Coderos.

Capitulo 8: Primer prueba.

Despierto en un lugar desconocido, una selva llena de árboles y vegetación. Ya estaba bastante nervioso con tener que pasar esta prueba si o si, que encima me pego un mal viaje, conociendo ese tal Arge.

Tenía que apurarme... pero antes centrarme, un mínimo error podría costarme no pasar la prueba.

Reviso dentro de mi remera y tengo las 3 esferas que me dio Diaman para la prueba, una pequeña, otra del tamaño de pelota de tenis y otra más áspera, con una superficie que era como una lija, todas de metal.

Miro mí alrededor y a un par de metros veo un gran muro que debía ser la orilla por la que debíamos encontrarnos.

Camino hasta esta y empiezo a trotar en sentido anti horario.

Mientras trotaba veo a una chica a lo lejos, que venía en mi dirección. Rápidamente me escondo detrás de un árbol.

Me asomo a verla y rápidamente me observa. Saca una larga y gruesa cinta transparente. Lo lanza hacia mí, atándome contra el árbol.

—Tenes suerte de que este apurada— Contesta la chica.

Creo unas tiras semitransparentes, las tiro al alto de un árbol y con ellas se impulsó, alejándose a gran velocidad.

"Mierda, estoy atrapado, no puedo perder tiempo en esto, tengo que pasar esta prueba"

Hice fuerza para intentar romper estas tiras, era algo elástica pero era muy fuerte, no iba a poder romperlo.

Estire las tiras para poder acercar mi mano al cinto con mis pelotas.

Agarre la pequeña pelotita. La apunte a la tira y la hice rotar con fuerza.

Pero apenas la incendie rápidamente todas las tiras se quemaron y deshicieron.

Me quemo bastante la remera. Pero era un buen pago por salir tan fácil del problema.

Seguí trotando con aun más cautela, corriendo entre árboles y tirándome detrás de arbustos.

Cuando finalmente entre mis torpes maniobras veo a lo lejos a Carno.

— ¡Carno!, al fin!— Le dije acercándome.

—Bueno, parece que estamos solos— Comento.

—Fui atacado por alguien ¿y vos?— Pregunte.

—Yo no, ¿Quién fue?— Pregunto

—No sé, una chica que hacia tiras semitransparentes y elásticas— Conteste. —Aunque pude zafarme—

—Bueno, la conozco— Dijo —Pero me alivio que te zafaras—

Seguimos trotando con Carno, en dirección anti horaria. Hasta que él se detiene en seco y me pone la mano en el pecho.

— ¿Ves a aquel?— Me susurra señalando y empujándome para abajo a que me esconda. —Se las habilidades de su familia, tienen golpes de agua—

Me escondo e intento buscarlo, finalmente lo encuentro, un muchacho con un parche en un ojo.

—Martin, mejor nos vamos adentrando, y lo ignoramos— Comento Carno. —Vamos en espiral, así nos vamos acercando al punto mientras buscamos nuestro grupo—

—Si... la verdad nos conviene atacar en un grupo más grande— Conteste.

Trotamos varios metros en dirección al centro y luego doblamos para hacer el espiral anti horario.

Conseguimos un gran ritmo y no encontramos a nadie que sea un peligro.

—Tenemos el tiempo un poco justo— Comenta Carno —Quizás tendríamos que pensar si buscar a nuestros compañeros o ir directo hacia...—