^AMOR INFINITO^

XL

Esperó sentada en un bancodel jardín, al lado de una farola, en mitad de la noche. Llevaba casi una hora allí, imaginándose que haría al verla, porque no, no tenía ningún plan.

Rondaban las diez de la noche cuando una pequeña niña se acercó y se sentó con ella.

-¿Qué haces aún despierta?- preguntó la rubia, fingiendo que la regañaba.

-Mañana es domingo, no tengo que madrugar.

-¿Pero no te ibas a pasear por Toledo con Begoña?

-Si, pero no pasa nada.- contestó, indiferente. -¿Y tú? ¿Qué haces aquí?

-Tomando el aire.

-No soy tonta, tía Marta.

-¿Piensas qué te estoy mintiendo?- preguntó, intentando esconder su nerviosismo.

-Pues si.- dijo rápidamente. -Dime la verdad.

-No.

-Dímelo.

-No.

-Si no me lo dices...

-¿Qué haras?- preguntó en forma de burla, enfrentando a la cría.

Entonces, un hombre trajeado apareció allí y llamó la atención a su hija.

-¿Qué haces aquí con tu tía?

-La estaba acompañando, porque no quería que esperara sola.- contestó.

-¿Esperar? ¿A quién?- preguntó el hombre, mirando directamente a su hermana.

Marta notó como su cuerpo se tensaba al completo y no sabía con que palabras responder.

-Espera a...

-¡A Isidro!- interrumpió rápidamente a su sobrina. -Le tengo que preguntar algo sobre... Sobre su horario. Para pedirle un favor.

-Bueno, pues te aconsejo que dejes de esperarlo, porque no va a aparecer.- dijo, algo confundido con la respuesta de la menor. -Recuerda que hoy acompañaba a padre a la reunión que tenía con los nuevos embajadores.

-Es cierto, no lo recordaba.- habló, disimulando.

-Bueno, nosotros nos vamos ya a la cama que ya es hora.- dijo, cogiendo entre sus brazos a Julia. -Dale las buenas noches a tu tía.

-Buenas noches, tía Marta.

La mujer miró a su sobrina negando con la cabeza, pensando en de lo que se había librado. Mientras, Julia le regalaba una mirada juguetona.

Después de eso, no tuvo que esperar mucho más para ver, a la tenue luz de las farolas, a una figura femenina caminando hacia ella.