Capitulo 7.99: Historia de un pasado.

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— ¿Necesitas algo?— Pregunto.

—Agua sería ideal—

El hombre poso su brazo en un árbol que rápidamente comenzó a crecer una de sus hojas y secando todo el resto.

Arranco la hoja y me la entrego.

—De ahí toma— Me ordeno.

Observo, la hoja se había vuelto inmensa, totalmente hinchada. Mordí la punta y esta estaba llena de agua. Quizás un litro o más.

—Muchas gracias...— Agradecí entre tragos de aguas mientras caminábamos — ¿Queres?—

—No necesito— Contesto el hombre seco.

Mientras seguíamos el camino nos encontramos un inmenso animal, con grandes cuernos y aún más grande que el lobo.

Comiendo hojas de árboles.

—Este es más interesante— Dijo. — ¿Sabes cuál es?—

—Un ciervo...— Conteste.

Este animal parecía totalmente concentrado en alimentarse. El hombre pasó a su lado tranquilamente.

Pero yo temblaba, no confiaba en que estuviera tan concentrado en su comida.

Dicho y hecho la bestia envistió contra mí con sus inmensos cuernos. Rápidamente Arge crea una lanza para apuñalar el animal antes que lo hiciera a mí, dándole eficientemente en el dorso.

— ¿Cuántas armas tenes?— Pregunte totalmente temeroso.

—Ninguna, me gusta ser creativo— Contesto el hombre, sacando su filo del animal.

La punta del arma tenía otra de las "esencias".

Deshace el arma y seguimos el camino hasta el pueblo. El hombre corta el alambre para que pasemos.

—¿Dónde vivís?— Pregunta el hombre.

—No tengo idea— Conteste.

El hombre levanto su brazo y con sus particulares rayos comenzó a crear una gran casa de cemento.

Destroza arboles a la distancia con sus rayos y crea unos muebles para nosotros, donde posa las dos bellas esencias. Todo mientras la gente nos rodea y observa.

—Voy a irme unos días a explorar— Me dice el hombre.

— ¿Y dónde vas a dormir?— Pregunte.

—No creo necesitarlo— Contesto marchándose por los alambres rotos y reconstruyéndolos con sus rayos. —Pero creo que necesitas esto—

Se acercó a mí y poso su mano debajo de mis costillas. Creando una gran pelota entre mi pecho y abdomen.

Pasaron los días, afortunadamente los habitantes fueron sumamente amables conmigo y a pesar de tener amnesia me dieron un trabajo, el más común del lugar. Minar en medio del pueblo, a pocos pasos del lugar donde cayó Arge, quizás no la note porque era una casita y dentro conectaba con el subsuelo. Donde sacábamos plata, hierro y mucho más.

En las noches solían invitarme a comer y preguntarme por el hombre, no sabía mucho que decirles, no conocía nada del hombre, pero tantee contándoles que lo vi caer del cielo.

Las personas explotaron de emoción, envidiaban que solo lo haya visto yo. Completamente sorprendido de que el hombre haya dicho la verdad.

Y las cenas comenzaron a ser sobre cada "milagro" que el hombre realizo en nuestro viaje, como desvivió y saco esencias de dos bestias.

Los días pasan, me levanto por mi casa una mañana y noto como uno de mis adornos, habían desaparecido, mi pequeña esencias ya no estaban.

Paso los días en la mina y el las cenas me contaron algo preocupante

Coderos.Where stories live. Discover now