La noche caía lentamente sobre la ciudad y la poderosa luz del sol poco a poco se disolvía en las calles. En ese momento, la cabellera de cierto azabache se apreciaba en la lejanía.
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Este era nuestro Sayayíng Són Goku que después de varios intentos por conseguir empleo se había agotado mentalmente tras no uno, sino tras varios rechazos en diferentes entrevistas y audiciones para diferentes puestos de trabajo.
Goku: ( No es posible que a cada lugar que vaya me terminen echando antes de poner siquiera un pie ).
Algo muy raro había estado pasando las últimas semanas ya que era cierto lo que pensaba el Son:
¿Cómo era posible que nadie lo tomara de empleado?. Si con el físico que tenía podían sacarle buen provecho.
Desde trabajos en los que se requería fuerza bruta en los que claramente sería perfecto para el como trabajador de una construcción o también como el guardaespaldas de una persona importante como Mr.Satan. No lo tomaron en cuenta o simplemente le dieron "Ya no tenemos vacantes".
Ya había escuchado Mil y un excusas pero todas le daban al final el mismo resultado.
"EL pues ya está ocupado", "No eres calificado", "Tu físico es demasiado impresionante"... la lista era interminable y el resultado era siempre el mismo.
A la mañana siguiente:
El Sayayíng se estaba despertando por el ruido constante de algo o alguien que lo estaba llamando, con mucha pereza empezó a abrir los ojos junto con un ronquido que no parecía humano sino más bien como el de un animal.
[Sonido del ronquido de Goku]
Policía: oiga, Oiga, ¡OIGA ANIMAL!
Goku: He? ( Bostezando ) ¿quien es usted?
Policía: Soy la maldita ley de esta ciudad, bajese inmediatamente de ese árbol.
Goku: Y porque lo haría?
Con éso dicho de parte del "Son" se inició una fuerte discusión de parte del oficial al cual no le había gustado ese comentario de parte del Sayayíng. Lo amenazó con multarlo como parte de una amenaza, pero esté ni le prestó atención a lo cuál terminó por agotarle la paciencia.
Policía: Tu te lo buscaste idiota ( Sacando algo ) Estás arrestado.
De repente, los ojos de nuestro Guerrero favorito se encontraron con un fastidioso reflejo metálico: Unas cadenas policíales deslumbraron los pobres ojos del Sayayíng debido al brillo del sol.
