Jodidas debilidades

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Después de unas semanas, ya nadie soportaba las serenatas. Habían cansado al mismísimo James, quien siempre amaba ser adorado. Así que, el muchacho al fin se dignó y reveló a todos que la relación amorosa con Amelie seguía siendo falsa y que nunca habían dejado de odiarse.

Con eso, todo volvió a la normalidad: James dejo de extorsionar a Amelie y las admiradoras al fin pasaron una noche fuera de la enfermería, con sus cuerdas vocales sanas. Hasta para Amelie esto había traído beneficios: ya no tendría que firmar más de esas estúpidas camisetas.

Las únicas a las que realmente les había trastornado la verdad eran Paris y Gaia, quienes se habían hecho un gran dinero con la invención de propaganda a la pareja. Resultó que aquel día, su puestito junto a la clase de Adivinación había sido rodeado rebosantemente de una clientela furiosa que reclamaba sus Galleons.

-Aun no entendí toda esa historia de Jamelie... Bah, no entendí como no me lo contaste, además de que, ¡Yo cree el nombre de pareja! ¡Has dejado que alguien me copie!

-Felicidades Kyle, has creado un nombre de pareja inexistente.

-Vamos, pero cuéntame que paso. Se que algo ocurrió con ustedes, últimamente los veo... raros.

Las cosas con James se habían tornado algo incómodas, era verdad. Los merodeadores habían quedado sorprendidos el día anterior, cuando James se burló de Amelie y ella se defendió aún mejor, volviéndolo a dejar con la boca cerrada. Al parecer, en su estúpido proceso de madurar, sus insultos dejaban de ser ingeniosos.

Algo completamente ilógico.

Más allá de eso, últimamente había estado tan poco tiempo con Kyle que aún no le había contado nada de lo que había pasado en casa de los Potter.

-No lo sé. Él es el raro. Aun así, si...

-¡Wood! ¡Wood! -escucharon chillar a una voz tras de ellas.

Amelie se detuvo en seco al ver el gran esfuerzo que estaba haciendo Dean para alcanzarlas. Su amiga fingió no escuchar nada y siguió su rumbo, hasta que el muchacho la tomó por el codo y la volteó bruscamente hacia él.

-¿Has escuchado algo Am? Creo que es un zumbido, si... de una mosca muuuuy molesta y fea.

-¡Yo no soy feo y tampoco una mosca!

-¿Que decías Am? -inquirió Kyle ignorando a Dean, volviéndose a la pelirroja, quien estaba muy calladita y asustada en medio de ambos.

-Vamos, Kay. Yo soy quien te habla.

-¡¿Quién te crees para llamarme Kay?! Wood para ti, querido.

-Así que soy tú querido, ¿eh?

Al parecer, a Dean no le molestaba el morir joven. Kyle estaba tan enfadada y molesta, que Amelie creyó que se arrancaría los cabellos ella sola.

Para su propia maldición, el agregó a su afirmación un movimiento de cejas con insinuación.

-¡Aggggggggh!

-¿No era que no me escuchabas?

-¡¿Cómo quieres que no te escuche con la asquerosa y chillona voz que tienes?!

-¡¿QUÉ?! -chillo Dean escandalizado-. ¡Mi voz es muy grave y masculina!

Kyle emitió una sonora y exagerada carcajada, al tiempo que Dean la amordazaba con un simple movimiento de varita. En contraataque, su enemiga cambio el sonido de su voz a la imitación de una ardilla respirando helio.

No es que las discusiones no fueran divertidas. Al principio, muchos se entretenían al pasar y formaban un corro alrededor de ambos, pero ahora mismo los alumnos los esquivaban sin inmutarse, apenas escuchándolos.

Amelie Moore y la maldición de los Potterحيث تعيش القصص. اكتشف الآن