Capitulo 7.99: Historia de un pasado.

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Despierto, en el mismo lugar, que aunque se viera diferente se sentía igual. Miro a mí alrededor, estoy al lado de una pequeña casa, al mirar más alrededor de la ciudad, todos los edificios que representaban la riqueza de Argentrica no estaban, era un descampado con algún par de casas, un pueblucho que no tenía ni un mísero edificio con más de una planta. Y más importante, a pesar de haber pocas casas, al horizonte se ve que toda la ciudad es rodeada por unas filosas y grandes alambres de púas.

Siento un gran sonido desde el cielo, levanto la mirada y observo como un objeto se aproxima a gran velocidad desde una gran altura.

Comienzo a correr, lo que fuera que se acercara iba a causar un gran destrozo.

Volteo a observar, por donde va el objeto, ya a algunos metros del piso. Le noto la forma, humano, de buen físico.

A poca distancia de la casita el hombre abre la palma de su mano y un rayo sale de cada dedo, disparándose directamente hacia la tierra y parte de la casa. El hombre al caer se hunde completamente en el lugar donde disparo.

Me acerco temeroso a observar, había creado un gran cráter en el piso. No había quedado ni fragmentos de la casa. Y no solo eso, había logrado convertir la dura y compacta tierra en suave arena.

De repente la arena comienza a moverse, un par de ojos se abren y rápidamente el hombre que había caído se levanta, estirando su espalda y hombros.

— ¿De dónde venís?— Pregunte.

El hombre simplemente señala el cielo, mientras se cruje la espalda.

— ¿De quién era la choza?— Pregunto el hombre. — ¿Era tuya?—

Y sin esperar respuestas el hombre abre la palma, disparando los rayos al suelo arenoso. Levantando la casa que se había hundido y dejándola a un costado.

—La tuve que mover de lugar porque si no se va a hundir— Dijo, mientras con los rayos iba reconstruyendo las partes de la casa que había destrozado.

En poco tiempo comenzamos a ser rodeados. Personas se amontonaban conmigo a ver al extraño hombre.

— ¿Quién sos?— Grito uno.

—Soy... Arge— Contesto el misterioso hombre.

La gente enloqueció y comenzaron a gritar preguntas.

— ¿De dónde sos?—

— ¿De dónde venís?—

— ¿Qué hiciste acá?—

El hombre se centró para responder todo.

—Vengo del espacio...— Contesto— Fui de acá y bueno, hice esta arena para caer—

Sin decir mucho más el hombre del espacio, el tan Arge. Se marchó a explorar los extremos de la ciudad. Todos lo seguimos sorprendidos a ver que hacia ese hombre.

El hombre cruzo el alambre.

— ¿Qué hace?— Gritaron personas.

—Quiero pasear, explorar el paisaje— Dijo Arge.

— ¡Esta lleno de animales, bestias, es peligroso!— Le contestaron.

Yo presencie su fuerza, ¿podrian con las bestias que decían los habitantes?.

—Ustedes vuelvan a sus asuntos realmente quiero explorar— Contesto desde el otro lado.

Rápidamente antes que cerraran el alambre cruce con el hombre. La curiosidad de lo que había me carcomía, aunque también me espantaba un poco.

Coderos.Where stories live. Discover now