Capitulo 7.99: Historia de un pasado.

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Como una bestia había aparecido en el pueblo, que atacaba a oscuras.

Yo solo pensé unos segundos. Pero parecía que todos se me quedaron mirando.

—Tenes que buscarlo— Comento alguien en la mesa. —Los pocos que lo han visto dicen que es un lobizón—

— ¿Por qué yo?— Pregunte. —No tengo nada que ver—

—Bueno, ya sabes...— Comento el mismo— Vos sos el "asistente", del hombre que bajo del cielo—

—Yo no creo tener nada que ver con ese hombre...— Respondí.

—Por favor, acompáñanos, sabemos que si venís va a volver el hombre— Contesto.

No me podía negar, esa misma noche nos juntamos para hacer patrullas por las calles. Calles tranquilas, hasta que escuchamos

Finalmente alguien parece reconocerlo por la ventana y nos adentramos prendiendo unas velas en medio de la sala, era una casa pequeña, solo se dividía en comedor y habitación. Entramos por el comedor, nadie pudo alejarse mucho de la puerta, ninguno nos animamos.

Estaba todo silencioso. Pero desde la habitación tira una silla, golpeando las velas y dejando todo a oscuras.

—La fuerza de una bestia e inteligencia de un humano— Comento uno.

La bestia sale de la habitación. Apenas veía una gran mancha oscura tirarse encima de mí a lo que pego un manotazo. La bestia es disparada contra la pared.

— ¿Qué le hiciste?— Me preguntaron.

—No tengo idea, fue algo que me dio Arge— Respondí

Rápidos los compañeros agarran las velas y las vuelven a encender. La bestia fue destrozada, su cabeza y torso quedaron solo como una mancha roja en la pared, sus grandes brazos y piernas peludas se contraían y expandían, como si aún les quedara vida.

—Muchas gracias Asistente, vemos que fuiste bendecido por esa deidad— Comento uno de los que me acompañaron— Ahora creo que esto podríamos llevárselo a Ifley, el vera que hacer—

— ¿Quién es ese?— Pregunte.

—El gobernador, el que administra este pueblo— Contesto antes de marcharse.

Los hombre se marcharon, y yo me quede a observar un poco. En la habitación había gente destruida y consumida. Antes de irme apago las velas y noto un brillo entre la carne aplastada contra la pared, era un brillo amarillo. Lo tomo, ¿era una esencia?, quizás, pero era una más gelatinosa y mucho menos sólida.

La lleve a mi casa y la escondí.

Al otro día tocan mi puerta, un hombre bien trajeado está del otro lado de la puerta con muchos guardias.

—Hola buen día, soy Ifley, venía a pedirle amablemente que comparta la esencia con el pueblo—

Niego con la cabeza.

—Por favor se lo pido— Sigue el hombre —Soy el administrador de esta ciudad, del pueblo, si no lo comparte, solo podremos sacarle a la fuerza la esencia, o a usted del lugar—

Busque dentro de mi casa. ¿Realmente tendría que darle la esencia que hizo Arge?, para nada, la mía parecía más débil, ya vi lo que es capaz la esencia del gran hombre que vino del cielo.

—Esa, la que está sobre la mesa es la esencia, una esfera amarilla dura, ¿no?— Dijo el hombre asomado.

Resople.

Tome la esfera y la entregue.

Extendió la mano y lo amague.

—Úsela bien, no haga nada inapropiado, Arge volverá y sabrá todo— Le dije.

Coderos.Where stories live. Discover now