La Princesa y El Lobo

Capítulo 3: Principios Básicos

Después de una larga caminata el ladrón la llevo a un callejón entre dos edificios de altura considerable: parecía el típico camino sin salida citadino en el que en una oscura noche alguien podía despojarte de tus pertenencias sin mucha dificultad. Los dos se detuvieron ahí, un poco antes de que comenzara a atardecer. El ladrón parecía incomodo con la ropa de civil, como si no estuviese acostumbrado a llevarla. Su atuendo de la cárcel, por otro lado, oficialmente estaba hecho ceniza, gracias a una precaria fogata.

– ¿Hay algún problema? –pregunto irritada la chica, lanzándole una mirada despectiva.

–No es eso. Es que... no suelo vestir este tipo de ropa a menudo. Al menos no sin mi traje. Supongo que deberé volver a la prisión por él.

– ¿Entonces no te gusta la ropa que te conseguí? ¿Sabes? Por mi podrías estar desnudo...

Aún en tono sarcástico el ladrón sabía en el fondo que aquellas palabras eran sinceras, algo evidente sobre todo porque ella se ruborizó y desvió la mirada hacia el suelo de manera penosa al momento de decirlo.

–Tal vez de ese modo me resfriaría, así que te agradezco por la ropa. Bueno, creo que es momento de explicar un poco en qué consiste esto: Un ladrón, bajo los principios de la Sociedad de los Antiguos Ladrones, es un individuo que se cambiar la opulencia y miseria en la que viven los diferentes niveles de la humanidad. Seguro te suena este nombre: Robín Hood. Podríamos decir que lo que hacemos está basado un poco en la forma de trabajar de este arquero, pero yo creo verdaderamente que uno mismo puede volver de esta actividad una verdadera forma de arte: una manera de expresión que depende totalmente de la persona que la realice. Hay tres elementos muy importantes que un ladrón de la Sociedad debe tener para ser considerado en verdad uno...

– Seguramente una es tener un excelente abogado. Lo digo porque la cárcel no es realmente para todos –interrumpió la chica.

–Muy graciosa, pero te equivocas –contestó con una sonrisa el mentor. –El primero de los elementos es el estilo. No importa que sea lo que robes, debes plasmar tu propia existencia en el acto. Desde la inspiración, pasando por el esbozo del plan y hasta el momento en que regresas a tu escondite. Todo debe evidenciar que lo realizaste tú. Implica desenvolverse de una manera única e inconfundible, de tal manera que tu fama se incrementará a medida que des grandes golpes. Un ladrón que esconde sus hazañas no merece llevar la profesión. ¿Se entiende este elemento?

–Sí, aunque tengo varias preguntas al respecto. Qué pasaría si...

El ladrón puso un dedo entre los labios de la joven de manera delicada e hizo un ademan negativo con la cabeza.

– Las preguntas irán al final por favor. He hallado de pronto bastante inspiración, así que continuaré: el segundo elemento que un ladrón debe tener es el equipo. Dependiendo de tu objetivo y las necesidades para el cumplimiento de la sustracción es necesario que las herramientas que utilices no te fallen jamás. Siempre inspecciónalas: antes, durante y al final de cada misión. Nunca se sabe cuando te pueden plantar un rastreador entre tus herramientas. Por eso se deben tomar las debidas precauciones ¿Hasta aquí se ha entendido?

La chica asintió, sin saber exactamente el porqué. Para ella, el hombre que tenía enfrente se veía radiante hablando como si fuese un profeta emergido de una religión demente de ladrones. Su voz se oía tan segura e inspiraba tanta confianza, que a pesar de que tenía varias interrogantes simplemente dejó que él continuara con su explicación, sin importar lo loca que fuese.

–Lo último que debes poseer es improvisación o como me gusta llamarle: el plan B. No importa que seas el mejor ladrón del mundo, algo siempre puede fallar y debes estar preparada. Mira a tu alrededor constantemente y aprende a estar alerta. Puede que en el robo más sencillo ocurra un terremoto y no puedas salir viva de un pequeño supermercado. Usa de manera inteligente lo que tengas a tu disposición, y una vez que aprendes a dejar que la acción se desarrolle sobre la marcha, el mundo se te hace, por decirlo de alguna manera, un lugar más simple: todo es una ayuda o un obstáculo. Cuando logres destacar en los tres puntos adquirirás el derecho a rebautizarte...