Prólogo

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Me miro una vez más al espejo, frunzo el ceño y hago una mueca al observar la imagen que me devuelve, desvío la mirada hacía el pequeño puñal que reposa en una de mis manos y la idea de retractarme se atraviesa vagamente por la cabeza pero tal y como vino la desechó rápidamente, ya no podía echarme para atrás, no llegados a ese punto.

Suspiro profundamente y vuelvo a mirar hacia mi reflejo, y me sorprendo intentando descubrir algún retazo de lo que fui  meses atrás; sin importar cuanto me viera no podía aceptar que ese era yo, eso significaría aceptar lo bajo que había caído por toda esa situación, y apesar de sentirme literalmente en el piso todavía guardaba algo de vergüenza. Ja! Que gracioso me sonaba esa palabra en este momento, teniendo en cuenta todas las acciones y decisiones escabrosas que había tomado tiempo atrás.

Me alejo del espejo y tomo el saco negro que estaba depositada sobre la cama, y me lo pongo; me acerco a la mesita de noche y un poco titubeante coloco la daga sobre él, me doy la vuelta y me dirijo hacia la puerta de salida sin echarle un último vistazo a aquella habitación que antes me pertenecía pero que ahora formaría parte de mi pasado, y salgo finalmente de ella.

Al llegar a la segunda planta me encuentro a Robert, mi mejor amigo esperando sentado en el sofá, cuando se da cuenta de mi presencia rápidamente se pone de pie y me dedica una mirada inquisitiva, sabiendo lo que seguramente está pensando le muestro mis manos desnudas y prosigo a tranquilizarlo con palabras.

—si lo que te asusta es verme con algún objeto punzante o dañino, te sugiero que te tranquilices, no tengo nada de eso encima —le digo bajando las manos y caminando fuera del salón, el rapidamente me sigue el paso.

—y cómo puedo estar seguro de eso?. Durante estos últimos meses has intentado autolesionarte en múltiples ocasiones, y en la mayoría casi ni lo contamos— expresa indignado por mi aparente tranquilidad, "si el supiera" digo internamente.

—pero no ha pasado a mayores y estoy aquí, vivito y coleando —le digo girandome y dedicándole una sonrisa sarcástica mientras nos dirigimos a la puerta de salida.

—¡claro!, —expresa con falsa alegría —"vivito y coleando" por suerte amigo mío, por suerte —añade poniendose a la par que yo— y sin olvidar que si no fuera por Kate, en este momento estaríamos celebrando el aniversario del cuarto mes desde tu muerte— concluye.

Kate...cuanto hace que no escuchaba ese nombre; era una excompañera de la facultad de medicina a la que fui. Nunca fuimos amigos, de hecho ambos nos aborreciamos bastante y siempre buscamos desprestigiar al otro, pero como he dicho eso era antes. Ahora somos adultos maduros y responsables que se llevan lo suficientemente bien como para no considerarse enemigos pero tampoco amigos. Ella fue la que me salvó de morir de una sobredosis por el exceso consumo de medicamentos.

No respondo a eso, y tranquilo continuo mi camino; una vez fuera de la "casa", que en realidad tenía más pinta de una mansión que de una casa en sí, nos dirigimos al coche de Robert, el cuál era un Tesla Roadster rojo. Yo me subo al copiloto y él al asiento del conductor y arranca el auto.

Durante el trayecto ninguno de los dos dice nada, quizá demasiado metidos en nuestras propias mentes como para tener tiempo de pensar en el otro.

Observo el paisaje pasar rápidamente por mi ventanilla, desde este punto de vista parecen ser ellos los que corren y no nosotros. Recuesto la cabeza sobre ella y cierro los ojos, relajo mis músculos y me doy cuenta de lo cansado que había estado todo este tiempo y de lo poco que había estado durmiendo, por lo cual no tardo en caer rendido ante el sueño.

Un rato después siento el auto detenerse y despierto, abro los ojos algo desorientado pero la sensación no dura mucho al ver donde habíamos estacionado , estabamos frente a las puertas del aeropuerto y aunque sabía muy bien que este era el lugar al que veníamos desde que comenzó el trayecto, no puedo evitar volver a dudar sobre la decisión que había tomado y que estaba a punto de tomar.

