Capítulo 10

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Duele.

Todo duele.

Una parte de ti esperaba que Sukuna te siguiera, aunque la otra parte sabe que lo mejor es que se haya quedado en esa sala para seguir con tu plan, pero aun así no puedes evitar sentirte decepcionada.

Una sensación de la cual ya te estás acostumbrando. Esa sensación ya comienza a empañar tu camino en este matrimonio y cada paso que das se siente aún más pesado que el anterior.

No tenías ninguna expectativa en el amor. De hecho, antes de Sukuna jamás habías tenido algún tipo de relación y mucho menos te interesó un hombre. Aquellas personas de tu antiguo clan eran tan miserables que jamás pudiste fijarte en un hombre de ese lugar, solo te llenaron de desilución haciéndote pensar que todos en el futuro te tratarán así y que jamás, en esta vida y en las otras, podrías ser feliz.

Pero Sukuna fue la luz de esperanza. Fue aquel ser que te sacó del infierno que te lastimaba físicamente, solo para meterte a otro que te daña emocionalmente.

Uno en donde las llamas arden dentro de ti. Uno que quema y llega a lastimar tu alma, y solo deseas un poco de compasión y amor para apaciguar todo eso. Piensas que esa es la única solución. Nunca recibiste amor y ahora lo anhelas más que nada, pero la única persona que crees que puede hacerlo se está escapando de tus manos a causa de otra mujer.

Esa mujer...

Hay muchas cosas que no tienes claras sobre ella. Su repentina llegada y su aura llena de misterio te tienen intrigada y curiosa. Pero es un tipo de curiosidad en donde sabes que detrás de toda esa fachada, hay algo ominoso. Está ocultando algo y cualquier cosa que pueda ser, tienes el presentimiento de que no es nada bueno.

Y con la intención de descubrirlo, llegaste a tu habitación esperando que las chicas hayan cumplido con su misión. Para tu mala suerte y ansiedad, eras la única persona dentro de esas cuatro paredes.

Así que reuniendo toda la paciencia del mundo, y por dentro deseando, aunque duela, que la cena entre Sukuna y Hana se alargue un poco más, esperaste dentro de tu habitación, caminando de un lado a otro y mirando de vez en cuando hacia la puerta cuando escuchabas pasos fuera de esta, pero la intranquilidad volvía a ti cuando los pasos seguían de largo, dejándote saber que solo eran los otros sirvientes que cumplen con su deber.

¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que saliste de la cena? ¿Media hora? ¿Quizás una hora? Existe la posibilidad de que todavía estén buscando. Pero... ¿y si se metieron en problemas?

Tras dar pasos inquietos por alrededor de unos cinco minutos, decidiste que lo mejor era salir de tu habitación e ir a ver con tus propios ojos la razón de la demora. Aparte, temes de que Hana llegue a ese lugar y encuentre a tus cómplices.

En unos pocos minutos, estabas frente a la puerta de su habitación y tras observar a ambos lados del pasillo, verificando que no hubiera nadie, tocaste la puerta. Uno, dos, tres... no dejaste pasar más de tres segundos cuando volviste a tocar la puerta. Al no recibir respuesta, hablaste.

— ¿Hay alguien dentro? — cuestionaste tratando de hablar bajo, pero lo suficientemente alto para que se pueda escuchar del otro lado.

Y esta vez, no pasaron más de tres segundos cuando finalmente recibiste una respuesta.

— ¡Mi señora! — exclamó una emocionada Aiko. Escuchaste como sus pasos se acercaban a la puerta — Pensamos que era otra persona la que estaba tocando la puerta.

— ¡Estábamos escondidas! — ahora los pasos de Naoko se aproximaron hacia la puerta.

— ¿Por qué? — cuestionaste con total confusión — ¿Pudieron encontrar algo? — no quisiste una respuesta en ese momento, por lo que nuevamente volviste a hablar antes de que una de ellas lo hiciera — Mejor salgan de ahí y lo conversamos en otro lado.

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⏰ Last updated: May 08 ⏰

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WINTER | Sukuna x Lectora Where stories live. Discover now