Madison Por dos.

Capítulo 17

Madison.

Admito que me siento nerviosa y quizás tengo un poco de miedo. Recuerdo el miedo que sentí en el baño aquella vez y también el estridente sonido de esa arma siendo detonada y el causante conduce mi auto como si fuera suyo.

Hoy te tocó ir en la parte trasera, Leo iba en el asiento del copiloto vigilando junto a Alex. Sin mencionar que nos sigue una camioneta más llena de tipos semejantes a él. Ruego al cielo que no sean necesarios esta noche.

Exhalo como un intento para despejar mi cabeza y alejar el miedo y nerviosismo. Mis ojos recaen en el espejo retrovisor y esa mirada azul me presta atención de vez en cuando. Tal vez se da cuenta de cuán nerviosa estoy.

Al cabo de varios minutos sin saber cuánto, con exactitud, Alex se estaciona frente a un bar que se podría decir de lujo. Su nombre resalta en una fachada negra y letras en tono neón dice Russell. Sonrío al ver mi apellido en esa enorme pared y aunque ya se la temática del lugar, me siento intrigada al descubrir lo que hay dentro.

Leo abre la puerta y el aire fresco entra en el auto, bajo observando a mi alrededor por curiosa y no olvidando lo que me acecha.

—Qué nombre tan original—dice Alex a mi lado.

—¿Qué? ¿No te gusta?

—Mi opinión no es importante. Antes de entrar debemos establecer unas cuantas reglas—me tomó de los hombros y me giré para quedar cara a cara—. Por ningún motivo te alejes de mí, aun si deseas ir al baño—abro la boca con la intención de reprocharle, pero continua—...si por algún motivo nos separamos haz lo posible por buscarme que yo estaré haciendo lo mismo. Leo de igual forma lo hará.

—Estás pintando esto como si fuera a pasar un caos.

Exhala.

—Melanie, solo diviértete. Nosotros estaremos observando y siempre cerca de ti—me observa de arriba abajo con mucho descaro—. Te ves muy sexi.

Me sorprende lo que dice y no sé qué responder y eso queda en el aire cuando toma mi mano y caminamos hacia la entrada del bar. Admito que el que use guantes es un poco molesto.

Una puerta exclusiva nos dio el acceso y lo primero que vemos es la estancia vip y en la parte baja la pista de baile, el escenario donde supongo bailara los chicos, y la barra de bebidas. El hombre que sirve las bebidas es guapísimo y por supuesto los meseros.

Mi boca se abre un poco cuando veo pasar a un mesero musculoso e invadido por tatuajes, de cabellera negra y unos ojos del mismo color dando la apariencia de ser unos pozos sin fondo. Me mira directamente y sonríe, al momento siento un jalón en mi mano.

Alex.

Prefiero ignorar el asunto y solo enfocarme en las imágenes celestiales que tengo delante de mí. Suelto la mano de Alex y me acerco al barandal de acero que evita accidentes en la zona vip. Observo todo debajo y el ambiente es tan bueno como en los otros bares. Ellos saben cómo provocar la diversión. Aunque noto algo diferente y es que solo hay chicas, y los únicos chicos son los empleados, Alex, Leonardo, los hermanos Russell y en la barra veo a Enoc y Hazael.

—Hay mucho de donde escoger—dice una chica a mi lado hablando con otra.

—Demasiado diría yo.

Solo las observo no viéndome tan metida en su conversación. Pero ellas tenían razón, había demasiado hombre. Era el cielo o el infierno, pero de que se disfruta de la vista sin duda.

—Vamos a sentarnos—dice Alex. Me alejo del lugar y me siento junto a Alex y Leo. La música es muy movida que rápido hace que te adentres en el ambiente aun estando sentada.