Capitulo 5: El Gran Brillo 🔷

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Micah se encontraba acurrucado en su cama, envuelto en las sombras de la noche. El suave murmullo del viento golpeando las ventanas era la única compañía en su habitación. Con los ojos cerrados, se dejó llevar por el sueño que poco a poco lo envolvía.

En su mente, un extraño recuerdo comenzó a tomar forma. No era como los sueños habituales; era más como si estuviera experimentando la vida de alguien más. Se encontró observando a través de los ojos de un ser desconocido, en un lugar desconocido lleno de caos y destrucción. El sonido de las explosiones resonaba en sus oídos mientras el ser, rodeado de otros, discutía sobre cómo enfrentar a sus enemigos.

-¡Debemos mantenernos en pie y luchar hasta el final! ¡No podemos dejar que nos derroten las diamantes!—exclamó la figura, su voz llena de determinación y valentía, pero también con un rastro de miedo palpable.

Micah se sintió abrumado por la intensidad de la situación, observando a través de los ojos de este ser mientras planeaban cómo enfrentar a sus adversarios. A pesar del peligro inminente

En su mente, el extraño recuerdo continuaba desarrollándose. La tranquilidad se vio abruptamente interrumpida por la repentina aparición de una inmensa luz en el cielo, bañando el paisaje en un resplandor cegador. Las gemas a su alrededor se llenaron de temor y confusión ante el repentino brillo.

-¿Qué es ese brillo? ¡Nunca he visto algo así antes! —exclamó una de las gemas, su voz temblorosa con el miedo mientras intentaba comprender lo que estaba sucediendo.

Algunas gemas, sin embargo, reconocieron el brillo y la amenaza que representaba.

-Esas son las Diamantes. ¡Están atacando! —gritó otra gema, su voz llena de horror mientras miraba el resplandor en el horizonte.

El pánico se apoderó del grupo mientras intentaban comprender la situación y buscar una solución.

-¿Qué debemos hacer? ¡Estamos completamente indefensos! —gritó otra gema, su voz llena de desesperación mientras buscaba una salida.

La confusión reinaba mientras las gemas intentaban reunirse y coordinar una respuesta ante la inminente amenaza.

-¡tenemos que irnos!... ¡No hay tiempo que perder!... —ordenó, su voz resonando con urgencia mientras instaba a sus compañeros a seguir adelante.

La escena del ataque de las Diamantes se desvaneció lentamente, sumiéndolo de repente, otro recuerdo lo envolvió, llevándolo a una escena completamente diferente. Esta vez, experimentaba el mundo a través de los ojos de una vida "pasada".

La habitación estaba bañada por la suave luz del atardecer que se filtraba por las ventanas. sola en la estancia, acariciaba con ternura su vientre abultado.

-Hola Micah... Haz crecido mucho ya te debe faltar poco... –escuchaba que hablaba observaba con asombro mientras el recuerdo se desarrollaba ante sus ojos. Podía sentir la mezcla de emociones en el aire: la alegría, el temor y la anticipación que llenaban la habitación.

Con manos delicadas, su madre acariciaba suavemente su vientre, perdida en sus pensamientos mientras contemplaba el milagro de la vida que crecía dentro de ella. Sus ojos brillaban con amor y determinación, consciente de que pronto daría la bienvenida a su hijo al mundo.

Micah se sintió abrumado por la belleza del momento, por la conexión entre madre e hijo que trascendía el tiempo y el espacio. Aunque el recuerdo era ajeno a él, podía sentir la intensidad del amor maternal que lo rodeaba.

El recuerdo se desvaneció gradualmente, dejando a Micah de nuevo en su habitación, con el eco de las emociones aún reverberando en su interior.

-que fue... Que loco sueño... –Micah mira la foto de su madre y después ver el brillo de la mañana entrar por las cortinas Micah se incorporó en la cama, con la mente aún zumbando por los recuerdos que lo habían envuelto en un torbellino de emociones. Deslizó las cortinas con cautela, dejando que la luz de la mañana llenara la habitación mientras se apoyaba contra el marco de la ventana.

A través del cristal, la ciudad viva se extendía ante él, iluminada por la salida del Sol. Los edificios se alzaban imponentes contra el cielo hermoso de la mañana, mientras las calles permanecían vivas y llena de gente iniciando su dia.

-¿Qué significa estos sueños?... —se preguntó en voz baja, su tono cargado de incertidumbre y preocupación.

Dejó vagar su mirada por los parques y los callejones, mientras reflexionaba sobre los recuerdos que lo habían atormentado esa noche. La imagen del ataque de las Diamantes y el amor maternal de su madre se mezclaban en su mente, creando un torbellino de pensamientos y emociones.

-¿Son solo recuerdos del pasado, o intentan decirme algo?... —continuó, su voz reflejando su determinación de encontrar respuestas.

La tensión lo envolvía mientras luchaba por desentrañar el misterio que rodeaba sus sueños.

Con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, Micah se apartó de la ventana y regresó a la cama. Se sumergió entre las sábanas, con la mente enredada en pensamientos turbios y la determinación de descifrar el enigma que lo acosaba pasando a otro lado

Dentro de un restaurante animado y acogedor, Steven se encontraba sentado en una mesa, disfrutando de su comida mientras hablaba animadamente por teléfono móvil con Amatista. La voz de Amatista resonaba en el auricular mientras compartían una conversación llena de energía y risas.

-¡Sí, Amatista, lo sé! ¡Fue una locura!                –exclamó Steven con entusiasmo, recordando una de las travesuras pasadas que habían compartido juntos.

La risa contagiosa de Amatista se escuchaba al otro lado de la línea, mientras compartían recuerdos y hacían planes para el futuro.

-¡Ja, ja, ja! Tienes que tomarte un descanso de esa Universidad! -respondió Amatista.

Steven sonrió mientras disfrutaba de la conversación con su amiga.

-Pero me gusta la universidad  -dijo Steven, con una sonrisa en el rostro.

La conversación continuó llena de risas y camaradería, mientras Steven y Amatista compartían anécdotas.

- Oye, Steven, ¿Sobre el tipo del que me hablaste? El que te preocupa, ¿recuerdas? -preguntó Amatista con curiosidad.

Continuará

Steven se quedó un momento en silencio, reflexionando sobre cómo explicarle la situación a Amatista.

- Oh, sí, claro, te lo mencioné. Es extraño...
Amatista escuchó atentamente, absorbiendo cada palabra de la explicación de Steven.

- Hmm, suena misterioso. Tal vez deberías investigar un poco más sobre él. No te gustaría estar cerca de alguien que te cause problemas -comentó Amatista, mostrando su preocupación por la situación.

Continuará

Gemas Eternas: Legado de las ErasDove le storie prendono vita. Scoprilo ora