𝟑𝟗| 𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚌𝚎𝚗𝚒𝚣𝚊𝚜

1K 113 62
                                    

Ella ya se encontraba asimilando todo el lugar, pensaba en su primera víctima. Había terminado de colocar la pólvora pendiente. Tenía la mirada sobre la silla que estaba frente a ella, imaginando las súplicas de su víctima. Últimamente no dejaba de pensar en como de la nada se había quedado tan vacía, se preguntaba si alguien más sufría más que ella. ¿Quién a los veinte años piensa en una venganza ardiente? Tal vez nada más ella, tal vez nadie había sufrido tanto como ella. Salió del lugar para después ir rumbo a la mansión, han pasado dos semanas desde la muerte de Marlon, TH parecía haberlo olvidado pero ella no, pero no lo volvió a mencionar y no lo haría en adelante. La gente de la Comarca dejó de existir, la mayoría tomó caminos diferentes hacia otras mafias sin dejar huellas ni cenizas

—¿Sigues molesta?—
—No—Respondió a secas
—Últimamente refunfuñas menos—
—Esque no me apetece hablar con ninguno de ustedes—
—Eso demuestra que sigues molesta—

Se encogió de hombros, sus pupilas iban al ritmo que Bill movía las manos frente a ella, con tan solo mirarlo sentía la satisfacción cada vez más cerca, cuando Gustav paso de su lado para salir a un nuevo negoció ella lo miró de reojo, impaciente. Tomó el vaso de naranja, tomó un sorbo y después se levantó

—Rachel—Musito Bill—¿Podemos hablar de nosotros?—

—¿Nosotros?—
—Sé que estás molesta, pero Marlon tenía que morir tarde o temprano—

Se quedó en silencio, intentaba no refunfuñar para no soltar los dientes en restregarle lo mucho que empezaba a odiarlo, a él y a sus amigos, no quería cagarlo. Había pasado tanto que ellos no merecían morir con una simple bala

—¿No dices nada?—
—¿Qué quieres que diga?¿Que tienes razón?—

—No precisamente—.—Intentaba que volviéramos a ser los amigos de antes—

—¿Después de restregarme en la cara que desconfías de mi?. Por supuesto—Bromeó con arrogancia

Se dió la vuelta poniéndole fin a la conversación o mejor dicho para no seguir perdiendo el tiempo después de ver cómo su víctima ya había salido, tomó el auto aprovechando que todos tenían tareas distintas, de pronto se había quedado estacionada a la orilla, las luces traseras parpadeaban señalandolo. Se quedó mirando a una chica de pelo rubio y ojos mieles, tenía el uniforme de su antiguo colegio y hubo varias ocasiones en dónde lograron encontrarse en clases, recordaba que su pelo siempre olía a rosas y solía ser muy activa en las participaciones, después de unos segundos las manos de alguien la tomó por sorpresa y después la llenó de besos con delicadeza, ella sonreía de forma tierna, parecía ser feliz en este mundo. Rachel sintió envidia de aquello

A veces deseaba haber tomado ese vuelo y haberse olvidado de todas las personas que llegaba a recordar, a veces deseaba haberse hundido en una depresión y que muriese alcoholizada. A Veces deseaba no haber salido del colegio y ver a Marlon, a veces deseaba no haberse acostumbrado a Gary, tal vez su muerte habría dolido menos

—Llámame ridículo pero alguna vez leí que era romántico dejar volar un farolillo con todo lo que aún no dejas ir, incluso si es para alguien—

Podía sentir esas palabras por la nuca mientras observaba a aquella pareja dándose cariños cómo si quisieran gritarlo a los cuatro vientos. Volvió a tomar el volante y manejó hasta la calzada más solitaria que alguna vez Jeff le había mostrado. No sé atrevió a bajar, de hecho se quedó esperando a que los recuerdos terminarán. Del tablero sacó un pequeño post-it, tomó el bolígrafo y escribió «Para Jeff...»

𝗢𝗻𝗲 𝗢𝗳 𝗨𝘀; Tokio Hotel Where stories live. Discover now