tick, tick... BOOM [SPENCER REID X FEM OC]

10.

CORALINE

Me desperté con los gritos provenientes del cuarto de Spencer, salí corriendo a su cuarto y le encontré gritando y dando vueltas en su cama. Me acerqué a él y le agarré la cara para tranquilizarle.

-¡Spencer!- grité por encima de su voz.- ¡Despierta!

-¡No, no, suéltame, suéltame!- no me lo gritaba a mí.

-¡Spencer!- en ese momento, se despertó y cuando me vio, rompió en llanto.- ¿Qué ha pasado?

-Lo siento, no pretendía despertarte.

-No pasa nada, estaba despierta.- mentí.- ¿Quieres hablar?- me miró indeciso.

-Voy a hacer café.

Nos sentamos en el sofá de Spencer y me empezó a contar todo lo que había pasado con Tobias Hankel y cómo de mal lo había pasado durante el tiempo que estuvo secuestrado, y como de arrepentido estaba por haber matado a Tobias.

-Hiciste lo correcto.- dije.- Era eso o que viviese atormentado por su padre toda la vida.

-Puede, pero no impide que me sienta culpable todos y cada uno de los días que pasan desde hace un año.

-Pues yo te ayudaré a superarlo, te podemos ayudar a superarlo.- me puse de cuclillas y le agarré las manos a Spencer.- Pero no dejes que eso te vaya carcomiendo por dentro, porque solo te hará más daño.

-No puedo pedirles ayuda. No saben que sigo teniendo pesadillas.- sonreí algo triste.

-Bien, pues entonces, YO te ayudaré a superarlo.

Ambos nos quedamos mirando el uno al otro durante unos largos diez segundos hasta que llamaron a mi teléfono. Lo cogí y era Penélope, diciéndonos que teníamos un caso y que todos nos esperaban en Quántico.

-Vale Genio, nos toca trabajar.- me metí en mi cuarto y me cambié para ponerme unos vaqueros campana y una camiseta blanca.

-Deja de llamarme Genio.- gritó Spencer desde su habitación.

-Vale... ¿Listillo?- dije.

-Eso es incluso peor.- reí un poco.

Ambos salimos a la vez de nuestros cuartos y yo agarré las llaves de mi coche. Nos subimos y conecté mi móvil al coche para poner un poco de música. Empezó a sonar Love Story de Taylor Swift y yo cantaba a la par que la rubia.

-¿Quién es?- preguntó el moreno a mi lado.

-Es una chica de Tennessee, Taylor Swift, solo tiene dos álbumes, pero es muy buena. Sabe expresar muy bien lo que es ser adolescente.

-Me gusta.- miré a Spencer y sonreí levemente.

-Sí, a mi también me gusta.

Tras media hora de trayecto, llegamos a las oficinas de Quantico, pero todo estaba hecho un desastre, miré a Spencer y ambos sacamos nuestras pistolas. Empezamos a deambular por allí hasta que llegué a la cafetería, donde todo el equipo saltó y gritó.

-¡Feliz cumpleaños!- gritaron todos.

-¡Dios mío!- me asusté y disparé, reventando un globo y haciendo un agujero en la pared.- Perdón.

-¡Felices 26, Miss Mundo!- García me abrazó.

-Eres despiadada, Penélope, pensé que estabais en peligro.

-De hecho, eso fue idea mía.- dijo Rossi.

-Pues, entonces, va fa' Napoli.- contesté.

-¿Qué significa eso?- me preguntó Morgan.

-No lo sé, lo aprendí viendo Friends.

 Me dieron un trozo de tarta y pusieron un poco de música, la gente iba y venía. Emily y JJ me apartaron del resto y me llevaron al despacho de Hotch, con permiso de nuestro jefe. Yo ya sabía lo que me iban a preguntar, por lo que contesté antes de que hablasen.

-No, no ha pasado nada con Reid. Pero se despertó por la noche y me contó que...- me di cuenta de que ellas no sabían que Reid seguía teniendo pesadillas con Hankel.- Su madre le leía a todos los filósofos cuando era pequeño.

-Que sepas que sois unos aburridos.

-Gracias, Ems, lo tendré en cuenta.

-No la hagas caso, es tan romántico.- le sonreí a JJ.

Salimos del despacho y vi que Spencer no dejaba de mirarnos, ellas se marcharon y yo fui junto al Doctor, le ofrecí un poco de tarta, pero la negó. No dejaba de mirarme y eso me ponía un poco nerviosa.

-¿Todo bien?

-Quiero disculparme por como me he comportado hasta ahora. Pensé que no eras digna de sustituir a Gideon.- sonreí a Reid por cuarta vez hoy.

-Eso es agua pasada, no pasa nada, ahora diviértete, ese va a ser mi regalo de cumpleaños.- le agarré las manos y empecé a bailar mientras él se quedaba quieto mientras me miraba moverme.