podemos salir— Comenta Carno.
—Yo creo que podemos intentarlo— Comento.
Roto la bola grande y liza en mi mano, para golpear la pared. Le deja una leve huella. Volví a guardarla en mi cinturón.
—Sí, estoy seguro que podemos salir— Le contesto.
—Martin... el que nos encerró es el más fuerte de este año por mucho— Me informo Carno.
— ¿Podrías darme fuerza en el brazo derecho y alguna pierna?— Pregunte —Estoy seguro que podemos salir—
Carno asiente y me toca la espalda.
—Pero si lo vemos afuera intentemos escapar— Propone el.
—Claro, pero si eso pasa poneme un tejido en medio de la boca— Conteste.
Carno me mira con una cara llena de intriga y poca confianza.
—Porfa, es para asegurarnos el escape— Pedí.
Carno resoplo entregándome toda su confianza. Activo su habilidad llenándome el brazo y pierna derecha de músculos.
Agarro la bola porosa que me entrego mi prima, con mi mano izquierda me agarro el antebrazo y logro girar la bola a gran velocidad a la vez que llenándola de llamas.
Así me impulso contra la pared, impactando la bola contra las macizas rocas, logrando destruir el muro, aunque mi pelota se haya destrozado tambien.
Al salir veo a un chico algo normal a pocos metros de nosotros, volteando a vernos.
— ¿Lograron salir?— Comenta el chico.
Este se voltea completamente y nos apunta con su dedo a los pies.
—Toma Martin— Me entrega la división de la boca que le pedí.
Rápidamente di un paso largo y escupí a una distancia desafiante.
Siempre mi puntería en eso era perfecta, gracias a la división de mi boca logre tirar una escupida separada en dos.
Le dio justo en ambos ojos.
— ¡Corre!— Grite.
— ¡AAAaaaaahhh!— Grita el misterioso chico.
Pero antes de dar un paso al lado opuesto del chico que nos encerro, toda la tierra en la que estaba escapando, se vuelve totalmente arenosa y difícil de correr. Logre dar un mísero paso, pero luego se volvió mucho peor, levanto mucha tierra y empezó a hacerla mover como un remolino hacia él.
Esta tierra me mueve con él, no me logro zafar, solo me hundía y apresaba más, el remolino que me llevaba hacia el peligro.
Choco fuerte contra un árbol, pero no me logra detener, solo me deja destrozado un brazo con el que logre cubrirme.
Mientras mi cintura se iba hundiendo en la tierra. Y aun me acerco a otro árbol.
Pero ahí veo la forma de zafar, con mi brazo derecho destrozado, me agarro el antebrazo izquierdo. Al estar cerca de este uso el script de escalar, pego bien mi brazo y me zafo totalmente del remolino.
ESTÁS LEYENDO
Coderos.
ActionMartin, un chico normal de 15 años es destinado a ser un codero. Donde será sentenciado a practicar scripts y macroscript. Cambiando su vida drasticamente.
Capitulo 8: Primer prueba.
Comenzar desde el principio
