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La casa esta vacía, Astrid y los demás deben haberse marchado hace mucho, mis pasos suenan contra el azulejo haciendo eco entre las paredes decoradas con las mejores obras de arte. Subo la escalera alfombrada hasta mi habitación y cierro con una mano, sin mirar.

Dejo los zapatos por el suelo y me siento el balcón con la Tablet en la mano. Estoy cansada, física y emocionalmente,

"No lo vales"

Mis palabras se hacen eco en mi mente y siento un dolor agudo atravesando mi pecho cuando recuerdo lo destrozado que quedo cuando le dije eso. Apoyo mi frente contra la mano y dejo la Tablet sobre la mesada, cansada. Todo lo que pensaba de Jen y lo que siento ahora es confuso, una parte de mi esta feliz porque lograra esquivar un problema, pero otra, mucho más grande, lo único que quiere es ir a la casa de Agustín y besarlo.
¿Qué siento por Jen?

Cierro los ojos.

Ya no sé nada. Pensaba que sería feliz si moría, pero verlo de nuevo me hace sentir en paz y hay creciendo en mi pecho desde que ese momento. ¿Pero que es? ¿Por qué estaba tan feliz? ¿Y por que ahora me siento tan triste? No puedo evitar sentir ese arrepentimiento por cada palabra que le dije y por lo que no hice: besarlo. Deseo tanto abrazar a Jen en este momento. ¿Y porque? ¿Por qué quiero estar con él?

Paso mis dedos por la cara y vuelvo a agarrar la Tablet. Los números del primer club están de maravilla, no hay nada por lo que preocuparse. Pero aún así me tomo mi tiempo porque me ayuda a dejar de pensar en Jen y en todos estos sentimientos.

Quiero estar con Jen, no puedo negarlo... todavía huelo su perfume en mi piel.

Tiro la Tablet sobre la mesa de nuevo y entro en la habitación. Esta claro que no estoy en mis cabales… necesito concentrarme en lo que es importante. Además, ¿Cómo es que puedo sentirme así cuando quizás este trabajando para Jasper? El es un traidor después de todo y, peor, uno que me mantuvo secuestrada por años… uno que tiene razones para querer matarme. ¿O acaso me olvido que jugué con él por meses y que después le fui infiel con su amigo? Ellos no olvidan. Jen sigue siendo parte de ese mundo y esa clase de personas no perdonan así como así. ¿Y si en realidad esto es su plan? Desestabilizarme. Claro, reconquistarme y, cuando yo piense que esta de mi lado, clavarme un puñal por la espalda.

¿Pero no fue él la persona que protegió a Misty?

Él la mantuvo en La Casa para que su tío no la encontrara… me ayudo a sacarla y se entrego para que pudiéramos escaparnos.

Me quito el vestido y me meto dentro de la ducha, enciendo el agua y me empapo con el agua fría.

Aunque lo intente, mi perspectiva de Jen cambio para siempre esa noche y lo que sé es que ese hombre, aquel monstruo que odiaba tanto, tiene sus cosas malas, pero también su lado bueno. Jen cambio por mi, o al menos un mínimo, y demostró que se preocupa por mi. No puedo decir que no confié en él.

¿Pero esos dos años desaparecido?, dice mi subconsciente.

Abro los ojos.

¿Importa?

Ya no lo sé.




Me quedo recostada en la tina con el agua caliente por mucho tiempo, no sé cuanto, y tampoco me importa, hasta que en un momento escucho el sonido de la puerta abrirse y unos segundos después Azusa aparece. Él se sienta sobre el borde de la tina y alarga la mano para acariciar mi mejilla.

– Hola, angelito – susurra, inclinándose para darme un beso.

Sonrió con fingida dulzura.

– Todavía estoy enfadada contigo, Azu – hago un mohín – Me abandonaste.
Suelta una risita.

Mentiras verdaderasHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin