31 ~ Baby +18

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Los ojos de Satoru se llenaron de asombro y emoción mientras hojeaba los documentos en sus manos; sus dedos temblaban ligeramente por la anticipación. Con torpeza y ansiedad, sacó el resto de las hojas del sobre, soltando un jadeo al ver las imágenes en blanco y negro que se desplegaban ante él.

Intercambió miradas entre las fotografías y Suguru, cuyos labios apretados delataban su nerviosismo. —¿E-esto de verdad es tuyo?—, balbuceó Satoru, con la incredulidad pintada en su rostro.

El menor simplemente asintió, sus mejillas teñidas de un rubor adorable. —Hace una semana hablé con Shoko sobre cambios que había notado en mi cuerpo y decidió hacerme análisis y...

—Estás embarazado... —murmuró Satoru, dejando caer los papeles al suelo antes de envolver a su prometido en un abrazo apasionado.

—Mi amor, estás embarazado, de verdad lo estás —dijo Satoru, enterrando su rostro en el cuello de Suguru, ocultando la inmensa sonrisa que se había formado en su rostro.

Suguru suspiró con alivio al recibir esa cálida respuesta, abrazándolo con la misma intensidad, sintiendo sus ojos arder al borde de las lágrimas.

—Sí, estamos esperando un bebé —confirmó Suguru con una sonrisa tierna.

Satoru se separó lo suficiente para mirarlo a los ojos, limpiando las lágrimas bajo estos con una expresión llena de felicidad.

—No sabes lo que estoy sintiendo, de verdad es la mejor noticia, el mejor regalo, un bebé, Suguru, un bebé nuestro —le dijo con una inmensa sonrisa que iluminaba su rostro.

La sonrisa de Gojo no cabía en su rostro, su estómago revoloteaba de emoción y alegría.

—Tomo las manos de su prometido con suavidad. —No puedo creerlo, Suguru, es increíble —su voz llena de emoción.

El menor apretó el agarre de sus manos. —¿De verdad estás contento, no te desagrada la idea?—

Jamás, mi amor — respondió Satoru con una mueca de asombro, negando con la cabeza. —En cuanto me confesaste que querías una familia, supe que yo también lo deseaba.

Satoru acunó el rostro de Suguru, agachándose a su altura. —Soy el hombre más feliz en el mundo, la sola idea de verte con tu pancita, de que sea posible esto, criar juntos a nuestro bebé, es tan bello.

Los ojos de Suguru brillaban con la alegría del mayor, sonriendo ampliamente hasta que sus ojos formaron unas medias lunas.

Rodeó el cuello de Satoru y volvió a abrazarlo con fuerza. —Te amo, Satoru, tanto como voy a amar a nuestro hijo.

El contrario lo abrazó con la misma intensidad, su corazón lleno de amor y gratitud.

Después de la noticia, Suguru se separó para tomar la caja de terciopelo sobre el escritorio, la abrió con cuidado y le entregó a Satoru un collar de oro con un dije de un pez japonés negro, simbolizando su conexión. —Para que siempre lleves una parte de mí contigo, lo hice yo mismo hace 6 años, justo antes de irme de la escuela pero el día que debía dartelo sucedió lo de la aldea, de paso también hice uno para mí, en color blanco —murmuró con cariño.

Satoru tomó el collar entre sus manos observándolo fijamente, sus mejillas se sonrojaron y sus azules ojos brillaron aún más. Rápidamente lo colocó sobre su cuello para volver a mirar a su prometido.

—Es muy hermoso, lo voy a cuidar con mi vida.

Suguru rió divertido —no es para tanto.

—Ya que es mi cumpleaños y vamos a ser padres, creo que debemos ir a celebrar a otro lugar.

BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora