Capítulo diecinueve.

Start from the beginning
                                    

—Oigan chicos....—intenté hablar, pero me interrumpió una voz más alta y varonil.

—¡Qué yo no quiero dormir con este! Le huelen los pies a chetos.—exclamó Oliver.

—¡Pues tú llevas dos días sin cambiarte los calzones, asqueroso!.—Charlie le devolvió el grito.

—¡Por dios!.—habló Hanni, horrorizada por las declaraciones anteriores.

—Sería mejor que.....—mi voz no logró sobrepasar las suyas.

—¡Me estás pisando, idiota!.—bramó Alejandro, también harto de la situación.

—¡¿Puedes soltar el puto móvil y ayudar a tu hermano?!.—Charlie se giró hacia Pol, que ignoraba a todos épicamente.

Él lo miró unos segundos antes de hablar:

—No.—volvió a colocarse el audífono.

Pol parecía el más sensato de los presentes y todos le tenían cierto respeto por ser tan serio e intimidante, así que comencé a caminar en su dirección para pedirle ayuada. Solo que cuando extendí una mano hacia él, alguien me impulsó hacia atrás.

—¿A dónde vas, chica del suéter?.—la voz de Alejandro chocó contra mi cuello.

—A hablar con Pol.—contesté, repentinamente nerviosa.

Su cuerpo se tensó detrás de mí, provocando que pudiera sentir lo tonificado y ejercitado que lo mantenía. Pero que a la vez, me confundió con su actitud.

—¿Pasa algo?.—su voz sonaba un poco más seria, y sus manos se aferraban con más firmeza a mi cintura.

—¿Debería pasar algo?.—cuestioné, confundida.

—No.—su viasta fue hacia su primo, que seguía mirando su móvil, ajeno a la situación, pero rápidamente la regresó a mi, sonriendo—Vamos a callar a estos imbéciles.

—Explendida idea.

Volvimos junto a mi hermano, el cual observaba la escena con fastidio, pero no comentaba nada al respecto. De verdad eran insoportables esos chicos. Incluso el pobre Bobby había tenido que salir al jardín para no escucharlos.

—¿Hablas tú?.—pedí a Alejandro, y él asintió.

—¡Cállense, enanos mentales!.—gritó con voz potente y masculina, recordándome al sargento de una película de soldados americanos que vi hace unos años con Brandon.

Las cabezas de Charlie, Oliver e incluso la de Pol se giraron en nuestra dirección, por fin prestandonos atención.

—A ver, chicos, es sencillo.-comencé a hablar—Son cuatro habitaciones, ¿cierto? Pues Charlie y Pol dormirán juntos, son hermanos y se llevan bien. Oliver con Brandon, son amigos y se tienen confianza. Hanni y yo en otra habitación, no es necesario decir el por qué. Y por último, Alejandro se quedará con el cuarto del fondo, así no tiene que soportarlos. Listo, todos contentos.

Cada uno asintió, y subió su maleta al lugar asignado, sin siquiera rechistar.

—Nada mal, chica del suéter.—Alejandro, que se había quedado a mis espaldas, sonreía con orgullo.

—Deberías confiar más en mi poder de autoridad.—hice un gesto de superioridad, para luego sonreír a la par suya.

—Debo admitir que la idea de ponerme un cuarto solo estuvo bien, solo que....me dejas dudando sobre tus intenciones. ¿Piensas violarme mientras duermo?. Digo, no me quejo, vendita sea esa cabecita pervertida que tienes.

—Yo no....¡No pretendía hacer eso, gilipollas!.—mis mejillas ardieron, pero logré convencerme a mi misma sobre que era por el enojo y no por vergüenza.

—¿Prefieres que lo haga yo?.—se acercó a mí, inclinándose hasta que su boca estuvo a centímetros de la mía.

¡Santo Harry Potter!.

—No comiences algo que no quieres acabar.—logré decir, apartando la mirada de sus labios.

—Alegre, que esté respetando tu espacio no significa que las ganas de besarte y morderte todo el cuerpo no me estén matando.—susurró, mezclando nuestros alimentos y formando una conexión íntima entre nosotros.

—¿Por qué te contienes?.—pregunté, intentando no sonar afectada por su cercanía.

—Quiero saberlo todo de ti, conocer cada grieta que escondes en tu interior y repararlas. Quiero que seas mía, Alegre, y no solo de forma física.

—¿Cómo puedo creerte?. Eres un mentiroso de primera categoría.—le devolví la mirada con la misma intensidad con la que él lo había hecho.

—-Sé que crees en mi, porque sabes que eres la única persona que logra ver a través del caparazón en que me refugio para mantener a salvo mis emociones y las de los demás. No sé cómo lo haces, pero tienes algo que....me obliga a ser yo mismo cuando estoy a tu lado.

—Dime la verdad, toda la verdad de tu historia, Alejandro. ¿Por qué te asusta que las personas sepan cómo te sientes?.

—Te lo contaré, lo prometo. Pero tú también hazme una promesa, por favor.—pidió, acariciando mi rostro.

—Sigue hablando.

—Promete que me permitirás hacerte felíz.—las palabras salieron de sus labios como una súplica.

—Alejandro....

—Promételo, chica del suéter.—insistó.

—Lo prometo.—besé sus labios con cuidado, en un gesto simple, pero cargado de emociones.

—Quiero acostarme contigo, Alegre, pero también quiero que me ames.—continuó el beso.

Talvéz ya lo haga.

Alejandro había logrado llevarse mi corazón para unirlo al suyo. ¿Podría con esto?. No lo sabía, pero estaba dispuesta averiguarlo.

                          -----------
este capítulo va dedicado a @LessGuzmn6 ,ya que sus mensajes me inspiraron a escribirlo<3!!.

beso en la pata<333!!!.

Cambios.Where stories live. Discover now