Epílogo.

9.8K 377 28
                                    


"Ay, nena.

Supongo que sabrás que soy yo, Justin. Digo, por mi letra y, eso...Como has de haber notado, el romanticismo no es lo mío, pero quiero intentarlo contigo.
No sé por donde empezar, así que iré directo al grano. El resto vendrá por sí solo.
Te amo. He ahí la cuestión. Apenas llevamos dos meses de relación, el par de semanas más maravilloso que podré alguna vez tener, pero se sienten dos días contigo. Estuve tanto tiempo esperando por esto, por tenerte entre mis brazos, besarte, abrazarte o... Hacerte el amor. (Créeme, cariño, sé que te estás sonrojando) Esperé años, muchísimos, para verte sonreírme. Y, y cuando me dijiste que tú también me amabas, me sentí, no sé... fue indescriptible. Estuvimos enamorados mutuamente por años, ambos sufriendo por la lejanía del otro. Pero, después, me dijiste acerca de lo que te había hecho ese cabrón. Yo solo quería sanar tus heridas, comerme el mundo en busca de ese imbécil y sacar la mierda fuera de él, por lo que te hizo, por cómo te dejó. Te abandonó, rota e indefensa en medio del mundo, donde cualquier otro podría haberte dañado. Te dejó tirada a tu suerte. Y, ¿sabes qué? Tú aguantaste, seguiste adelante. Tú sola. Y te admiro, mi amor. Te admiro.
Por tu fuerza, por tu voluntad, por tu valor, tu valentía. Por todas y cada una de tus cualidades y facetas.
Te amo por eso, también. Te amé sin saber acerca de lo malo, solo fijándome en lo bueno y, ahora, después de eso, te amo mucho más. Y, cariño. Ni siquiera tengo idea de por qué escribo una carta. Probablemente porque estaré nerviosísimo y no seré capaz de pronunciar palabra.

Pero... te amo, nena"

Releo la carta por quinta vez, lágrimas de felicidad corriendo por mis mejillas. No sé cuál es la finalidad de que Justin me haya entregado una carta. Aunque, es lo más bonito que me han dicho... Escrito, nunca.

-Veo que te gustó la carta, pequeña. -posiciona sus manos en la parte baja de mi espalda y, pasando la cabeza por el hueco de mi cuello, me sonríe brillantemente.
Asiento entre el mar de lágrimas, que soy en este momento. Pinzo mi labio inferior entre mis dientes, ahogando los sollozos, que tanto quieren salir.

- Oh, mi amor, no llores. -se mueve, hasta posicionarse frente a mí. Seca mis lágrimas con sus pulgares, nunca apartando su mirada de la mía.
Me sonríe tiernamente, cosa que me hace derretir. Y, es que, lo amo tanto. Y no puedo creer que sea para mí.

-Te amo mucho, Justin. -sollozo, no puedo verlo con claridad, pero está aquí, sonriéndome, aún.

-Te amo muchísimo más, nena. -contesta.

Alcanza mi mano, la eleva, suavemente y besa todos mis dedos, la palma de mi mano y mis muñecas, llenas de cicatrices.

-Yo... Tú...- luce tan nervioso que no puedo evitar suspirar al verlo.- Emm... Nosotros... Joder, _____ ¿Te casarías conmigo? -pregunta, todavía con mi mano entre las suyas, ambas miradas concentradas en ello.- Sé que no tengo un anillo, ni un lugar digno de pedírtelo, pero...

-Sí, Justin. Quiero casarme contigo. -lo interrumpo, aunque él sigue en su nervioso trance.

-Sé que solo llevamos semanas con esto, pero, te amo desde hace tanto tiempo y, además si lo prefieres así podemos esperar unos meses, medio año, tal vez. -continúa enumerando hechos.

Y es ahora cuando sé que es el momento.

-No puedo esperar tanto, quiero verme bonita con el vestido, Justin. -me lamento en broma, aunque el parece no entender el chiste.

-¿Cómo no te vas a ver bonita, ________? Tu siempre te vez hermosa ¿Por qué lo dices? -interroga, rozando su nariz con la mía.
Sonrío. Ayudándome de mi mano, guio la suya hasta mi vientre, plano aún. La dejo allí. Él mira confuso, en busca de respuestas. Mi sonrisa se amplia, la suya lo hace también, en señal de comprensión.

-¿Es lo que creo? -asiento decididamente- ¡Oh dios! ¡Te amo tanto¡. -exclama con furiosa alegría.
Me alza en brazos y me da vueltas en el aire. Seguidamente, me besa. Largo y pasional.
Por último, corre escaleras arriba, llevándonos a los dos.

-¿A dónde vamos? -me carcajeo.

-Siempre quise gemelos, talvez aún hay tiempo. -gruñe eufórico.

-¡Justin!- no puedo evitar reir ante sus ideas.

-¿Que?- me mira, inocente.- ¿Es que acaso no me crees? Lo he visto en internet, ¡es posible _____!

-No necesitas excusas para hacer el amor, por lo menos conmigo no.- le sonrió, con toda la sinceridad posible.

El para a un paso de entrar a nuestra habitación. Me atrae a sus brazos, presionando mi espalda. Y a unos centímetros de mis labios, pronuncia.

-¿Cómo es posible que me conozcas tan bien?, ¿Cómo es posible que una chica como tu se haya enamorado de mi?, Explícame ¿Porqué te amo tanto? ¿Porqué en este momento me siento el hombre más felíz del mundo?

-No lo sé, Justin. No puedo responderte a nada de eso.

-Pero yo si lo sé.- apoya su frente con la mía; y me carga en sus brazos mientras abre la puerta con uno e sus pies.- Estamos destinados ______, tenemos un vínculo que nadie nunca en su puta vida va romper.- me acuesta tan suavemente en la cama, como si de una pluma se tratara.-Estaba destinado a ti, tu eres mi salvación, lo único bueno que tengo. Estaba destinado a que seas mía.- lo miró, el sabe lo que dice.- Eres mía, nena. Sólo mía.- besa mi frente y hace un recorrido, con sus labios, por todo mi rostro, me tortura demasiado.

- Y yo soy tuyo. Estoy aquí. Tu hombre esta aquí, nena.

El amor está en cualquier parte, proviene de cualquier lugar y se demuestra de diversas formas, pero creo, que a mí me ha tocado la mejor. Definitivamente.

Justin, mi Justin.

Fin.


N/M: Pos ya se terminó, pos ya me voy a llorar.

Gracias por leer, muchas gracias por dejarme meterme en tu mente.

Tu hombre esta aqui, nena.Where stories live. Discover now