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- No.- dijo Az tajante. Noté un tirón, como un hilo, algo que estaba atado en lo más profundo de mi ser y que me arrastraba hacia delante. Miré a Az curiosa, él pareció un poco sorprendido, aunque duró solo unos pocos segundos.

- No puedo negarme.- sabía que significaba esta marca, Reyna me explicó que era común en la Corte Noche este tipo de tatuajes cuando había un trato.

Llegamos a la casa de la ciudad para reunirnos con Elain.

- Estas herida.- dijo acercándose rápido.

- No es nada.- dije acariciando su cabeza mientras me abrazaba.- Tenías razón, sobre los cuervos.-

Sus ojos brillaron un poco. Nos dimos cuenta de que, al igual que a mi, el Caldero la había otorgado algo, un regalo, la clarividencia, Elain era vidente. Por eso nos pudeo avisar sobre los cuervos, los machos gemelos, por eso era tan importante encontrar a esa reina Vassa a la que mi hermana ve convertida en pájaro de fuego. 

- Tú no me das órdenes.- dijo Mor después de que Cassian se negara a dejarla buscar a la reina. Yo también creía que cuanta mas ayuda tuviésemos mejor, había que encontrar a esa reina. Si había alguna posibilidad de que los mortales pudieran apoyarnos o quizá parte de ellos teníamos que intentarlo. Los mortales despreciaban a los inmortales, yo misma lo había vivido en mis carnes. No tenía tantos prejuicios como mis hermanas, eso era más que evidente, pero no pude dejar de lado todas las historias que había escuchado según iba creciendo. Si mama se levantara de la tumba y nos viera...

- Pero yo si.- dijo Rhys.- Cassian tiene razón Mor, te necesitamos aquí.- Mor era una gran guerrera y, cosas aparte, sabía que era una buena baza contra los soldados de Hybern debido a su experiencia. 

- Pero a mi no, estoy dispuesta a ir.- dije levantándome de la silla en la que estaba, mis rodillas se tambalearon un poco y me apoyé en la mesa. No sabía que era lo que me habían dado, pero estaba claro que esa hoja estaba envenenada con algo que volvía nuestro poder inútil. 

- Ni lo sueñes, no te dejaré ir, además tienes que recuperarte.- dijo Az agarrándome y ayudándome a sentarme de nuevo. Dejo una de sus manos sobre mi hombro.

- Yo iré.- dijo Lucien despacio mientras miraba a mi hermana. Todos nos giramos a verle, pero yo tenía la vista algo nublada. 

- Tenemos que curarte, vamos.- dijo Az ayudándome a levantarme. Vi que había formado un pequeño charco de sangre en donde había estado mi brazo. ¿Tanto había sangrado?

- Lo siento.- le dije a mi hermana. La casa era suya y no quería que, después de todos los problemas que habíamos dado, encima tuviese que estar recogiendo lo que ensucio. No tenía que sangrar, pero no quería dar mas problemas.

- No seas tonta, estás muy pálida, tienes que recuperarte.- dijo con ojos cariñosos.

- Has perdido mucha sangre, descansa.- dijo Rhys atento a cada movimiento tambaleante que daba.

Azriel me subió a mi habitación y me dejo con cuidado en la cama. Era impresionante como el jefe de espía de la Corte Noche, el cantor de sombras, podía ser delicado y cariñoso cuando se trataba de mi y mis hermanas. Jamás podré agradecerle por como trata a Elain y por creerla sin juzgarla ni pensar en que la locura se había apoderado de su mente. 

- Gracias.- dije quitándome la camisa como pude. La ropa interior que llevaba era lo único que cubría mi torso desnudo. 

Az cosió mi herida con mucho cuidado, la curó desinfectándola y aplicó una pasta, después me puso un vendaje tapándolo todo. Su gesto seguía fruncido claramente enfadado.

- Yo... solo quería decirte que lo siento.- le dije mirando sus ojos color caramelo.

- ¿Por qué?- preguntó colocando el vendaje.

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⏰ Última actualización: Apr 18 ⏰

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UNA CORTE DE VIDA Y AMOR [AZRIEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora