Capitulo 26: Nosotros los perpendiculares II

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10 de agosto del 2032.

— ¿Por qué?, dijo Vyeter con la voz temblorosa.

Tal parecía que los sentimientos de Vyeter hacía Lea eran sinceros, al cuestionar el favor que le pidió Aleksei.

—Únicamente dos personas en el mundo pueden tolerar el Xaneos-05 sin sufrir los efectos secundarios, es decir tú y Lea, aunque también puede que algunos de sus familiares tuvieran esas mismas características genéticas, en ese caso fui yo, dijo Aleksei.

— ¿Entonces tú?...

—Así es, Lea es mi hermana, fue raptada hace doce años de nuestra casa en Francia y desde entonces mi familia la ha buscado sin éxito alguno, pero ahora que la he encontrado deseo que vuelva, además mi madre está en su lecho de muerte y sería bueno que pudieran despedirse, concluyó Aleksei.

—Entiendo perfectamente, la traeré de vuelta, replicó Vyeter.

Y debajo del rostro confiable de Aleksei, se ocultaban sus verdaderas intenciones maliciosas...

***

Las olas arremetían contra la costa imaginaria. Vyeter miraba y esperaba sentando sobre la arena del desierto de su alma.

— ¿Qué haces aquí?

No hacía falta mirar, pues sabía quién le hablaba...

—Necesito que respondas a algo, es muy importante.

—Dime.

— ¿Qué es lo que sientes por Lea?

***

Nueva Cataluña, República del Sílice a 12 de diciembre del 2034.

Blanco, eso fue lo primero que diviso Vyeter al abrir los ojos. El joven se giró en la cama para ver su reloj de mano, eran las 8:45 de la mañana. Un día normal en su vida solitaria.

Hacía dos años, había perdido la memoria durante la amnesia 2032 y desde entonces poco sabía de su pasado. Cosa que lo tenía sin cuidado, pues de todas formas nadie de su familia, si es que tenía, fue a reclamarlo al hospital, donde estuvo por dos meses.

Lo único con lo que se conformaba, era con la identidad suya que encontraron en la base de datos de la Republica del Sílice, su nombre: Alí Zahir.

Alí Zahir, detestaba ese nombre por razones que él ignoraba. Si alguien lo llamaba, era por el único sobrenombre que recordaba: Vyeter.

Luego de considerarlo durante unos minutos, entre dormir y levantarse, optó por lo segundo. La punta de sus pies descalzos hicieron contacto con el frio piso de cemento, no había nada mejor para hacerlo despertar que esa sensación helada.

Vyeter vivía en un departamento, ubicado en el tercer piso de un edificio en una gran zona residencial dentro de Nueva Cataluña.

Llegó ante su ventana y corrió las cortinas. Esa visión matutina de los cerros de Nueva Cataluña era incomparable; no obstante ese día de diciembre, el cielo estaba oscurecido por las nubes que amenazaban con liberar la lluvia. Por alguna extraña razón, ese paisaje sombrío le traía un raro sentimiento de nostalgia.

Que extraño, Pensó Vyeter soltando un suspiro, que dio vida a una frágil nube de vapor de agua que al poco tiempo se disipó en el aire.

***

— ¿Qué eres exactamente?, dijo Vyeter.

Su alter ego se sentó al lado, eran tan iguales, pero a la vez tan diferentes. Tomó una piedra que estaba en la arena y la lanzó lejos con la esperanza de que llegara al agua.

Amnesia 2032: A la Orilla del OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora