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“Quiero agradecerles a ustedes, carats por convertirme a mí, quien es sólo una persona ordinaria, en una persona especial.






──Shuji-ah.── Casi sin aliento Jeonghan le llamó, su voz era tan dulce que podía llevar a Joshua a un eterno sueño.

En un santiamén que pareció una eternidad para Jeonghan el menor volteó lentamente quedando frente al de perezosos ojos.

── Cariño eres más que especial.── Joshua parpadeó un par de veces no entendiendo a que se refería el mayor, Jeonghan solo atinó a dar dos pasos hacia él para luego posar suavemente sus manos en las mejillas contrarias. Mirando a sus ojos reiteró: ──Hong Jisoo eres más que especial.

Jeonghan se refería sus palabras durante el concierto. A decir verdad Joshua se veía a sí mismo cómo alguien común como los demás, si le preguntaban a su yo de hace diez años atrás diría que posiblemente estaría trabajando en una clínica o siendo un chico oculto bajo las mantas de su habitación mientras miraba anime. Jamás imaginaría que sería captado por los avispados ojos de un cazatalentos y se convertiría en un idol. Pero, aún así, teniendo millones de fanes, se veía a sí mismo como otro grano de arena en el desierto que constituía la humanidad.

Para Jeonghan, Joshua era único, tal cual el principito para el zorro, Joshua podía ser un humano más para él, sin embargo lo nombró, y le dio cariño, convirtiéndose ambos en alguien especial para el otro.

Avergonzado Joshua rascó su nuca recordando las palabras dichas durante el segmento final del concierto.

── Jeonghanie, no es para tanto, no es como si me hubiese menospreciado.── El mayor negó llevando una de sus manos al mentón del menor quien yacía cabizbajo intentando buscar una excusa.

Las miradas de ambos colisionaron, y Jeonghan solo pudo apreciar con devoción aquellos ojos similares a los de un ciervo. Jisoo era único y el se encargaría de recordarle aquello a su amado por el resto de los días.

── Sí lo es.── Afirmó, Joshua tensó sus hombros relajando su cuerpo al sentir como los labios de Jeonghan atacaban los suyos, intentando dejar un mensaje grabado sobre estos.

Cuando sus pulmones gritaron por oxígeno Jeonghan se separó, Joshua aún lo miraba confundido y eso hizo al mayor morir de amor otra vez.

── Shua, eres especial, incluso si el mundo se acaba, incluso si me apuñalan con miles de cuchillos soy feliz porque estoy a tu lado.── El mayor afirmó, sus manos volvieron a posarse en los pómulos del castaño, quien lucía sus cabellos cortos y  se ocultaba de la fría primavera en su cardigan amarillo.
──Cada vez que dices mi nombre me vuelvo a sentir especial, me siento amado, me siento especial.

Ambos recordaron aquel momento donde los dos le rogaban a su manager que los dejaran renunciar, recordaron aquella carta que Joshua escribió que hizo de Jeonghan un mar de lágrimas, recordaron su primer beso tras obtener su primera victoria, recordaron tantos momentos hasta llegar al día de hoy. Habían pasado de ser nadie a alguien, ese era el maravilloso poder de la humanidad, poder que no todos sabían usar sabiamente, poder que creaba u destruía así como el amor.

── Shua-yah jamás digas que no eres especial. Pase lo que pase serás siempre Nuestro Joshua, mi Joshuji, el hombre al cual le puedo confiar el más grande de los secretos.── Con cada palabra pronunciada por el de cabellos negros y angelicales facciones el tiempo se detenía a su alrededor.

Todo pasó a un segundo plano, en aquel mar de personas, eran sólo ellos dos, Jeonghan y él, las lágrimas se deslizaron por sus mejillas retocando su maquillaje con un conocido sentimiento ¿Gratitud? ¿Cariño? ¿Camaradería? ¿Amor? Sí, amor. Inmóvil siendo incapaz de decir algo Joshua lloraba al fin liberando aquello que sentía siendo llevada su cabeza al hombro de Jeonghan, aquel sitio donde podía sonreír, donde podía llorar, donde podía ser un niño y adulto al mismo tiempo.

Sus sollozos eran lo único que se escuchaba en el vestidor, sus lágrimas rebotaban sobre el pullover que vestía Jeonghan, Joshua llevó sus manos al pecho del mayor aferrándose a las tiras del overol de forma inconsciente.

Jeonghan afianzó su agarre en la delgada cintura de Jisoo tarareando una dulce melodía.

── Jisoo, tú eres mi hogar, donde puedo sonreír, donde puedo llorar. Así como tú eres el mío quiero me permitas ser el tuyo más seguido.── Susurró, Joshua asintió desde su escondite del cual salió después de al menos cinco minutos.

Con suaves besos Jeonghan borró las saladas lágrimas de los dulces pómulos de Joshua quien sonrió por las cosquillas que los fugaces besos le ocasionaban, mientras el mayor solo pensaba en en dibujar constelaciones sobre las cicatrices de ambos.

El sonido del flash de una cámara hizo que se apartaran, sonriendo traviesamente el uno al otro, la sesión de fotos después concierto ya estaba tomando lugar y con ello el we-live dentro de una media hora si mal no recordaban.

Tal vez el mundo no estaba listo aún para escuchar o ver lo que tuvieran que ver o escuchar. Tal vez su relación sería una polémica en los foros, tal vez tendrían a muchos en contra o a favor. Tal vez serían un don nadie, pero para ellos siempre serán alguien especial.

── Shuji, jamás digas que eres alguien común y corriente, eres mi sueño, mi rosa púrpura, eres mi mejor amigo, mi compañero de crímenes, eres mi alguien especial.

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⏰ Dernière mise à jour : May 04 ⏰

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