~CAPÍTULO 9~ Nada mejor que domarte

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—Esta noche dormiré en tu cama, muñeca—Presionó sus labios fríos sobre los míos. Coloqué mis manos en su pecho tratando de empujarlo y detenerlo. Era una estúpida ¿Cómo había podido caer tan fácil?

Coloqué mis dientes sobre los suyos y luego apreté a estos, haciendo abrir la boca a Jimin, emitiendo un pequeño grito de dolor, sin embargo, no se apartó de mí. Sus manos apresaron más a la mías y empujó su cuerpo más al mío. Sentí el sabor de su sangre en mi boca y solté su labio de prisa. Lo había lastimado—

-Eres mi salvaje—Habló Jimin relamiendo mis labios lentamente y sin tratar de evitar que su labio lastimado estuviera en contacto con mi boca—Lo que no sabes es que... mientras más salvaje, mientras más me rechaces... más te quiero.

-Eres un idiota—Lo empujé al fin, escupiendo a un lado. Mi saliva era de color rojo debido a la sangre de Jimin que albergaba en mi boca. Jimin subió la mano a su labio sin quitar esa sonrisa vacilante y coqueta de la comisura de sus labios.

-Bueno—respiró hondo-- ¿Prefieres que duerma con ropa o solo en bóxer? O quizás...-- relamió su labio—desnudo.

-¡Lárgate!—Grité caminando hasta la ventana, señalándola y exigiéndole que se marchara y saliera de mi puta habitación-- ¡Lárgate de aquí,
Park! ¡Te quiero fuera de mi habitación!

El sonido de los resortes de la cama siendo aplastados por el cuerpo de Jimin llegó a mis oídos. Giré la mirada hacia mi cama, viendo a Jimin echado sobre esta, acomodándose y manteniendo sus manos en las colchas, como acondicionando un lugar en donde se pueda recostar—

-Bastante cómodo—Cerró los ojos—Todo esto huele a ti. Ven y acuéstate conmigo, muñeca—

Apreté los puños sintiendo mí sangre hervir. ¡Me ignoraba! ¡Solo ignoraba mis palabras y hacia como si nada!—

-¡Park!—Chillé caminando hacia él en zancadas furiosas—Vete de mi habitación.

Extendí las manos hasta su nuca para sujetar de su chamarra e intentar tirar de él, creyendo que tal vez lograría obtener la fuera de un toro y arrastrarlo, para lograr tirarlo lejos. Pero no. Jimin se giró tan de prisa, moviendo uno de sus pies por los míos y tumbándome. Sus manos me sujetaron y me jaló contra su cuerpo cayendo completamente tendida sobre él, con el rostro centímetros del suyo. Había detenido mi respiración pero mi corazón latía con fuerza, haciendo que me preguntara si él podía sentir a mi corazón golpeando mi pecho y por ende, el suyo—

-Nada mejor que domarte—Su mano ya estaba sobre mi mejilla, deslizándola por mi piel y generándome escalofrió.

Me empujé abruptamente de su cuerpo, tratando de apartarme y recuperar el aire que había perdido al contener mi respiración hace unos segundos. Solté una bocanada de aire, recuperándome y teniendo las mejillas en un color muy rojizo, ardiendo.

-No te sonrojes. Aunque te ves igual de hermosa así—La sonrisa de los labios de Jimin no desaparecía. Parecía que se vacilaba con lo que ocurría, y a diferencia mía que moría en ganas de estrangularlo hasta que no pudiera moverse más.

-Lárgate Jimin—Mi timbre de voz era tan duro como pude, a pesar de que el sonrojo de mis mejillas aún seguía—

Jimin me ignoró nuevamente y esta vez, tomó asiento en la cama para empezar a desatarse los pasadores de sus zapatos, quedando solo en unas medias color azul oscuro, enseguida se deshizo de su chamarra y bajó las manos hasta su pantalones... ¿qué va a ser? ¡No!—

-No hagas eso—Miré a lado—

-¿Qué cosa? ¿Quitarme los pantalones? Muñeca. Pero si no va a ser la primera vez que me veas sin ellos. Tragué saliva sin poder normalizar mi respiración. Eres un imbécil, Jimin. ¡Un bastando!

War of hormone- Boy in luvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora