Capítulo 1. Una misión de vida o muerte

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Mi vida iba muy bien, tenía amigos, familia, comida, etcétera, pero había algo en mi que faltaba, la alma gemela, esa noche en la que dormía sollozaba por el hecho de que ninguna femina se acercase a mí, me hacía preguntas cómo por ejemplo ¿Por qué no tengo pareja? ¿Seré mala persona? ¿Seré feo?, estaba muy dudoso de mí mismo y mis capacidades, eso sucedía mayormente cuando yo no tenía nada que hacer, cuando yo no estaba en la Academia Espacial, a la cual yo pertenecía, en esos momentos era yo mi peor enemigo, mi peor amenaza, debido a mis pensamientos autodestructivos, no me gustaba estar solo, me sentía destruido por dentro si no estaba con alguien, aunque sea mi mamá o mi padre, que pocas veces viene a casa porque es ingeniero informático y viaja mucho por el mundo para crear diversas soluciones informáticas para muchas áreas de la programación. Debido a eso, yo cuando era niño quería ser cómo él, quería ser ingeniero informático y crear programas cómo sitios web, videojuegos o aplicaciones móviles, pero luego eso se derrumbó cuando mi padre me metió a un curso de programación y no entendí absolutamente nada, me sentía cómo un completo estúpido, incapaz de hacer mínima cosa en mi vida, allí mi autoestima se desplomó por el suelo literalmente, fue mi declive cómo persona.

Mi miserable vida de adolescente enfermo mentalmente acabó hace un par de años, cuando me di cuenta que si no era bueno programando, podía ser bueno en otro trabajo, cómo por ejemplo, psicólogo, ingeniero aeronaútico, astronauta... Cuando pensé en esa última palabra, dije, creo que seré bueno cómo astronauta, ¿Por qué no me inscribo a una academia espacial? A cercanías de mi hogar hay una academia espacial, llamada California's Space Academy (Academia Espacial de California), allí me inscribí, ahora te contaré que me sucedió luego de inscribirme e ir a la Academia Espacial de California.

Luego de inscribirme a esa academia, conocí a mi mentor, el que me ayudó a llegar a dónde estoy ahora, hablo del Doctor Tyler, mi gran maestro. También conocí a mis dos mejores amigos, James y Edward; James es un joven muy apasionado de la astronomía y programación, él sabe muchos lenguajes de programación, por dar un ejemplo el lenguaje Python, C++, Java y C#, y de astronomía sabe bastante también, él siempre está actualizado con la última información sobre tecnología y descubrimientos astronómicos, y al saber eso James me cuenta sobre ello, cómo son temas que a mí también me interesan yo lo escucho atentamente; por la parte de Edward, él es un joven de mi edad, reservado y puede parecer muy silencioso a veces, cómo si no hubiera nadie allí, pero a él también le gusta convivir de vez en cuando, habla de sus temas favoritos cómo la astronomía, su deseo de ser astronauta y su gusto por la electrónica, me ha contado Edward que cuando él era niño construía vehículos a control remoto, cómo barcos, tanques de guerra, automóviles y camiones, pero ahora no se dedica tanto a hacer eso, si no a construir circuitos informáticos, para computadores y dispositivos móviles. En resumen, tengo dos amigos que comparten el mismo gusto por la informática, sólo que uno es del área del software y otro del área del hardware.

Hace unas semanas, me gradué cómo astronauta, estuve practicando para ello durante tres años enteros de mi vida, para ser exacto desde los quince años hasta ahora, que tengo diecisiete años de edad, estoy muy feliz de mi logro, pero a la vez ahora sé que en cualquier momento puedo ir al espacio y terminar muriendo ahí, en ese vacío en el cual nadie me encontrará ni me dará sepultura, pensar en esa posible situación me pone los pelos de punta, cómo si fuera un erizo tratando de defenderse de un depredador.

Hace unos días, en las redes sociales se acaba de comunicar que la población humana está falleciendo, debido a qué hay una pandemia de diversas enfermedades, cómo el cáncer en mayor cantidad, debido a que la alimentación del ser humano en mi época es muy mala, por eso el cáncer de estómago, intestino delgado y colon son los más comunes, para dar contexto, estamos en el año 2102, estamos en pleno siglo XXII, y ya las vacunas que hay contra las enfermedades que se han propagado están obsoletas, los virus y las enfermedades terminales son cada vez más fuertes. Y por ello mi querido mentor, el Dr. Tyler me dijo lo siguiente hace unos días atrás:

― Markus, debo decirte algo muy importante para hoy...

― Sí, dígame Dr. Tyler, ¿Qué sucedió? ― dije yo, con un tono un poco preocupado.

― Cómo ya sabrás, el cáncer es la enfermedad que está afectando más al mundo en estos momentos, y si no hacemos algo pronto, nuestra existencia cómo seres humanos se verá amenzada, así que te necesito para que vayas al espacio exterior y busques un planeta el cual puedas investigar y quizás encontrar una posible cura para esa terrible enfermedad, yo y mi equipo te iremos guiando a medida que vayas adentrándote en ese mundo, ¿Quedó claro? ― dijo el Dr. Tyler en un tono serio y firme, dando a entender claramente sus palabras.

― ¡Sí, señor, quedó claro! ― exclamé, con un poco de nerviosismo, debido a que estaba arriesgando mi vida por la humanidad entera, ¡Qué gran logro! ¡Ir por fin al espacio! ¡Esperé tanto para ello!

El Dr. Tyler me dejó en claro que debía comer y vestirme rápido, ya que era una misión muy importante, tan importante cómo si fuera de vida o muerte. Esa mañana fue a la vez la mañana más emocionante y terrible de mi vida.

Los científicos estaban dentro de la cabina de piloteo remoto del cohete espacial, yo en esos instantes sentía que iba a desmayarme de la emoción o quizás del temor que se me juntó con la emoción de ir al mando de una nave espacial, iba subiendo paso a paso, con una gran calma para no estresarme, y de pronto ya estaba dentro de la nave espacial, era una nave gigante, con muchos controles que obviamente ya sabía controlar, el asiento de la cabina de control era muy cómodo y suave cómo el pelaje de un conejo.

Escuché dentro de mi nave las voces de los científicos, astrónomos e ingenieros que contaban los segundos que faltaban para que la nave despegase, mi corazón estaba que salía de mis costillas, era una palpitación excesiva, nunca había sentido esa mezcla de estrés y emoción por un viaje tan extraño cómo es recorrer el espacio exterior. De repente escuché:

― ¡Cinco!, ¡Cuatro!, ¡Tres!, ¡Dos!, ¡Uno!, ¡Cero!

Cuando llegó el maldito cero escuché una especie de relámpagos que sonaban bajo mis pies, eran los motores del cohete, y en un rango de diez a quince segundos la nave se elevó por los aires de California, hasta el infinito y más allá, cómo dijo una vez un personaje de una película de fines del siglo XX, cuando recién la animación tridimensional comenzaba a surgir. Bueno, ahora estoy en la estratósfera, preparado para la incertidumbre y el descubrimiento de cosas nunca antes vistas por el humano, esto será ¡Por el bien de la humanidad!








Dianokroft: Una Odisea EspacialWo Geschichten leben. Entdecke jetzt