Capítulo φ 6

46 6 6
                                    

Dani abrió la puerta de su departamento, cerrándola tras de sí para recargarse en ella con un suspiro.

—¿Por qué no pueden comportarse como personas civilizadas? —se dijo a sí misma, agotada después de haber pasado una hora intentando tranquilizar a André—. ¿Cuándo piensa regresar Aideé?

Levantó la vista al techo, esperando una señal. Cuando el silencio fue su respuesta, Dani se despegó de la puerta para caminar hacia su habitación, dejándose caer contra la cama y ahogando el rostro en la almohada.

Pero el silencio en el departamento fue lo que la hizo levantar la cabeza de repente. Había olvidado que cuando dejó el departamento, había todavía dos personas en él.

Ese silencio no era normal y menos si Darrell estaba en el departamento. Dani se levantó para volver a salir de la habitación, verificando que no hubiera ignorado la presencia de Darrell y Evelyn en la sala, pero todo estaba desierto. Y la habitación de los chicos estaba vacía.

—¿Darrell? —llamó en voz alta—. ¿Mademoiselle?

Dani resopló, preguntándose a dónde habría ido Darrell, y si Evelyn había decidido regresar a su casa por su cuenta.

Hasta ahora se sentía mal por haberla abandonado a la voluntad de Darrell. Pero el ver a André tan afectado por lo que Darrell había dicho hizo que la vista de Dani se enfocara sólo en él para evitar que el chico de los ojos azules no cometiera una estupidez, como el lanzarse en medio de una calle transitada o desde la azotea.

Solía suceder cuando tocaban ese tema en específico. Por eso Dani cuidaba lo que decía, y trataba que Darrell midiera sus palabras. Eso no quería decir que siempre resultara como ella quería.

Dani caminó hasta la cocina por un vaso con agua, pero fue la hoja de papel colocada estratégicamente en medio de la barra lo que llamó su atención.

«Ya acabé de limpiar el cochinero que hizo Jacometti, ahora tú lava mi playera que apesta a huevo. PD: Me llevé a Evelyn a viajar en el tiempo.»

Dani miró la ventana que daba al cuarto de lavado, encontrando la playera blanca con restos de comida que Darrell había usado en el desayuno colgada en el tendedero. Suspiró cansada, aunque después sonrió leyendo de nuevo la posdata, viajando ella a esa mañana.

φTRES AÑOS ATRÁSφ

—Vaya.

Dani no podía despegar los ojos del otro lado de la acera, fascinada por la enorme casa a punto de ser terminada al pasar por la calle que la llevaba al trabajo.

La mansión ocupaba toda la manzana, y llevaba en construcción más de nueve meses, pero nunca le había puesto real atención, hasta ahora, que ya casi estaba concluida y era imposible ignorar su imponencia contra las casas aledañas al vecindario. Una gran reja la rodeaba, dejando ver parte del jardín lleno de árboles y plantas que en definitiva no eran parte de la región. En la entrada principal, comenzaban a llegar los camiones de mudanza.

—¿Quieres darte prisa, Dani? —André la esperaba unos pasos más adelante—. Esto pesa demasiado.

Dani siguió caminando con una caja de cartón entre las manos, sin despegar la vista de la espléndida casona, alcanzando a André quien llevaba tres cajas iguales a la de ella.

—¿Habías visto una casa como esa antes? —Dani por fin miró a André, fascinada.

—No te extrañe que sea el típico ricachón que no encontró terreno en el vecindario de los ricos. Compró el viejo edificio y se esmeró en construir su gran castillo aquí para recordarnos a todos lo miserables que somos —dijo André con esfuerzo, dando la vuelta en la esquina.

Guerra de Ángeles vs. Demonios: La Leyenda Del Ángel [BORRADOR]Where stories live. Discover now