11: Sentimientos

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CAPÍTULO 11

Sentimientos.



Con una fuerte presión en mi pecho, cerré con más fuerza de la necesaria el cuaderno que siempre usaba para escribir lo que me pensaba, así como también narraba un poco lo que ocurría en mi vida. No era nada en particular, o sea sí, pero no algo tan monótono como narrar mi día a día; porque al contrario, en él escribía lo que más había marcado mi vida hasta el punto actual, y a su vez, definido como la persona que era hasta ese momento. Recuerdos buenos, malos, promesas, decepciones; y determinantes que significaron ser un cambio radical entre quién había sido antes de, y en quien era como resultado de aquello.

Una vez había oído que escribir era una terapia, pero desde luego, algo estaba haciendo mal, como todo en mi vida últimamente; porque lejos de sentirme aliviada o encontrar paz interna, sentía que cada palabra que escribía, actuaba como una cuerda que me ataba cada vez más y más a mi pasado. Cada oración era más complicada de redactar. Cada frase era más difícil de puntualizar.... Cada párrafo era más doloroso de finalizar. En general, narrar mi vida era una verdadera Odisea.

Por todo esto, nadie podía leerlo; más bien, nadie debía hacerlo.

En resumen, ese día en específico me sentí abrumadoramente deprimida. De verdad, ni siquiera tenía ganas de respirar por voluntad propia; y viéndolo en el mejor de los sentidos, aunque dudo que pueda hacerse, solo tenía motivación para abrir la ventana y descubrir si tenía ese superpoder que creía poseer cuando era pequeña, y con esto me refiero a volar. Obviamente no lo hacía, porque era una cobarde y no pensaba arruinar mi vida más de lo que ya estaba, y para variar, de esa manera. Seguro que ni siquiera eso me saldría bien, y lo prefería así.

Otro punto a tratar, era destacar el hecho de que me sentía sola; sola en un mundo con casi ocho billones de habitantes. Bueno, tan sola no estaba, pero aquel sentimiento de tener que ser mi única compañía me embargaba, y lo peor es que no sabía cómo hacerlo. Según un análisis profundo, puede notar que la mayor parte de mis sentimientos actuales, se debían a que todo me cayó con una jarra de agua fría; y con esto, me refiero específicamente a la llamada de mi hermano, el hecho de revivir todos esos recuerdos, sumar que estaba un domingo, sola en mi piso, existiendo y hundiéndome en las redacciones de mi amargura.

Sí, ya me encontraba sola en aquella residencia, y estimaba que estaría así hasta graduarme de la universidad. Claro, solo si mi hermano podía permitirse seguir pagándolo.

Respecto a mi fiesta de cumpleaños, había una actualización.

No había estado nada, pero para nada mal. Me divertí mucho, considerando que era tal vez la fiesta en la que más tiempo había pasado, ya que no miento cuando digo que estuve allí hasta las cinco de la mañana; y se podría decir que recién me " reactive" el sábado en la tarde, para ayudar a Vivian con su mudanza y terminar unos trabajos de la universidad.

La notificación de una llamada entrante en mi teléfono me distrajo, y sorprendentemente, encontré fuerzas para alcanzarlo y contestar la llamada. En serio, a este punto me sentía como un oso perezoso. Solo quería dormir durante horas, hasta olvidar el fracaso que era mi vida; pero claro, siempre se despierta de los sueños, así que, estaba descartado desde ese aspecto.

Pero pensándolo bien.... ¡Claro!, esa era la solución a mis problemas, puesto a que si hablaba con alguien, quizá así podía despejar mi mente; aunque ciertamente eran de esos días en los que no tenía ganas ni siquiera de respirar. Pero bueno, creo que a las personas que estudian periodismo como yo, una llamada informativa no le venía mal a nadie.

La oportunidad de un para siempreWhere stories live. Discover now