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22 de Junio de 2005

Minho era el típico chico nerd y tímido de la clase, tiene las mejores notas y es el favorito de todos los profesores.
La gente de alrededor tienen envidia de el por lo cual nadie se le acerca y dejan qué este solo. A Minho no le importaba mucho pero si le afectaba un poco, ya que en primaria el tenía muchos amigos y jugaban juntos; al pasar a secundaria, sus padres dedicieron qué Minho estudiara en la secundaria más prestigiosa, bueno. Minho gano una beca donde escogería cualquier secundaria y le pagaban todo, sus padres escogieron, por que querían lo mejor para él.

Minho cuando se cambió de escuela tuvo que vivir a tres horas de su ciudad natal, donde sus padres están. Lleva viviendo allí cuatro años; Minho solía ser solitario, no le gustaba que la gente lo ayudará y mucho menos que se preocuparan por él.

Amaba escuchar música y siempre se le veía estar con sus audífonos en cada momento, pero en clase no. Después de estudiar salía al parque y se quedaba viendo a los niños jugar, ver el cielo, o mirar que habrá en el bosque de al lado. Le gustaba estar más afuera qué encerrado en su apartamento, realmente lo único que hacía allí es dormir y realizar trabajos.

Algunas veces solía caminar por la ciudad o ir de tienda en tienda para ver que le gustaba, pero al ser tan indeciso nunca compro nada. No tenía trabajo ya que la misma beca le permitía qué al estudiar recibiera un pago. Minho no le gustaba cocinar así que siempre estaba comiendo o en cantidades pequeñas o en un restaurante de allí.

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Eran las 4:30 de la tarde, Minho había dado unas cuantas vueltas por la ciudad, llego a aquel parque donde le gustaba sentarse en un banco a leer y escuchar música. Al acercarse poco a poco vio a un chico, tal vez de su misma edad, estaba sentado en un banco donde normalmente los padres se sentaban a ver a sus hijos, pero el miraba hacia el bosque. Era un castaño, no muy alto, ropa holgada y un gorro gris, Minho le pareció un poco extraño porque era la única persona allí junto a él, y no se le podía ver el rostro.

Minho no le tomo importancia así que solo se coloco sus cascos, saco su libro y leyó un poco. Después de unos siete minutos, Minho decidió ver al rededor y ya no estaba es castaño, desapareció por completo. Minho se levantó y observo todo, no había nadie más que él

- Qué raro. Dijo en tono bajo mientras volvía a tomar asiento, después de unos veinte minutos Minho ya estaba cansado, así que ya era hora de irse a su casa.

Paso por una tienda para comprar lo de siempre, ramen y café frío. Solía comer esto antes de dormir, el café era para la mañana. Tomo sus cosas y siguió su camino a casa, al llegar solo se quedo pensando lo que hizo en su día, técnicamente nada.

Se acostó y espero hasta el otro día, como siempre, su rutina siempre era igual. No importaba qué hacia, todo era lo mismo

...

Ola bebesotes

Not ExistWhere stories live. Discover now