—¿Insinúas que su hijo...?

—¿Puedo preguntarle su nombre? Quizá podemos investigar, no perdemos nada.

—Sí, mmmm dame un segundo —sacó su teléfono y buscó—, este es.

A Minjeong se le cayó la cuchara de la mano, por un momento sintió que todo se paralizaba. Acababan de juntar las dos piezas del puzzle, solo que esta vez... Esta vez daba escalofríos.

—¿Pasa algo? ¿le conoce? —preguntó asustado.

—Minho... Es el amigo de Karina, Jaewook. Estuvo en casa ayer por la mañana, antes de que ocurriera la llamada.

Los ojos de Minho empezaron a formular preguntas y respuestas, aquello le empezó a encajar. Estuvo más cerca de todos de lo que nos imaginábamos. El problema de esto estaba en Karina... ¿cómo diablos se lo iba a tomar?

***

Narrador

Tras aquella conversación, Minho estuvo hablando con Minjeong y el inspector de policía. Estuvieron debatiendo qué hacer, después de enterarse que tenia al posible infiltrado dentro del círculo familiar el inspector creyó que era una buena idea jugar al caballo de troya.

Ambos estaban prácticamente seguros de que Jaewook estaba detrás de todo esto, y si el pensaba que tenia las riendas al ser cercano a Karina nunca sospecharía que son los Yu los que van un paso por delante.

Minho le pidió a Minjeong que hablara con Karina y se lo contara, a poder ser con sutileza, el embajador debía ir a comisaría con Key. El problema de todo esto era que Minjeong no sabía como le iba a contar lo sucedido a Karina después de la discusión que tuvieron. A Minho le faltaba demasiada información.

La pelirroja fue al gimnasio de la mansión, Karina llevaba entrando ahí toda la mañana. Suspiró y se deseó suerte a sí misma.

Al llegar la morena estaba haciendo abdominales en una de las maquinas. Minjeong se quedó mirándola unos segundos, se fijó en el cuerpo tonificado que tenía. Nunca se había molestado en mirarla de esa forma, tragó saliva.

Karina carraspeó al darse cuenta de que la estaba observando embobada. Se puso en pie para seguir entrenando.

—Karina, ¿podemos hablar? —preguntó Minjeong.

—No tengo nada de que hablar contigo.

Se agachó a por las pesas.

—Es importante, dame solo un segundo.

Karina se giró molesta, me miró un instante.

—No tengo por qué hablar con mis empleados.

Minjeong rodó los ojos.

—¿Vas a dejar de ser tan infantil en algun momento? —dije explotando—. Es importante.

Ella se hizo la ofendida. Se cruzó de brazos.

—¿No entiendes que no quiero hablar contigo? ¿que no quiero que me mires? —se acercó a mí— ni que me busques —se acercó aún mas— y mucho menos que me hables.

—Esta bien, acepto tu odio, pero es sobre Jaewook.

—Ay no, otra escenita de celos no —rodó los ojos y se puso a hacer pesas.

Minjeong sabía que Minho dijo tacto, pero lo que el embajador no tenía ni idea es de la relación que tenían estas dos.

—Se trata del accidente de tu madre.

Karina dejó de mover las pesas y la miró sin decir nada. Con cuidado las dejó en el suelo y se acercó.

—¿Qué pasa con eso?

Protecting Yu | winrinaOnde histórias criam vida. Descubra agora