Caminamos por los pasillos del centro comercial, disfrutando de las diferentes tiendas y escaparates. Finalmente, encontramos un acogedor café donde pedimos nuestras bebidas favoritas y nos sentamos en una mesa junto a la ventana, observando el bullicio de la gente pasar.

"Después de aquí, ¿quieres ir a comprar un nuevo celular?" - preguntó Alexandra.

"¿De qué hablas?" - respondí confundida.

"Escuché el destrozo, realmente estabas muy enojada. ¿Quieres hablar de eso?" - insistió.

"No hay nada que hablar, Alex. Todo está claro para mí" - afirmé, tomando un sorbo de mi bebida.

"Es mejor que esperes a que ella regrese y hablen las cosas" - sugirió.

"No puedo seguir sintiendo ese peso en mi corazón. Es sofocante, no puedo respirar" - confesé, sintiendo el peso de mis emociones.

"Está bien, no hablemos de eso. Entonces, vámonos. Debemos arreglarnos para una linda noche que nos espera" - propuso Alexandra, cambiando de tema y mostrando su apoyo.

Gracias al spa y la energía positiva de Alexandra, me sentía más animada. Aunque no me agradaba mucho la idea de ir a una noche casual de negocios, sabía que era importante para mi crecimiento personal. Tenía que aprender a desenvolverme en ese tipo de situaciones.

Me estaba preparando meticulosamente para la noche de negocios. Deslicé el vestido negro deslumbrante sobre mi cuerpo. El corte cruzado y los hombros descubiertos añadían un toque de elegancia y sensualidad, mientras que los tacones altos a juego completaban el look con un toque de sofisticación.


Dejé mi cabello suelto, cayendo en ondas suaves sobre mis hombros, y me aseguré de que mi maquillaje resaltara mis facciones sin ser demasiado llamativo.

Me miré al espejo y quedé satisfecha con el resultado. Bajé las escaleras hacia la sala donde Alexandra ya me esperaba, luciendo impecable como siempre. Su sentido innato de la moda siempre me dejaba impresionada, y esta noche no fue la excepción.

"Luces perfecta, Beck. Vaya, el vestido justo a la perfección" - comentó Alexandra admirando mi apariencia.

"Bueno, hoy debo causar buena impresión, ¿no?" - respondí con una sonrisa.

"Y las causarás, vaya que sí" - afirmó Alexandra mientras revisaba su reloj. - "Es súper tarde, Beck. Vamos".

Salimos juntas hacia la reunión de negocios, listas para dejar una impresión imborrable en todos los presentes. Un vehículo había pasado por nosotras, así que no debíamos preocuparnos por manejar.

Mientras el vehículo avanzaba, solo pude observar a través de la ventana cómo los grandes edificios se iban quedando atrás. Resultaba extraño, por lo general las convenciones de negocios eran en el centro de Bangkok.

"Alex, ¿estás segura del lugar? Siento que estamos cada vez más lejos" - expresé mi preocupación.

"Vamos por el camino correcto, Beck. Cambiaron la sede, es más íntima... Tú relájate" - respondió Alexandra con confianza.

"Solo porque confío en ti, si no creeré que es un secuestro" - bromeé mientras ella negaba con la cabeza divertida.

Pasaron otros 20 minutos en el vehículo mientras platicaba con Alex, hasta que finalmente el chofer se estacionó y abrió la puerta para que saliéramos. El lugar era una mansión majestuosa situada en lo alto de una colina, rodeada por un enorme jardín estilo tailandés antiguo.

El Lazo Que Nunca Se RompioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora