Sana desvía la mirada avergonzada, y vuelve a centrarse en Tzuyu, más específicamente en el bulto que sobresalía adolorido del pantalón.

-Tú también. -Dice la japonesa señalándola. No es justo que tú estés vestida aún.

Tzuyu sonríe de lado.

-A sus órdenes.

Ahora estando ambas desnudas, vuelven a unir sus labios, el beso es descuidado y sucio, fue Tzuyu quien se atrevió a meter su lengua en la boca contraria, siendo bien recibida para tener una intensa lucha, la que sorprendentemente Sana ganó.

Sana aventura sus manos por el fornido cuerpo de la azabache, cubierto por tatuajes, desde los brazos hasta su cuello. Sus manos son callosas por las arduas jornadas de trabajo, se sienten exquisitas por toda la piel de la japonesa, especialmente sobre su clítoris.

Tzuyu empieza a mover sus dedos sobre el botón de placer de la japonesa, en círculos, arriba a abajo, los gemidos de Sana son intensos, la atención en su clítoris, desenfrenados besos arruinando su cuello.

Tal conjunto de sensaciones culmina en un gran gemido opacado por la boca de Tzuyu sobre la suya, Sana tuvo su primer orgasmo.

Sana jadea entre cortada al Tzuyu romper el beso, sus ojos van al erguido miembro de la menor, rojizo bañado en líquido preseminal, tan delicioso. Sana trata de tomarlo, pero Tzuyu se lo impide tomando sus muñecas.

-Ahora no, humanamente no puedo esperar más, Sana... —Gruñe Tzuyu en su oído. Por favor, déjame entrar en ti...

Sana la toma de las mejillas desconcertando a la azabache, hasta que juntan sus labios dulcemente.

-Puedes hacerlo... Sin esperar más, Tzuyu toma la punta de su eje, situando la punta en la pequeña, pero ya bastante lubricada, entrada de la japonesa.

-¡Espera! -Grita Sana empujando a Tzuyu de los hombros.

-¿Qué ocurre?

-No tenemos condón...

Tzuyu gruñe desesperada saliendo de la cama, va junto un tocador frente la cama, buscando dentro de los cajones, hasta que encuentra varios condones. Una también ansiosa Sana la espera en la misma posición sobre la cama. Nada lenta Tzuyu vuelve colocándose el condón de una.

¿Por qué tiene condones? Piensa Sana pero fácilmente lo olvida al tener a Tzuyu encima suyo.

-Si te llega a doler, házmelo saber. -Pide Tzuyu besándola.

-Hazlo...

Tomando la punta de su pene, Tzuyu vuelve a situarlo en la entrada de Sana, entrando solo la mitad para evitar lastimarla. Sana gime de dolor, abrazándose del cuello de Tzuyu, para poder soportarlo.

-¿Estas bien?

Sana asiente.

-Solo... Termina de meterlo.

Acatando sus órdenes, Tzuyu se adentra por completo en una fuerte y certera estocada, Sana jadea adolorida.

Permanecen así por un rato, hasta que Sana empieza a mover sus caderas, indicándole a Tzuyu que puede moverse.

La primera embestida saca un fuerte gemido de ambas, seguido de más y más, las embestidas dejan de ser lentas convirtiéndose en desenfrenados golpes, las uñas de Sana se clavan en la fuerte espalda de la más alta, y el de por sí ya mallugado cuello de Sana, recibe nuevamente a la boca de la azabache.

Así el inicio de su orgasmo las golpea de pronto, gimen juntas celebrando su orgasmo, pero el gemido de Sana en nada se convirtió en un grito, no solo por el placer de venirse y sentir el líquido caliente de Tzuyu dentro suyo, sino por esa extraña chica entrando de repente en la habitación.

Marihuano. || Satzu AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora