Con la mirada fija en las brillantes esposas Goku comenzó a sentir cierto desasosiego.
Goku: ¿Eh? ¿La cárcel?
Al fin había entendido que es lo que iba a pasar y sinceramente, no le gustaba para nada la idea. Teniendo problemas económicos y políticos ¿para que rayos necesita estár ahora atrapado como rata en una celda fría y sin luz? Obviamente haría lo más sensato que se le pudo ocurrir:
Goku: No gracias (saltando mientras escapa).
Policía: ¡Vuelve aquí! (enojado).
Este le grito"¡Gusano desgraciado! ¡Cuando te agarre, te vas a quedar encerrado por siempre!", saltando y pasando por encima de todo lo que se interpusiera en su camino."No es mi culpa, se lo digo encerio señor oficial es la culpa de la bruja de mi ex-esposa que este de esta manera".
Ignoró cualquier excusa que le daba nuestro pobre Goku que corría y corría sin ningún descanso con bastante temor. ¿Y como no tenerlo? El policía estaba como loco pisandole los talones apunto de ponerlo a dormir junto con algún enfermó que de seguro le quería robar los riñones o peor.
Junto con un negro musculoso de 2 metros de largo que bateaba para el otro lado y que disfrutaba de la carné fresca.
Era preferible hacer el intento de escapar a tener ese horrible destinó aunque le aumentaran el número de los años de cárcel por haberse resistido al arresto "pacífico" que le intentó proporcionar el "honrado" oficial.
26 Minutos Después.
No sabía cómo pero de alguna manera había logrado esconderse del maldito oficial que lo perseguía, lo había conseguido. Aprovechando el momento justo cuando el oficial se distrajo con la figura de una mujer con ropa de lencería, que despertaba la imaginación de muchos hombres, se escabulló y se escondió a salvo.
Goku: Alfin... ( suspiro ) logré perderlo de vista.
Nuestro querido amigo se encontraba descansando tratando de recuperar un poco el aliento hasta que de la nada, un aroma apetitoso le llego a su nariz el cual provocó que sus instintos Saiyajin despertaran.
Goku: Este aroma, se me hacé muy familiar.... Es.... Es c... ¡¡COMIDA!!.
Y antes que Goku pudiera pensar siquiera en dónde estaba, su estómago emitía un rugido potente y salvaje, pues el metabolismo de esta fiera guerrera literalmente desintegraba todo lo que se tragaba, y necesitaba de más.
Cómo si de un perro se tratara, Goku comenzó a buscar la comida guiandose nada más que por el aroma. En ese momento parecía que tenía un rastreador en toda la nariz ya que logro su cometido.
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¡Un banquete! ¡Un verdadero banquete!
Enfrente de Goku había un maravilloso espectáculo de comida. Un delicioso pavo asado bañado en salsa de limón recién sacado del horno, con un poco de puré de papas al lado, acompañado por grandes salchichas asadas. Además, había camarones, pan, un rico caldo de carne y verduras, y mucho más.