Robert hace mucho que se a desabrochado el cinturón, y me observa através del retrovisor, y su mirada me lo dice todo; sus ojos me dicen que todavía puedo dar marcha atrás, y que aún se puede arreglar todo esto, que aún se me puede perdonar, y que todo se puede olvidar, y debo admitir que realmente la idea me parece tentativa; no por el hecho de no abandonar el lugar en el que nací y de estar con mi familia si no para volver a mi habitación, tomar esa daga y acabar de una vez por todas con mi vida, pero tal y como lo había dicho no podía, al menos ya no llegados hasta aquí.

Tomo el picaporte de la puerta y la abro saliendo del auto, Robert Suspira y también sale. Ingresamos al interior del aeropuerto y se que ya no puedo retractarme.

Después de terminar las revisiones y chequeos correspondientes, nos dirijimos a la sala de espera y tomamos asiento. Tras un largo rato  sin decir nada Robert decide romper con ese incómodo silencio.

—que harás una vez que llegues? —pregunta sin mirarme pero obviamente atento, a sabiendas de la respuesta que le daría.

—irme a un hotel, y después de allí ingresar a un centro de rehabilitación —contesto indiferente.

Robert chasquea la lengua, y se que si pudiera ahora mismo se fumaria un cigarro, pero se contiene.

—"un hotel" —expresa sarcástico pero no me inmuto, se que es su forma de desahogar su frustración ;— claro es mejor estar en uno, y más en un país extranjero, que estar en tu casa y en tu lugar de origen —añade con molestia, yo sigo sin reaccionar y esto parece irritarlo más —aquí también hay muy buenos centros de rehabilitación, no entiendo por qué hacerlo en otro lugar, y más, lejos de tus familiares y amigos — expresa observandome desconcertado, y con exasperación.

—Robert calmate, estamos en un lugar público y no puedes actuar así —le reprocho tajantemente.—yo ya he tomado una decisión y no es necesario que entiendas del porqué de eso, conque sepas que estaré bien es suficiente.

Robert posiciona su boca en una fina línea, y desvía la mirada de mi dirección, y de allí ninguno de los dos vuelve a decir algo. Al poco tiempo se ordena a los pasajeros que ya pueden ir hacia el avión para ingresar en él.

Yo me pongo de pie y Robert también lo hace, ambos nós miramos a los ojos cada uno con pensamiento aleatorios pero que concluyen en una sola cosa "no queremos decir adios", Pero al mismo tiempo somos conscientes de que está es la mejor decisión más para mi que para ellos, aun que eso no evita que la despedida sepa tan amarga. Ambos nos damos un fuerte abrazo, y duramos así unos segundos hasta que yo decido romperlo, le dedico una media y última sonrisa a mi mejor amigo, aquel que siempre había estado para mi tanto en los buenos como en los malos momentos en los que yo me encontraba ahora, y comienzo a caminar hacia donde van los demás pasajeros, Robert esta vez no me sigue y solo me observa marchar. Al estar apunto de atravesar la puerta de pasaje la voz de Robert me interrumpe.

—Dante—grita—... prometeme que volverás a Canadá cuando te recuperes —me dice elevando consigo su mano y levantando el dedo pulgar y el meñique, esa era nuestra señal de juramento desde que eramos pequeños, y aún lo sigue siendo hasta ahora.

yo lo observo fijamente pero no con la indiferencia con la que lo había estado tratando desde que empecé a tener estos problemas, no, no lo observaba con ese desdén que había comenzado a introducirse como otra faceta de mi personalidad hacia todo el mundo, como un mecanismo de defensa; esta vez lo observaba como un hermano mayor observa a su hermano pequeño en medio de una despedida triste pero que escondía  innumeras promesas de un futuro reencuentro.

Le dedico una sonrisa honesta y levanto una mano imitando lo hecho anteriormente por él con el dedo pulgar y meñique:

—Te lo prometo Robert... Te prometo que volveré, eso tenlo por seguro —le digo elevando un poco la voz para que me escuché, después  con un agitamiento de mano me despido finalmente de él y atravieso la puerta...


















¡¡Hola a todos espero que les haya gustado el prólogo, agradezco de todo corazón que le hayan dado una oportunidad a esta historia y espero que les resulte entretenida. Si notan faltas ortográficas, información errónea o problemas von la dramática acepto sugerencias encantada( siempre y cuando sean constructivas). Y bueno, eso es todo!! 😊😊😊😊😊

La Historia De Dante Y Bayolet Where stories live. Discover now