Only with you | KookTae

Capítulo 8

A la mañana siguiente, me encontraba sentado en el sofá de mi hogar. Estiré los pies y tensé la espalda para acomodarme mejor, y luego, tomé la libreta en la que solía hacer los bocetos de mis pinturas para plasmar ideas del proyecto. Aun no definía la orientación que deseaba darle, más allá de trazar una composición sutil para organizarme.

Y al contornear las líneas que producía con el lápiz, el sonido de la cámara me extrajo de mi concentración.

—¿Tan temprano para tomar fotos? —atónito, miré a Jungkook. —¿Son para algo?

—No, nada en especial, de recuerdos. —dijo manteniendo su mirada en su preciado objeto.

—¿Con la cámara? Normalmente a estas horas estaría resguardada bajo tierra como siempre. —me mofé. —Pensé que solo era para trabajo.

—También... Pero quiero usarla para más ocasiones. —respondió con inquietud en su rostro.

—Me parece bien, ya casi la encerrabas en una caja fuerte. —me reí.

—¿Así de exagerado me veo? —dramatizó.

—Un poco nada más.

—De acuerdo, quizás sí. —caminó hacia el sofá para establecerse a mi lado. —¿Y tú qué haces? Parece una nueva pintura.

—Algo así, es para el proyecto... Pero la palabra esperanza es complicada de representar.

—¿Quieres que te ayude?

—Por ahora no, quiero despejar mi mente y no abrumarme. —cerré impulsivamente la libreta. —¿Y cómo vas con Momo? Ayer los vi con Heechul.

—Oh, eso... Fue, bastante extraño. Él parecía desesperado por volver con ella. No dije nada para no interferir, pero estoy seguro de que estaba a punto de golpearme en la cara.

—¿Así de mal?

—Supongo, pero Momo lo manejó con efectividad.

—¿Crees que él siga insistiendo?

—Es probable, pese a eso, le prometí a ella que fingiríamos toda la semana, así que tendré que seguir sus extravagantes planes para persuadirlo.

Imaginarme a Jungkook con aquella cercanía hacia otra persona hacía que mi interior se removiera.

—Ah, casi se me olvida. —revisó la hora en su celular. —No estas ocupado esta noche, ¿Cierto?

—Tenía planeado pasar una cita con mi almohada, si eso cuenta. —me bufoneé.

—Entonces... ¿Te importaría salir conmigo? —se notaba determinado en su proposición.

—¿Incluye comida? —dije ilusionado.

—Claro que sí.

—Acepto.

...

En el momento en el que abrí mis ojos para observar el lugar en el que nos encontrábamos, mi corazón nuevamente daba la impresión de querer salirse de mi pecho, al vislumbrar una de las galerías mas importantes de la ciudad, donde cada obra poseía su propio espacio idóneo.

Y el simple acto de Jungkook al invitarme hizo que quisiera arrojarme hacia él para... Besarlo.

—¿Te gustó? —dijo entusiasmado por mi reacción.

—Más que eso, Jungkookie. —rodeé mis brazos en su cuello para abrazarlo. —Gracias por traerme.

—Me alegra. Como te vi deprimido, pensé que tal vez, apreciar diferentes maneras de arte, podría ayudarte.

Me permití ser guiado por su mano, mientras me deleitaba con cada pieza visual fascinante. Procuré no recordar mis inseguridades para enfocarme en los radiantes y brillantes colores que emanaban las esculturas.

En cada recorrido, comencé a notar la disimilitud que tenían todas, en técnica, formato, tamaño y concepto. El estilo de sus artistas hacia que resaltaran con fuerza.

Posiblemente existían elementos que depurar, pero la capacidad de transmitir una idea a su manera era una cualidad imprescindible. Y fue justo ahí que decidí compararme positivamente frente a los demás, entendiendo que no podía acceder a rendirme con facilidad de lo que más amaba. Era un proceso difícil y exhaustivito, pero cuando veía las obras, sentía que debía avanzar aun si eso significaba equivocarme.

Sin embargo, no consideraba mis propios pensamientos del todo. Porque incluso discerniendo como progresar, tenía miedo.

—¿Cómo encontraste esta galería? Creí que era exclusiva, ¿Cuándo dinero pagaste? —indagué mirando a Jungkook.

—No te preocupes por el dinero. Como me debía un favor, Momo fue la que me presentó este lugar.

—Ah, creo recordar que una vez dijo que su exnovio trabaja en una galería.

—Ese mismo.

—De verdad, gracias por traerme aquí.—posé mi mano sobre su hombro.

No podía evitar mis ganas de expresarle cuanto lo amaba. No deseaba percatarme de lo mucho que mi cuerpo se estremecía con su presencia, cada vez que sus cálidas manos me reconfortaban o las dulces palabras que me hacían creer que yo era lo más importante para él. Sin embargo, nuestra relación ya se había convertido en hábito y cambiar aquella rutina era peligroso.

Y a pesar de plantearme una infinidad de dudas en mi cabeza, ignoré cada una de ellas, para proceder a efectuar lo que mis impulsos querían. Por lo que, tomé el rostro de Jungkook en mis manos, detallando sus facciones, y delineé sus labios con vehemencia. Permanecí algunos segundos con la mirada fija en el brillo de sus ojos, y lentamente acerqué mi boca a la suya.

Él sin comprender la situación, se dejó llevar por mis acciones, uniendo nuestros labios.