CAPITULO 8

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Misión cocina

Minoru y Akane se encontraban en una tienda de conveniencia, comprando algunos ingredientes. Tras terminar su compra, siguieron su camino rumbo a la casa de Minoru.

—Akane: Esto será divertido. Si puedo mejorar mis habilidades, podré invitarte al almuerzo más a menudo. Incluso ayudaré mucho en casa con mi madre. —Lo dijo tranquila, pero Minoru al oírla no tenía buenos pensamientos.

—Minoru: Bueno, ya sabes, no soy el mejor. Simplemente aprendí lo que necesitaba vivir solo. Trae varios retos. —La peli negra quedó confusa tras lo dicho, pero no respondió y siguieron caminando.

Tras unos minutos, llegaron a su destino, una casa muy tranquila y estándar ubicada en un vecindario no tan alejado de la preparatoria. Apenas entraron, la peli negra se relajó mientras Minoru fue por unas botanas.

—Akane: Es un lindo lugar. Tus padres volverán pronto, ¿verdad? Quisiera conocerlos y que me presentes formalmente.

—Minoru: Será imposible. Están en el extranjero por su trabajo. Siempre están ocupados, pero me monitorean siempre. Es algo rutinario. —Se lo decía a su amiga mientras le daba algo de jugo y galletas.

—Akane: Vaya, a eso te referías con vivir solo. Debe ser duro. Por cierto, gracias por el jugo. —Este asintió a lo dicho y le mostró a Akane el platillo que prepararían.

—Minoru: Es una receta simple, un omelette con vegetales. No tardaremos mucho, así que manos a la obra. —Akane al oírlo pensó que sería fácil, o eso creyó.

Como primer paso, ambos se pusieron un delantal para lavar los vegetales. Una vez limpios, Minoru quería empezar cortando los vegetales, cosa que Akane intervino y quiso mostrar sus habilidades con el cuchillo, y él accedió.

—Akane: Esto será fácil, solo mira atentamente. —Apenas empezó a cortar, el cuchillo se escapó de sus manos y casi lastima a Minoru.

—Minoru: Bueno, parece que tardaremos mucho tiempo. En fin, empecemos por lo básico. —Tras esquivar el cuchillo, lo tomó nuevamente y empezó a instruir a la peli negra.

Tras unos minutos y con los vegetales cortados, era el turno de saltearlos en una sartén con una llama no tan alta en la cocina. Nada podía salir mal, ¿verdad? Pues apenas empezaron, Akane añadió más aceite del necesario y, sumándole una llama alta, los vegetales terminaron quemados.

—Akane: Qué extraño. Normalmente eso no sucede en mi casa. Tal vez este aceite no es de buena calidad. —Lo decía mientras revisaba la etiqueta del aceite y seguía confundida.

—Minoru: Creo que tenemos los ingredientes necesarios para continuar, así que no te preocupes. Aun así, será mejor tomar medidas. —Tras lo dicho, trajo un extintor y dos máscaras de soldadura.

Akane apenas lo vio, se rió un poco y ambos se pusieron las máscaras y empezaron a saltear de nuevo los vegetales, llegando al turno de los huevos. Mientras Minoru terminaba los vegetales, Akane batiría los huevos.

Minoru en su mente seguía pensando en el lío en el que se había metido. Aun así, quiso terminar de ayudar a su amiga. Con eso decidido, siguió adelante hasta que Akane tocó su hombro y señaló el tazón donde había batido los huevos, el cual estaba quemándose.

—Minoru: Bueno, creo que ya nada puede sorprenderme hoy. En fin, qué más da. —Se dijo así mismo mientras apagaba el fuego con el extintor y Akane seguía terminando los vegetales.

Después de unos minutos de cocción e incendios, Minoru ayudó a Akane a doblar el omelette por la mitad con una espátula. Con cuidado, lo deslizaron sobre un plato, revelando un omelette dorado y tentador, relleno de coloridos vegetales.

—Akane: ¡Este omelette de vegetales se ve delicioso! —Akane sonrió con orgullo mientras miraba el resultado final.

—Minoru: Bueno, fue difícil, pero lo terminamos. Lo positivo fue que, al menos, no incendiamos mi casa. —Le decía a la peli negra mientras seguía apagando varias llamas en la cocina.

Juntos, se sentaron en la mesa y disfrutaron de su omelette de vegetales. Pese al nivel de presentación, el sabor era muy intermedio, cosa que Akane notó, pero no le importó, pues había logrado un gran progreso. Minoru, por su lado, seguía sin poder creerse el avance de la peli negra, pues imaginaba lo peor. Aun así, se alivió un poco y entre risas ambos terminaron de comer.

—Akane: Esto sí que fue divertido. Sabes, es la primera vez en mucho tiempo que hago algo diferente que no sea mi trabajo o mis tareas después de clases.

—Minoru: Creo que estamos igual. Ya sabes, yo tenía planeado seguir mis actividades nocturnas, pero darte una mano con esto se sintió bien.

Tras lo dicho, Akane sonrió y sacando su teléfono buscó otra receta en internet, mostrándosela a Minoru, el cual, confuso, la leyó. Akane, entre risas, dijo lo que tramaba.

—Akane: La próxima vez deberíamos hacer un pastel. Ya mejoré mucho, además, si me ayudas, sé que será mucho más divertido, ¿no crees? —Lo decía muy entusiasmada, cosa que preocupó a Minoru.

—Minoru: Este, creo que es un buen plan. Tan solo creo que necesitaremos una cocina más grande. —Lo decía mirando su cocina hecha un desastre e imaginando lo peor si hacían un pastel.

—Akane: No hay problema. Mi casa es muy espaciosa, así que nos irá bien. Aunque ahora que lo pienso, no tenemos extintores. Pero en fin, ya nos las arreglaremos.

Con lo dicho, Minoru suspiró, aceptando la propuesta. Así, ambos se pusieron a limpiar la cocina, mientras Akane ordenaba los platos y ollas. Minoru seguía buscando la forma de quitar las marcas de fuego de las paredes. Así pasaron los minutos, donde Akane estaba por irse, no sin antes toparse con ciertos objetos peculiares.

—Akane: Minoru, tengo una duda. ¿No has pensado en dejar de ser Slayer el elegante?

Fin

Polos opuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora