Claro, la división de la ciudad era algo notable, pero los "anillos", debe ser una división imaginaria que crearon los coderos para sentirse más importantes y dividirse.
Llegamos finalmente a los pies del monumento. Una estatua gigante de cobre, de un hombre imponente.
Una vez frente al pedestal Lesa introdujo un rectángulo en la pared.
—Eso es un procesador— Me susurro Tote. —Una herramienta con la que hacen transacciones y entran en servicios exclusivos—
Entrando por el costado del monumento hay cuatro grandes escaleras que cada una sale de un extremo de la pared y bajan hacia un subsuelo donde está la estación de ferrocarriles.
Toda la sala tenía luces muy potentes que se proyectaban con las blancas y brillantes paredes, suelo y escaleras. Todo destacaba y se sentía muy extraño al estar tan vacío.
Bajamos por la larga escalera hasta la parada, al lado del tren había una especie de cabina, donde la mentora introdujo su "procesador" y digito un par de cosas.
—Que no se les pierda— Dijo entregándonos un ticket a cada uno.
Entramos al vehículo y dentro había un par de coderos más. Por dentro estaba impoluto como por fuera y las sillas en filas de dos.
—Siéntense— Ordeno la mentora, señalando dos sillas.
Mire, a Aris, el me devolvió la mirada. Ninguno de los dos avanzó.
Tote dio un paso hacia las sillas y rápido peche a Aris para atrás, adelantándome a sentarme.
—Que lerdo— Presumí.
La mentora levanto una manija debajo del asiento y lo hizo girar haciendo que queden enfrentadas a las sillas que tenía atrás.
—Deberían empezar a aprender a cooperar— Comento Lesa —No van a poder ser coderos si no cooperan con el grupo. —
—Va a servir cuando eleve su esfuerzo y técnica hasta los talones, para servir de escalón— Respondió Aris—Como en el entrenamiento—
— ¡Solamente pudiste tocarla gracias a mí y a Tote!— Grito Martin.
—Sos un escalón nomas, ¡un escalón!— Repetía Aris
— ¿Y si hablamos de otra cosa?— Propuso tote — Mi padre todos los días desde chica me obligaba a entrenar su macro y scripts, además de uso de armas punzo/cortantes, es algo de lo que zafaste Martin—
—Supongo... Pero estuve obligado los meses pasados— Comente.
— ¿Y vos Aris?— Pregunto la chica.
— ¿Qué?— Pregunto distraído.
—Como te entrenaron, como fue tu papa— Aclaro la pregunta.
—Mi viejo...— Penso un segundo inclinándose para atrás y mirando hacia la ventana del ferrocarril. Luego del segundo de reflexión se inclinó bien hacia adelante —Es lo más grande que hay, recuerdo que me llevara a parques, a comer, a tomar helado, era simpático, con chistes chotos que tiraba siempre y más importante que todo, un macro perfecto, elegante, con el que podía bajarme en milisegundos la pelota que se me quedaba en los árboles, gracias a su hilo. Podia estar aca, alla, en todos lados, era un tipo increíble—
—¿Era?— Pregunte, algo inmerso en la historia.
—Bueno, seguramente es, pero se fue cuando yo tenia ocho, cuando recién estaba empezando a entrenar y sin que me enseñe su macro, y encima con mi madre embarazada— Respondio.
— ¿Tenes un hermanito?— Pregunto Tote interesada. — ¿Se porta bien?—
—Hermanita y si, se comporta bastante bien para tener seis— Dijo volviendo a inclinarse para atrás —Y bueno, de resto me entreno mi abuelo materno—
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Coderos.
ActionMartin, un chico normal de 15 años es destinado a ser un codero. Donde será sentenciado a practicar scripts y macroscript. Cambiando su vida drasticamente.
Capitulo 3: Viaje y confrontación.
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