2 - La Agradable Mujer De Agua

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Sentía como mi cuerpo iba callendo alborotadamente y de forma agresiva hacia quién sabe donde

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Sentía como mi cuerpo iba callendo alborotadamente y de forma agresiva hacia quién sabe donde. Lo único  de lo que me percataba era que había viento en todos lados, eso no me indicaba nada de donde terminaría callendo. Yo suponía que iba hacia la nada misma gracias a la vista nublada en mis ojos.
Mis gritos eran presentes en la caída, el temor de estar callendo y no saber hacía dónde o si dolería el impacto invadía mi cabeza en todo el trayecto. Por suerte, luego de todo el escándalo, cuando finalmente aterricé después de todo ese caos de puros gritos, no sentí ningún dolor, es más, sentía algo suave bajo mi cuerpo.
Abrí cuidadosamente los ojos y esperé a que mi vista se aclarara; cuando lo hizo logré ver no sólo lo desarreglada que estaba, si no que me encontraba encima de un montón de plantas brillantes de color azul, bastante extrañas en mi opinión. No parecían plantas comunes, eran más similares a hongos con hojas y luz brillante que abundaba. En serio, brillaban demasiado, parecían luciernagas con todo ese brillo.

Pronto me levanté del suelo con algo de esfuerzo, notando a la mariposa revoloteando frente de mi, parecía que había llegado a salvo como si nada le hubiera tocado, ni siquiera la punta de un ala.
Siemdo sincera, ni me creo que tuve que ser sacudida de un lado a otro con gritos y miedo de por mrdio quedando totalmente desastrosa, a que una mariposa supuestamente más frágil que yo llegara como si nada. en fin, tampoco me alegraría que estuviese herida, pero no me creía eso de que llegó como pluma callendo de las alas de un ave con todo el viento que había allí dentro, era imposible.

— ¿Sabes dónde estoy? — Pregunté tontamente a la mariposa, como esperando una respuesta. La pequeña sólo continuó volando más adelante, donde se veían más de esas curiosas plantas alumbrando parte del camino. Gracias a eso, me di cuenta de en qué lugar estaba: me encontraba en una cueva algo estrecha, con musgo y vegetación en todas partes. Cuando terminé de ver, no quise dudarlo mucho y seguí a la pequeña mariposa por la cueva, llegando a un túnel bastante oscuro; al inicio no quise entrar allí por el miedo que aún tenía, pero el ver a la mariposa brillando aún más hizo que mi corazón de alguna manera se tranquilizara. Di un paso lento por deguridad, y al no ver mucho peligro opté por seguir el camino junto al bichito que se mantenía en mi hombro.
Estuve caminando un buen rato allí, sin mucha respuestas, parecía que no tenía rumbo alguno.

— Oye, sé que es raro que te hable pero ¿A dónde se supone que debo ir ahora? Estoy siguiendo el camino que me marcas, pero.... — Antes de terminar de hablar, me tropecé y caí por un túnel a gran velocidad.

Del susto empecé a gritar con fuerza deslizandome a gran velocidad por la resbalosa piedra. Sentía de nuevo que iba morir de una forma dolorosa, pero, nuevamente, cuando aterricé, no hubo un duro golpe contra el pavimento como esperaba, si no que una especie de lago fosforecente en azul que undia todo mi cuerpo por el impacto. No era tan profundo, más o menos me llegaba por debajo de los hombros; de hecho tenía la suficiente agua para no darme la geta contra el piso de piedra. La misma mariposa había volado antes de que siquiera yo hubiera impactado.

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⏰ Last updated: Apr 12 ⏰

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Una Niña De ErendillarWhere stories live. Discover now