Jungkook se enderezó, abandonando la posición de lucha y retirando sus puños para mirar a Jimin con una ceja enarcada.

—Hei, Park, si quisiera en mi arena de entrenamiento ese tipo de pelea de la que hablas, habría arrastrado a Taehyung hasta el mismísimo centro.

Elia sonrió.

—Deberías dejar que les demos una lección, necesito pelear con alguien en algún momento o de lo contrario acabaré perdiendo la cabeza —la chica golpeó las costillas de Yoongi y este se quejó—. Sé que necesitas atender a tus cachorros pero apuesto a que Jimin...

—He sido niñera durante todo este tiempo, supongo que no debería importarme un día más si al menos Taemin puede demostrarle a esos idiotas que los mestizos de sombras están hechos para algo más que...

—Jimin... —Taemin advirtió—. No me he quejado.

—¿De verdad quieres pasarte toda la vida ayudando a sembrar tierras muertas?

Los dos se observaron, conscientes de que la atención de los presentes se había detenido a su alrededor.

—No. Lo que quiero es mi maldito bar de vuelta.

—Bueno, mientras tanto tal vez puedas divertirte dando algunos puñetazos —el omega intentó bromear pero su broma no fue bien recibida—. Yo... Lo siento.

—La guerra no es divertida. Los mestizos accedimos a esta Unión buscando paz y solo hemos hallado más guerras, una que no es la nuestra y que además nos mantiene más lejos que nunca de casa. ¿Y os preguntáis porque algunas personas susurran que la Unión no es tan fuerte como hace querer ver? Llegamos, vivimos y es como si nos hubiéramos fusionado con la naturaleza de vuestra montaña. Nadie nos ve, nadie pregunta por nuestras opiniones y nadie escucha aquello que le duele a los mestizos. Es la misma mierda de siempre. Seguimos siendo perros, con el mismo collar pero con un amo diferente.

Taemin saltó desde la valla de madera hacia el suelo, entonces sus pasos comenzaron a moverse hacia el frondoso bosque que se alejaba del campamento.

—¡Taemin!

Jimin parecía exasperado.

El resto... El resto simplemente se mantuvo en silencio. Porque sabían que el mestizo no estaba mintiendo. Que cada una de sus palabras eran ciertas.

La Unión se había dejado en el tintero a un pueblo completo mientras trataba de luchar sus propias batallas. Un pueblo que había jurado poder proteger.

(***)

Perderse de nuevo en los entrenamientos, en la lucha, el sudor, el calor y la sensación de mantenerse corriendo a través de los bosques frondosos con las patas hundidas bien profundo en tierra fría. Eso quería Hoseok y eso estaba comenzando a adorar Min Yoongi.

"Apuesto a que un lobo tan grande como el tuyo no podría seguirle el paso al mío ni aunque lo intentase."

Hoseok giró a través de los árboles que bordeaban el arenal. El viento y la marea removían el agua que se acumulaba en la cercana orilla y hacían que sus hocicos se sintieran húmedos. No había rastro de pescadores en la lejanía, el temporal formaba olas que rompían fuertemente en las rocas y controlaba el tráfico de pequeños pesqueros.

Cerca del lugar por el que Hoseok se encontraba entrenando con Yoongi, el grupo de mestizos que se había decidido adherir a la Unión observaba la niebla fantasmagórica que estaba comenzando a abandonar el pueblo que un día fue parte de su hogar. Taemin estaba entre ellos, como el centro de un grupo de planetas que giraba alrededor de una misma estrella. Los rostros de todos ellos parecían después de escuchar sus palabras, mucho más tristes y demacrados.

ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - THE HOWLING SAGA ☽ Where stories live. Discover now