—No te molestaremos —suplicó Oliver. —Nos iremos lo más lejos posible si es lo que quieres, pero por favor... no lo lastimes. Él no tiene nada que ver en esto.

—¿Él no tiene nada que ver? —Lucius confirmo lo que tanto había temido. Oliver no podía querer a nadie más que no fuera él. Oliver era su omega. —¿Quien es él? ¿Qué importa él si no esta aquí ahora? ¡Mírame! —. El grito de Lucius lo hizo llorar aún más. —¡Soy yo quien esta aquí! ¡Soy yo quien te cuido todo este tiempo!

Ahora era Lucius quien lloraba también. Una lagrima espesa del alfa cayó sobre la mejilla de Oliver, por lo que abrió sus ojos temerosos encontrándose a Lucius con los ojos tan doloridos como los suyos.

—Soy yo... no él... Puedo soportar que lo llames en tus sueño, que lo nombres... pero... No lo escojas —ahora era Lucius quien suplicaba.

—No...

Sus ojos se volvieron a encontrar. Sus aromas flotaban en el viento, temerosos como el día en que se conocieron, cuando cierto omega se cayo a los pies de cierto alfa. Esa mirada volvió, llena de incertidumbre, miedo, pero esta vez con dolor, tanto dolor que Oliver lo miro a otro lado esta vez.

—No voy a escogerte —la voz de Oliver fue clara, no tembló ni se detuvo a media oración. —Nunca dejaría a Kian por debajo de ti.

—Tenemos una familia. Koda, Nala, tu y yo. No necesitamos nada más.

—¡Esa es tu familia! —fue como si Oliver golpeará a Lucius con esas palabras, porque Lucius se levanto de encima de él como si hubiera recibido un golpe. —¡Mi familia es él!

—¿Él?

—Tu te fuiste, te casaste, tuviste hijos y yo... Yo no iba a esperarte toda la vida, Lucius. Mucho menos con Kian.

Lucius asintió con su mano en su mentón, pero lo que decía sus movimientos no era ni una pizca lo que pensaba.

—Claro. Ese maldito te hizo algo. ¡Estas conmigo ahora! ¡¿Donde esta él?! —la voz de Lucius se hizo lenta y suave que parecía un golpe firme en el pecho de Oliver. —Yo hice hasta lo imposible por tenerte aquí. Acepté todo lo que dijeron, no me opuse, no arme un escandalo, te protegí de ellos.

—¡¿De quienes?!

—¡No lo entenderías!

Oliver limpio las lagrimas que se acumulaban en sus ojos y quiso ponerse de pie nuevamente. No le importo los ojos de Lucius sobre él ni mucho menos su desnudez que había dejado de importar hace mucho.

—Déjalo —Lucius lo siguió hasta el salón fuera de la habitación en la que habían compartido sus cuerpos. —No importa tu historia con él. Puedo ignorarlo-

—No dejaré a mi hijo solo porque tu no lo aceptes —masculló Oliver con los labios apretados, sus ojos llenos de ira miraron al alfa con tal rabia que incluso sus feromonas se hicieron pesadas ante Lucius que sintió su cuerpo flaquear.

Feromonas dominantes.

Hijo...

Lucius tomo el antebrazo de Oliver.

—¿Hijo?

—No importa si no quieres verlo como tu hijo, no me importa si no lo aceptas o crees que va a arruinar todo lo que construiste, pero jamás dejaré a mi hijo por ti, Lucius Collin.

Oliver se safo de la mano del alfa que no apretó su agarré y busco entre el maletín que tenía su ropa limpia. Algo húmedo y espeso se escurrió entre sus muslos, cayendo lentamente por su piel, lo ignoró.

—Es mi hijo... —no fue una pregunta. Lucius volteó lento, dejando caer las lagrimas en sus ojos, mirando al omega pelirrojo que estaba de espaldas a él. —Tú...

HOPEWhere stories live. Discover now