HOPE

๑Capítulo 07.

Lucius se puso de pie de inmediato al escuchar las palabras de Oliver, fue como un reflejo, incluso sus ojos se griseados-azules se convirtieron en un dorado transparente que cualquiera podría confundirlo con un animal salvaje.

Su pecho comenzó a rugir con rabia al solo escuchar esas palabras como si cantaran una melodía grotesca sobre sus oídos y lo hacían sentir de una manera tan nefasta, que no podía decir que no aunque una parte racional de él le decía que debía negarse. Por instinto sabía quién no podía dejar a Oliver de esa manera y menos si suplicaba por él, pero también sabía que Oliver no estaba en sus cabales y si él lo culpaba después de su celo, no se lo perdonaría ni él mismo.

"Llamaré a otro alfa", esa oración lo sacó de sus cabales por completo. Sus pantalones comenzaron a sentirse estrechos y antes de cualquier cosa tiró a su chaqueta de traje al suelo y se dirigió de inmediato a su automóvil. Le dijo al conductor que podía tomarse la noche o al menos tres días libres, porque él se encargaría de conducir o tal vez solo lo estacionaría en el parqueo del hotel donde Oliver se encontraba, para ser más claros, uno de los hoteles de su propiedad.

—Espera... —susurró para Oliver que ni siquiera se encontraba en el coche.

°||°

Unas fuertes feromonas comenzaron a rodear toda la habitación llenándola de ese olor particular que tanto le hacía daño a Oliver, al mismo tiempo lo hacía tanto bien, que no podía negarse. Al olerlas intento caminar hacia ellas. Oliver en medio de su desnudez se puso de pie apenas, cayendo al suelo después de bajar de la cama. A cuclillas se dirigió hacia la puerta y apenas la abrió como si las fuerzas en todo su cuerpo se hubiera ido, su mano temblaba por el ardor en su vientre que recorría todo su cuerpo como la electricidad, pero aún así pudo salir de la habitación a rastras y se dirigió al salón de en medio, donde se encontraban nada más y nada menos la persona que tanto esperaba y a quien no quería al mismo tiempo ahí. Lucius. Sus ojos llorosos lo vieron y casi de inmediato le expresaron lo que sus labios no pudieron hacer porque ni siquiera tenía las fuerzas suficientes para decidir lo que quería.

Lucius camino hacia él en un tortuoso paso lento que hacía palpitar todo su cuerpo en el suelo. La ojos dorados del alfa lo miraron desde arriba con una expresión que Oliver no podía describir, pero sabía que no era nada bueno. Las manos que se encontraban en los bolcillos de su pantalón salieron lentamente hacía él y mientras sus rodillas se aculillaban, se dirigieron a su mentón, el cual alzaron y sostuvieron frente a frente, sus ojos se conectaron de inmediato y antes de cualquier cosa, Lucius lo levantó tomándolo por sus axilas, sosteniéndolo como a un bebé.

Comino hacia la habitación que ya se encontraba rodeada de las fuertes feromonas del Oliver en celo. Lucius no pudo contener su cuerpo y la erección que se ya se había formado en sus pantalones se hizo más grande de lo que ya era. Los ojos dorados miraron a Oliver directamente, siguiendo cada uno de sus movimientos.

Lo dejo sobre la gran cama en medio de la habitación, de una forma tan lenta que el cuerpo de Oliver tembló al sentir su piel sobre las sabanas nuevamente. Antes de cualquier cosa, Lucius acaricio sus mejillas sonrosadas y sus labios rojos e hinchados como si alguien lo hubiera besado sus ojos húmedos azules, pero de una manera brillantes lo miraron sin una expresión, pero algo podía leerse en ellos; lo quería. Quería a Lucius en él.

Las manos del alfa dominante acariciaron todo su cuerpo, los huesos de sus clavículas que sobresalían de su piel, su mentón, sus orejas, sus pestañas, su nariz, su ombligo, sus caderas, su cintura, sus piernas, sus muslos...Todo de en él como si figura una figura de porcelana o una estatua en un museo que lo comía con sus ojos, así lo veía Lucius. De hecho siempre lo había visto así. Oliver se daba cuenta y hace mucho que lo había hecho, años atrás. La misma mirada que le mintió y que le hicieron tanto daño.