Capítulo 9

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— ¿Estás segura? — le preguntaste a Aiko quien asintió repetidas veces para asegurar la veracidad de sus palabras.

— Lo vi con mis propios ojos, mi señora, ella estaba hablando con esas dos sirvientas y luego le entregaron una carta — volvió a repetir, para confirmar lo que anteriormente te había relatado con lujo y detalle.

— Una carta... — murmuraste para después encerrarte en tu propia burbuja de pensamientos.

Según Aiko, mientras Hana hablaba con las sirvientas, estas mismas le entregaron una carta. Pero, ¿de quién? ¿De su familia maltratadora? ¿De un amigo o amiga? Joder, no lo sabes porque no la conoces, el unico que parece conocerla a la perfección es Sukuna.

Existe la opción de ir a hablar con él sobre este nuevo descubrimiento pero, ¿qué le dirías? ¿Y si la carta termina siendo inofensiva y sin importancia? ¿Si no te cree? ¿Si piensa que quieres conspirar en contra de Hana a causa de tus "celos"? Las respuestas a las dos últimas preguntas parecen tan predecibles en este momento y la verdad es que no quieres arriesgarte ni saber la respuesta que puede, finalmente, derrumbarte por completo.

Sin embargo, ¿Hana no había dicho que no tiene un lugar al que ir? Si es así, existe la posibilidad de que haya mentido solamente para ganar estadía gratis en tu hogar y tener tiempo para robar el corazón maligno de tu esposo. Aunque duela admitirlo, parece que lo está consiguiendo.

En un par de días y los que están por venir, está consiguiendo lo que tu quisiste y anhelaste por años; un amor tan afectuoso que llegaría a derretirte el corazón con un fuego tan cálido y lleno de emociones. Pero, ¿es momento de pensar en eso? Hay algo más importante y que carcome tu cabeza, la cual está llena de curiosidad, confusión e incertidumbres, ¿quién carajos le está enviando cartas? ¿Cuál es el contenido de la famosa carta?

Sin embargo, sobre todo... ¿El remitente sabe que se está hospedando en este lugar?

Ahora más que nunca crees que no es una mera coincidencia que la hayan encontrado cerca del templo. Es decir, pudo haber sido cualquier otra mujer, incluso un animal herido, pero... ¿justo tuvo que ser la mujer que Sukuna conoció cuando era humano? Ya no puedes quedarte de brazos cruzados y fingir que eres ciega ante las cosas que pasan en frente de tu presencia.

Es hora de que las paredes sean tus oídos, el cielo tus ojos, el piso tu guía y la katana tu fortaleza ante cualquier amenaza que pretenda destruir tu hogar. Es hora de que demuestres el valor que creías no tener. Durante estos años has dado prosperidad a este templo, no dejarás que una persona que llegó hace unos días se adueñe de eso y gane el mérito por algo que no hizo.

— Aiko. Naoko — las miraste y pronto las dos chicas se reunieron hasta quedar enfrente de ti — Quiero preguntarles algo y espero que respondan con toda la sinceridad posible, ¿ustedes confían en Hana?

— Bueno... la señorita Hana parece ser alguien inofensiva, pero hay cosas de ella que me disgustan — Naoko fue la primera en responder con un tono lleno de dudas.

— Es como si quisiera ser la próxima dueña de este templo — Aiko estuvo de acuerdo con su amiga y añadió más cosas — Siempre aparece de la nada cuando el señor está dando paseos. Esa mujer... siento que quiere robarle lo que le pertenece, seño-

— Mi señora — Naoko interrumpió a su amiga dándole una mirada de muerte y luego sus ojos se suavizaron cuando volvió a mirarte — Aiko es una cizañera, por favor no la escuche.

— Oye, no hables de mí como si no estuviera a tu lado — Aiko la reprendió en voz baja y Naoko no fue capaz de quedarse callada.

Te reíste en silencio de ellas mientras observabas la pequeña disputa que tenían pensando que eran disimuladas al hablar en voz baja y que tú no escuchabas nada. A pesar de que las conoces hace poco y no sabes mucho sobre ellas, has notado algo, y es que son muy unidas. No importa si discuten por una tontería, después la olvidarán y la amistad seguirá prevaleciendo.

WINTER | Sukuna x Lectora Where stories live. Discover now